Suelo ser hombre de refranes, aunque lo que se dice de ellos no sea muy agradable.
Tuve una abuela que ahora tendría ¡135 años! Como lo leen. Era maestra y una forofa de ellos. Y me los enseñaba de pequeño.
Los refranes son un registro lingüístico y literario magnífico. Si bien todos tenemos que tener cierta precaución al interpretarlos.
Y una característica esencial de ellos es que suele pasar que a cada uno que existe hay otro que le lleva la contraria.
“A quien madruga, Dios le ayuda” al que se opone que “no por mucho madrugar, amanece más temprano”. U otro: “Los gitanos no quieren ver a sus hijos con buenos principios” al que se opone el que “la cera que arde es la que va por delante”.
El entrenador que más hizo por el baloncesto español fue don Antonio Díaz Miguel.
Con permiso de Pedro Ferrándiz y de todos los jugadores que llegaron a lo más alto como Gasol principalmente, Fernando Martín, Juan Antonio San Epifanio (Epi), Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes, Sergio Llull o Rudy Fernández. No quiero que se me olvide Juan Antonio Corbalán que, sí equiparamos las épocas, estaría al nivel de los otros.
Antonio Díaz Miguel estuvo al frente de la selección española 27 años y aportó una innovación que nos hizo pasar de no ser nada a una referencia mundial en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 cuando España se colgó al cuello la medalla de plata.
He hablado personalmente y por otros temas hasta con su hija Almudena que creó hace quince años ‘Gatosphera’ y que me pareció muy cercana a la idiosincrasia de su padre.
Este, entre todas sus técnicas, tácticas y supongo que manías, gritaba antes de comenzar un partido que la ‘lucha’ (balón al aire inicial) debía ser de su equipo y la primera canasta también. Una seña indiscutible de su carácter y teorías.
No se preocupen. Utilizo esta entrada para hablar del Deportivo de La Coruña. El otro día ganó al Compostela por 5-0. El rival es un equipo de muy inferior categoría. Pero, aunque no sirva para nada en el futuro, hemos metido la “primera canasta”.
Actuaron en el equipo blanquiazul más de 20 jugadores. La mayoría conocidos por todos los aficionados. Tal vez hay que destacar la presencia de los nuevos: Hugo Ríos, Alloh, Luismi Cruz, Noubi y poco más. El equipo gana con autoridad. No es para menos. Los goles los convirtieron Eddahchouri (2), Bouldini, Rubén López y Herrera. Sirva todo lo anterior para asentar este comentario que no pasa de ser una súplica de lo que creo que necesitamos como el agua de mayo (otro refrán): un delantero. Experto, ‘metedor’. Un centro delantero de esos que marcan mínimo 15 goles por temporada, aunque preferentemente alguno más de 20 como consiguieron Luis Suárez (Almería) y Panichelli (Mirandés) la pasada campaña.
He dicho 15, traicionado por la memoria, porque si traemos un pelotero que nos garantice esa cifra en la punta de ataque, unidos a los 15 del canario Yeremay (si repite), vamos a tener un camino andado. Sin duda.
Del encuentro al que me refiero, tampoco es que se puedan sacar demasiadas conclusiones ni tan siquiera desde el punto de vista táctico. Hay una mayoría de los que hablan de que Hidalgo va a jugar con tres centrales y ese día, de inicio, no lo hizo. Tema que me da exactamente igual. El de tres centrales, uno o siete. Aunque soy un convencido de que la delantera gana batallas pero la guerra la ganan las defensas. Me da igual con cuántos centrales. La defensa debe ser hasta una ‘obsesión’.
El primer paso para la próxima temporada, no debería ser marcar más goles que la pasada: 56. Sería más importante rebajar el número de encajados: 54.