Nunca llueve a gusto de todos. Incluso literalmente. Si hoy mismo el cielo se pusiera a jarrear agua por toda España y contribuyera a frenar los incendios, todavía habría gente que se quejaría porque era su día libre y no pudo ir a la playa. Es triste, pero somos egoístas por naturaleza. Pasa con los horarios de los partidos. El Leyma ha cambiado a los viernes a las 20.45. El Liceo, a los sábados a las 19.00. Y entonces surgen los comentarios. Que conmigo no cuenten que yo trabajo. Es que yo tengo cita con el manicurista. Es que yo tengo clase de yoga tibetano... Los clubes toman decisiones y se supone que no lo hacen a la ligera o por capricho, que tienen estudios de asistencia y otro tipo de indicativos deportivos y sociales para fundamentar ese movimiento de día y hora. Desde luego, no lo hacen para fastidiarte a ti, Paco.
Personalmente creo que los viernes a última hora de la tarde es una franja que funciona. Por lo menos lo hacía en el Palacio de los Deportes de Riazor, no hay por qué creer que no lo hará en el Coliseum. No hay partidos de categorías inferiores programados, al día siguiente los peques no tienen que madrugar para ir al cole y si tienen que hacerlo por otro motivo aún pueden recuperar el domingo, y te queda todo el fin de semana por delante para hacer planes. Al final, la mayoría de las personas que van a los partidos del Liceo y del Leyma son familias. Y si algo sabemos los que somos padres es que los sábados y los domingos por la mañana prácticamente hay que reservarlos para ir a la Torre, Monte das Moas, Ventorrillo, Agra o el pabellón de turno que toque. Nuestros hijos marcan nuestras agendas. Personalmente, tampoco me chifla el sábado a la tarde. Cualquier cosa menos el domingo por la tarde. Que tengo tiro al plato de porcelana china. Vamos hombre.