En el mundo del deporte, como en la vida misma, uno no debe dejarse ir pues al final puede acabar lamentándolo y el sentimiento de desazón que perdura es más amargo al ser consciente de haber desperdiciado una oportunidad que se desconoce si volverá a presentarse y, en caso de que se dé, cuándo sucederá.

En los últimos días ha salido a la luz que el Betis no las tiene todas consigo para juntar el dinero necesario y competir la próxima temporada en la ACB, pese a lograr el ascenso tras derrotar en el duelo decisivo de la Final Four al Fuenlabrada. Esta circunstancia ha abierto al Granada la esperanza de seguir en el nuevo curso en el torneo liguero más importante del planeta tras la NBA a pesar de ser uno de los equipos descendidos. El otro, bien conocido por todos, fue el Leyma Coruña.

Si se confirma la desdicha del conjunto verdiblanco, el Leyma se quedó a cuatro puntos de mantenerse en la ACB al perder en la cancha del cuadro nazarí por un resultado de 80-77. Si el equipo de Diego Epifanio hubiese ganado dicho partido sumaría ocho victorias y el Granada contaría con una menos, lo que dejaría su casillero también en ocho. El cuadro naranja superó al mencionado rival en el Coliseum por 93-89, por lo que tendría el basketaverage a favor y le permitiría terminar en la tabla clasificatoria por encima de la formación andaluza y salvado.

No queda otra que aplicar el refrán agua pasada no mueve molino (no sirve de nada lamentarse de algo que ya ocurrió, pues no se puede cambiar), pero esta incidencia, siga o no el Granada en ACB, debe ser un acicate para que el plantel dirigido por Carles Marco salga a por todas desde la primera jornada liguera de la Primera FEB y retorne de forma directa a la máxima categoría estatal sin depender de nada ni de nadie.