OPINIÓN | Bilka, Zara, Floki y Oito
lll
17º-23º

OPINIÓN | Bilka, Zara, Floki y Oito

OPINIÓN | Bilka, Zara, Floki y Oito

Usuario

Los perros nunca fueron santo de mi devoción. Supongo que en ello influyeron diversos factores. Estoy seguro de que de pequeño su ladrido me molestaba y/o asustaba, porque en ciertos casos aún a día de hoy lo sigue haciendo. También influirá la querencia gatuna en mi familia. En casa de mis padres tuvimos varios gatos, aunque nunca juntos. También en casas de familias cercanas había gato. Y yo mismo, ya de adulto, acogí a uno en la mía.


Pero, cosas que pasan, en los últimos años he aprendido a querer a los perros. Y a dejar que me quieran. Bilka y Zara llegaron a mi vida y, aunque la primera se ha ido hace solo unas semanas —una campeona que vivió con más bien pocos achaques hasta casi los 18 años—, las dos ya han dejado una huella imborrable. Atrás han quedado los miedos, las broncas, las perrenchas. Que si la casa apesta a perro. Que si se han meado en el pasillo. Que si ladran a todo bicho viviente, incluso a los que aparecen en la televisión. Que si no se suben al sofá y a la cama ni de coña. Que si no les doy de comer de mi comida.


No he podido celebrar demasiados fichajes del Dépor en los últimos tiempos. Pero el de Oito sí que me he puesto en pie para aplaudirlo. Curiosamente, paseando a Bilka y a Zara me he cruzado en numerosas ocasiones con dos exdeportivistas perrunos: Raúl Carnero y Pablo Vázquez. Al central le hacían mucha gracia los agudos ladridos de la pequeña intentando llamar la atención de su Floki. Ahora, Oito hace las delicias de todos los jugadores y jugadoras. Está clínicamente probado que la interacción con los perros tiene un beneficio psicológico. Los canes escuchan y no juzgan. Dan sin límites y lo único que piden a cambio es comida. El único problema que le veo a Oito es que algún fichaje sea como era yo. Aunque estoy seguro de que más pronto que tarde, le hará cambiar de opinión.

OPINIÓN | Bilka, Zara, Floki y Oito

Te puede interesar