Es fácil suponer que Borja Giménez y sus futbolistas están dejando con las nalgas al aire a aquellos que han creído firmemente, no hace mucho al propio presidente, que el Deportivo ascendería de forma directa. Pues bien, después de lo de ayer en Balaídos todo el deportivismo está dolido por la forma en que en los últimos meses el equipo está descapitalizándose y empequeñeciéndose deportivamente.
A un candidato al ascenso si está a lo que está los adversarios pequeños no pueden hacerle daño tan fácilmente. A los trece minutos ya había encajado un gol. Así es imposible, todo lo que tenías planeado se viene abajo como un castillo de naipes. Así fue la primera parte, errática y sin que desde el banquillo se aportasen soluciones.
Luego dominas y vas a por la igualada para intentar remontar. Pero enfrente los rivales tienen el guión estudiado y no ponen fácil. Después una tarjeta, una expulsión y zas, en todos los morros.
No haber tomado medidas drásticas hace meses trae consecuencias. Ahora es tarde, ya no somos candidatos directos. Somos uno más para aspirar al playoff. Triste.
