Querido Papá Noel:
En primer lugar, quiero agradecerte que convirtieras en realidad los regalos que te pedí hace doce meses. Aunque no los pude disfrutar aquella mágica noche del 24 de diciembre, sí lo hice unos cuantos meses después. Los ascensos del Deportivo y del Básquet Coruña me colmaron de felicidad. ¡Tan injusto era que nuestra ciudad estuviese fuera de la élite de los dos grandes deportes de equipo de España! Ahora que ya están en el lugar que merecen –al menos los cestistas–, voy a pedirte algo más para que no les falte de nada.
Para el Leyma te pido que el club mantenga la cordura que le ha caracterizado hasta ahora. ¿Sabes que acaba de cambiar de presidente y de directiva? También me gustaría que le echases una mano con los refuerzos. Hay un par de lesionados y en la ACB no se puede sobrevivir con una rotación de nueve jugadores. Un chico que se llama Charly Uzal me ha contado que quiere a... mejor le digo que te lo pida él, no vaya a ser que alguien lea esto y se lo pida antes.
Para el Deportivo quiero unas cuantas cosas más. La primera es la misma: refuerzos. Creo que hacen falta un central, un lateral y un delantero. Los Pablos no van a durar toda la vida y Barcia está malito. Con el carril derecho tenemos un problema. Ximo siempre anda entre algodones. ¡Es que el tío corre como si le persiguiese la poli! Y Petxarroman... No sé, no me convence, aunque no es el único. Ya en mediocampo se tienen que apañar Diego Villares, José Ángel, Mfulu y Mario Soriano. ¿No te parece? En ataque sí que tienes que hacer un esfuerzo, te lo suplico. Necesitamos a alguien que mejore lo que hay, sobre todo por el centro. Pienso que tampoco es tan complicado, ¿verdad? Estoy seguro de que eres capaz de encontrarlo. ¡Ah! Y si algún inglés te manda en una carta los nombres de Yeremay Hernández y David Mella, tú no le hagas ni caso. ¡Ni se te ocurra!
La segunda cosa que te pido es tranquilidad. Creo que nos merecemos un año sin sobresaltos. Que ya llevamos muchas temporadas de infarto en infarto. Los dos descensos y los dos ascensos. El adiós de Lendoiro. El cierre de Marathon Inferior. El descenso con una plantilla para estar en media tabla. El batacazo de Mallorca. El ‘Fuenlabrote’. El año en que casi tenemos que jugar para no bajar a Tercera Federación. El ‘Albacetazo’. La colleja de Mackay en Castalia. ¡Si hasta la única alegría llegó después de haber empezado el curso en puestos de descenso a Segunda RFEF! Tráenos un poco de tranquilidad, por favor. Solo pido acabar en media tabla, sin opciones de infartar en las tres últimas jornadas. Tampoco creo que sea mucho pedir.
La tercera y última es que consigas que el club y el ayuntamiento se pongan de acuerdo con el tema del estadio para el Mundial de 2030. ¡Qué ilusión poder ver a las mejores selecciones del mundo en A Nosa Casa dentro de cinco años y medio! ¡Y que la ciudad se llene de turistas apasionados del fútbol! Igual tampoco es necesario un campo para casi 50.000 espectadores, pero el Deportivo debe entender que algo más grande tiene que ser y que por ello hay que hacer una obra importante. Y si consigues que reserven un buen espacio para enseñar a la gente todas las maravillas de los casi 120 años de existencia del club, mejor que mejor.
Por último, quiero que me traigas de nuevo un regalo que te he pedido todos los años desde hace mucho tiempo. Para todos los demás deportistas y clubes de la ciudad, que son multitud, mucha salud y unas instalaciones para poder practicar su pasión en condiciones. El deporte nos da tanta vida, y ha salvado tantas, que necesitamos mantener viva su llama los 365 días del año. Te estaré eternamente agradecido, pero te aseguro que muchos miles de personas también lo estarán.
Muchas gracias y ¡Feliz Navidad!