Comenzó la pretemporada del Leyma Coruña. Por delante, algo más de mes y medio de entrenamientos antes de debutar en la ACB a lo grande, con la visita del Real Madrid al Coliseum.
Me imagino las ganas que tenía Diego Epifanio de ponerse a trabajar. Ha de ilusionarle volver a entrenar en la primera categoría nacional, todavía con el dulce recuerdo del ascenso. Ya ha hecho historia en el conjunto naranja, pero seguro que quiere más. Me ha gustado el detalle de que confía en el bloque con la que hace unos meses tocó el cielo. En vez de apostar por jugadores con más nombre o más experiencia en la ACB, prefiere mantener la base del pasado curso. Una decisión inteligente, que no asegura el éxito, pero que sí es de sentido común. En la misma línea, Epi no quiere forzar la incorporación de jugadores recién llegados como Augusto Lima y Trey Thompkins. Quizás son los que más necesitan entrar en el grupo cuanto antes, pero de momento trabajan en el gimnasio para evitar pasados problemas con las lesiones. Sin prisa y sin forzar la máquina. Me gusta.
Lo que no me gusta tanto es que la plantilla naranja no va a poder entrenar en el Coliseum hasta bien entrado septiembre. Es muy importante adaptarse cuanto antes a la pista de juego, sobre todo si es nueva. Pero bueno, confiemos en que este inconveniente afecte lo menos posible al rendimiento del equipo.
De momento, los jugadores seguirán en Riazor, para que no se olviden de esa cancha que tantas alegrías les dio.