El pasado domingo España se alzó con el campeonato del mundo de la categoría absoluta femenina tras derrotar en Sídney a Inglaterra por uno a cero.

Lo hecho por las jugadoras y el cuerpo técnico encabezado por Jorge Vilda no estaba en los planes de muchos, pero este éxito quedará para siempre, como el de 2010 en Sudáfrica cuando el combinado masculino se impuso en el duelo decisivo a Países Bajos por idéntico marcador.

Este nuevo hito en el deporte patrio invita a reflexionar y lo primero pasa por valorar la dificultad que tiene situarse en lo más alto de cualquier disciplina, ya que detrás hay un enorme trabajo y sacrificio. Lo segundo es que se ha vuelto a demostrar que con unidad somos la referencia en este planeta, pero no acabamos de reconocerlo. Por ello, lo dicho en el siglo XIX por Otto von Bismarck (canciller de Prusia) suena a profecía: “España es la nación más fuerte del mundo. Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido. Cuando deje de intentarlo, volverá a ser la vanguardia del mundo”. ¿Aprenderemos algún día?