Tras el partido disputado el pasado sábado en Riazor (14.000 aficionados en las gradas), la corriente deportivista mantiene el cauce del positivismo: “Ganar es lo único importante”. No voy a ser yo el que rompa tal línea de posicionamiento, pero si quisiera reseñar que mirando para otro lado, el Espíritu Santo no se va a activar.
El que haya visto el choque sabe que los alfileres están sosteniendo el entramado. En anterior contacto remarcaba que había que ir posicionándose para hacerle frente al play off de ascenso, que además se disputará en nuestro territorio gracias a la gestión presidencial de la Federación Gallega. Por supuesto que hay que quemar los últimos cartuchos, aprovechando esta recta final para desarrollar una mayor capacidad de energía y autoestima. Sacar a flote sensaciones perdidas.
La afición mantiene de forma admirable su empuje, pero en la otra pata de la silla, a nivel emocional, nadie asume competencias.
Un Consejo que se mueve entre bambalinas silenciosas del mundo financiero, una dirección deportiva que se parapeta en su propio organigrama para tratar de salir del agobio de resultados, pero la pasión languidece en medio de la tormenta. Un adverbio que desde hace tiempo se perdió en la gestión del Club. Ante tamaña afición, el contrapunto es el silencio. No se está a la altura de las circunstancias y eso se deja notar en el final de la estructura: el discurrir sobre el césped.
Muchos de ustedes son empresarios, ¿se imaginan que en el día a día de sus activos no pusieran pasión en su entorno?
Que no transmitan su motivación personal. Sin transmisión de sentimientos y más en el deporte, todo resulta plano y genera desasosiego. Como diría un gestor deportivo muy próximo a todo este tinglado, “hay que espabilar incluso durmiendo”.
Cambio de dirección. Les incorporaba, no hace mucho, que estas desgraciadas vivencias sociales que estamos padeciendo, podrían afectar muy drásticamente al mundo del deporte sino se actuaba enérgicamente paliando sus consecuencias.
Pues dicho y hecho, La Xunta y el Clúster gallego de la Industria del Deporte y el Bienestar se reunieron para explorar colaboraciones que permitan que tanto la economía, como el desarrollo deportivo, marquen unas líneas de trabajo donde se generen beneficios de riqueza y empleo en nuestra comunidad.
A ver si todo esto no queda en agua de borrajas y podemos, muy pronto, hablar de los beneficios generados, no quedando todo en una cuestión de intenciones o de intereses personales, muy habitual en el mundo de la política.
Finalizo. Dos apuntes. Un sector del madridismo, tras la derrota ante el Baarcelona, pide la cabeza de Ancelotti, ante tamaña incoherencia y siguiendo el referido baremo, ¿Cuántos técnicos sobrevivirían?. Por otro lado, en Mazaricos hicieron saltar la banca, “presuntamente” ofrecieron dos mil euros para que un tercero se dejase ganar. Todo esto en Primera Galicia. ¡Qué nivelazo!.
Como siempre un placer.