Pocas veces me sucede, y esta es una de ellas, pero no me apetece escribir. Siempre pongo el corazón en lo que hago, en lo que opino, y en esta ocasión me falta ese acicate. Lo cierto es que estoy enfadada y decepcionada con el equipo, con el entrenador y aún más con el club.
El equipo no juega a nada. Desde el pitido inicial del campeonato, cuando se ganaba sin saber muy bien por qué, hasta el último empate en Lezama, las sensaciones son malas, el espectáculo nulo (salvo en la grada) y el futuro incierto.
Aun así, será que ser del Depor te hace resiliente, creo a pies juntillas en el ascenso.
Sigamos con la exposición. El entrenador me aburre soberanamente. Me gustan los técnicos vehementes, que defienden a sus jugadores hasta la máxima expresión. Después, en el vestuario es otro cantar. Y que tácticamente sepan leer los datos que le pasan sus ayudantes y elijan la mejor solución. Pues no, este no es Borja. Borja Jiménez esparce porquería vestuario adelante, no tiene empatía ni de puertas adentro ni en sala de prensa, y cuando tiene dos opciones para mejorar las prestaciones de su equipo, suele optar por la que no acaba funcionando.
Y después está el club. Qué hablar del Gabinete de Comunicación que, lejos de informar, desinforma y enreda. Claro ejemplo lo tenemos en el Caso Llorente, donde pone a todo el mundo en alerta en aquel primer comunicado en el que se aludía a “hechos y conductas que no incluyen en ningún caso connotación sexual o violencia”. Ese comunicado, aunque parezca curiosamente lo contrario, es el que inicia la desacreditación de la denuncia de las jugadoras del Depor Abanca. En ese momento, muchos ya pusieron la etiqueta de víctima al entrenador. Sin conocer los motivos de la acción. Como además después el Gabinete Ético validó su inocencia, desde el club no se le dio cobertura al problema del equipo, y la prensa tampoco quiso ir más allá, al final borrón y cuenta nueva.
Pero no. Para algunos y algunas no existe tal borrón. Por eso, me preocupa la idea que tienen del fútbol femenino en la Plaza de Pontevedra. Podría ponerle varios adjetivos a la idea, los tengo entre los dedos, a golpe de teclado, pero lo voy a dejar en una frase: “cuidar lo justo para no morir, pero cuidadito con lo que hacen o piden”.
Así lo expuesto, y pese a todos estos que parecen empeñados en matar al Deportivo desde hace años, Forza Depor Sempre!!!!
