A medida que uno va cumpliendo años y mientras se resiste a abrazar por completo la edad adulta, trata de aferrarse con todas sus fuerzas a cualquier resquicio que quede de juventud. Cualquier clavo ardiendo que le permita mantener la conexión con esa etapa de la vida cada vez más lejana, aunque a veces provoque hacer el ridículo ante las nuevas generaciones. En mi caso son los memes y las películas de acción, superhéroes… o ambas. Y hablando precisamente de superhéroes, cuando Yeremay pronunció ayer con total naturalidad las palabras “normal”, “quedarme” y “Deportivo” en la misma frase, mi mente no pudo evitar viajar de forma instantánea al momento en el que Scarlett Johansson le revela a Jeremy Renner, en Vengadores: Endgame, que existe la posibilidad de resucitar a su familia después de que Thanos hubiera eliminado a la mitad de la población humana con un chasquido de dedos. “Don`t give me hope”, le suplica Ojo de Halcón a la Viuda Negra con los ojos vidriosos de quien ya no quiere hacerse más daño esperando imposibles.
Ni el deportivismo, ni desde luego el que firma estas líneas, estamos en disposición de pedirle nada a Yeremay. Ni siquiera que no nos dé esperanza a las puertas de un verano en el que hasta hace unas horas, todos pensábamos que “lo normal” era que el canario se despidiera de Riazor tras completar una de las temporadas de debut en el fútbol profesional más espectaculares de los últimos años. Los cantos de sirena fueron tentadores en enero. Se multiplicarán en breve.
El buen trabajo del club y la predisposición del jugador han provocado que ambas partes se encuentren cómodas y con fuerza suficiente como para seguir yendo de la mano. Quizá por eso, más allá de que no nos dé esperanzas, lo único que puede pedírsele a Yeremay, y también a la dirección deportiva, es que establezcan un pacto, tácito o recogido de manera formal, por el que la planificación del próximo curso no tenga que estar pendiente hasta bien entrado el mes de agosto de si la piedra angular de la 2025-26 es uno de los mejores jugadores de la categoría, o cerca de 30 millones de euros para tratar de mitigar su marcha. Que la decisión, hacia un lado u otro, se tome lo antes posible.
Mientras tanto, lo único que queda es seguir disfrutando de las exhibiciones del ‘10’ deportivista en las cuatro jornadas que quedan de temporada regular. Yo, por si acaso, no me haré excesivas ilusiones. Va en mi naturaleza ponerme siempre en lo peor y no fiarme de nada hasta que lo veo hecho al cien por cien. A veces ni así. Porque volviendo a las referencias cinematográficas, aunque en este caso con menos efectos especiales, quizá en esta situación lo más apropiado sea recurrir a la lección que Morgan Freeman le da a Tim Robbins en la mítica escena de ‘Cadena perpetua’ entre Dufresne y Red. “La esperanza es peligrosa, la esperanza puede volver loco a un hombre”. Como reza esa frase tan popular entre los seguidores de deporte angloparlantes y popularizó recientemente de nuevo Ted Lasso, otro gran personaje de ficción, “It’s the hope that kills you”.