El protocolo del Deportivo en casos de fallecimiento de exjugadores, extécnicos o exempleados está muy claro. Tanto, que desde hace unos cuantos años está definido por escrito. Minutos de silencio, pésames, coronas, presencia institucional... Y en general no alcanza a familiares de exdeportivistas por diversos motivos. Entre ellos se encuentran dos bastante fáciles de entender. El primero, la complejidad de llegar a semejante cantidad de fallecidos, ya que sería el número de exdeportivistas , que son muchos, multiplicados, como mínimo, por dos. El segundo, la dificultad de establecer un parentesco límite. Porque, ¿en dónde se detiene? ¿En los padres? ¿En los abuelos? ¿En los hermanos? ¿Y si son una docena de hermanos? En ocasiones se generan debates dependiendo de la importancia o trascendencia del jugador en cuestión. Pero para el club todos son igual de importantes. En donde el protocolo sí establece prioridades ante este tipo de atenciones es en la proximidad. Como por ejemplo, en el caso de familiares de primer grado de los trabajadores del club.