El fútbol se está desmadrando y buena prueba de ello son los constantes actos violentos que suceden en Francia o, sin salir de nuestras fronteras, el acoso el pasado octubre en el Camp Nou al exentrenador del Barcelona Ronald Koeman tras perder con el Real Madrid un encuentro liguero. El propio técnico neerlandés dio en la tecla al afirmar que “es un problema social de gente que desconoce lo que son las normas y los valores”.
La decisión tomada esta semana por la Federación Francesa de Fútbol de dar por perdida la eliminatoria de Copa al Paris FC y al Lyon tras los incidentes en su partido de dicho torneo, provocando momentos de pánico en la grada y en el que dos personas resultaron heridas, ha sido considerada por algunos como ‘drástica’.
Horroriza escuchar dicho calificativo ya que ante situaciones de este calado las medidas a tomar deben de estar al mismo nivel. En caso contrario la laxitud de las autoridades hará que la fiesta por asistir a un partido se convierta en una amenaza y esta dejadez provoque después lamentos por algo todavía peor e irreparable.