Ha reaparecido por todo lo alto nuestro viejo conocido Javier Clemente, con unas declaraciones contra Xavi Hernández y contra el estilo que trata de imponer el entrenador del Barcelona. “Quiere que los jugadores jueguen como él lo hacía, y eso no es de buen entrenador”, le soltó al técnico de Tarrasa para añadir que “tiene los jugadores que tiene y dudo que sean válidos para ese estilo”. De paso aprovechó para meterle una ‘puñalada deportiva’ a Johan Cruyff, no exenta de falsedad: “Cuando quería ganar partidos ponía a Alexanco de delantero centro”, lanzó Clemente.
El Rubio de Baracaldo se identifica con el ‘Cholo’ Simeone en la polémica que éste tuvo con Xavi. Y no es de extrañar, porque el juego que propugnaba el vasco en sus tiempos se asemejaba más al estilo ‘cholista’. Clemente dirigió durante unos cuantos años a la selección española (1992-98), a la que clasificó para dos Mundiales, pero si echamos la vista atrás no recordamos el juego de ninguno de los partidos que dirigió al frente del combinado nacional.
Es curioso que futbolistas que se distinguían por su calidad técnica, como era el caso de Clemente, al que recordamos perfectamente, se hayan transformado a su paso por el banquillo. Y eso es lo que le ocurrió al de Baracaldo, que protagonizó como entrenador uno de los espectáculos más bochornosos de la historia de la selección española, al perder frente a la flojísima Chipre por 3-2, tras lo que fue cesado fulminantemente debido a las severas críticas de todos los sectores.
Clemente era bien conocido en A Coruña. Un asiduo en el Trofeo Teresa Herrera, siempre invitado por la organización, se le recuerda también por aquella convocatoria del jugador deportivista Fernando (procedente del Betis), que era suplente de Fran en el Deportivo. Pero al de Carreira lo tenía entre ceja hasta el punto de convertirse en uno de los principales hándicaps para que ‘O Neno’ destacase todavía más a nivel nacional.
No seríamos justos si no recordásemos los dos títulos ligueros que obtuvo con el Athletic. En San Mamés, el equipo arrasaba a cualquiera, a base de correr más que los demás y a poner gran intensidad en su juego, con lo que ello implica. Corrían los primeros años de la década de los ochenta y Clemente se convirtió, de momento, en el último entrenador que sacó la gabarra a pasear por el Nervión, después de ganar una Liga. Como todos, luces y sombras como entrenador de un tipo que como persona es simpático y ‘echao palante’.