Los cimientos para convertir el sueño en realidad
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Los cimientos para convertir el sueño en realidad

Los cimientos para convertir el sueño en realidad

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A punto de cumplirse doce meses de la salida del barro, el deportivismo puede darse con un canto en los dientes con la permanencia en la categoría de plata. Ibai Gómez soñaba con salir en la foto de los dos ascensos tras su llegada a Riazor. Quien suscribe estas líneas se cansó de decir a sus compañeros en la plaza de Pontevedra, una y otra vez durante las cuatro temporadas en el barro, que íbamos a estar en Primera de un año para otro. Siendo honestos, una cosa es el potencial de un club —innegable en el caso del Dépor, ante el que muy pocos de sus 21 rivales resisten la comparación como entidad— y lo que se pueda conseguir en el campo es otra. El salto de la tercera a la segunda división es demasiado grande, como deja patente el reportaje firmado por Eder Pereira en esta edición.


Soñar es fantástico. Casi todas las grandes hazañas, las grandes empresas, los grandes imperios, los más gigantescos hitos en la historia de la humanidad, empezaron como un sueño. Soñar con que el Deportivo repitiese lo que hicieron dos equipos en los últimos quince años es un asunto bien diferente a exigirlo. O a considerar una decepción no haberlo conseguido. Eibar, como campeón en 2014, y Mallorca, vía playoff en 2019, ambos con el Deportivo inmerso en la lucha, son los únicos equipos que subieron a Primera en el curso inmediatamente posterior a su ascenso a Segunda en los últimos tres lustros. Desde aquel Mallorca, solo un recién ascendido ha llegado a clasificarse para el playoff. Y también, como no, andaba el Deportivo de por medio, ya que el protagonista fue el Albacete en la campaña posterior a privar a los deportivistas del regreso a Segunda División en su propio feudo.


O sea, en las últimas cinco campañas, solo un playoff. Y van a ser seis, porque ni Córdoba, ni Deportivo, ni Castellón, ni Málaga están en disposición de alcanzar tal gesta.


En la parte contraria de ese mismo lapso hay que valorar que ocho recién ascendidos volvieron a descender. Lo hicieron Racing de Santander en 2020; Sabadell, UD Logroñés y Castellón en 2021; Amorebieta y Real Sociedad B en 2022, y de nuevo el Amorebieta, esta vez junto al Alcorcón, en 2024. Ocho descensos de veinte. O lo que es lo mismo, un cuarenta por ciento, un porcentaje elevado que debería aumentar el valor de la cómoda permanencia del equipo blanquiazul.


Que el Deportivo vaya a superar a tres de cada cuatro ascendidos de los últimos quince años parece, sin duda, poco premio. Una escueta tajada que llevarse a la boca después de luchar por un ascenso hasta el último día durante tres temporadas consecutivas. En los tiempos que corren y echando la vista atrás para observar de dónde venimos, sin embargo, la tranquilidad se convierte en el trofeo más importante y en los cimientos para que el sueño no tarde demasiado tiempo en hacerse realidad.

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