De momento no se ha producido la puesta de largo anunciada el pasado verano por parte del Deportivo, pero la importante reforma que está llevando a cabo del club blanquiazul en Abegondo no pasa inadvertida para nadie. Han sido varios los exjugadores que se han quedado impresionados con el cambio que ha dado ya la ciudad deportiva. El último, Mikel Balenziaga.
El vasco decidió pasar el trago amargo que le dejó el 0-3 de la ida de semifinales de Europa League, sufrió en vivo en San Mamés la derrota de su Athletic ante el Manchester United, visitando a los compañeros con los que hace prácticamente un año celebraba el ascenso a Segunda. Lo primero que hizo nada más bajarse del coche fue alucinar con el cambio de cara que habían dado las instalaciones de Abegondo.
Balenziaga solo estuvo una temporada en el Deportivo, pero su profesionalidad, oficio y compañerismo no tardó en conquistar primero a la plantilla, y después a una afición que pasó de las dudas con su rendimiento a terminar lamentando que decidiera colgar las botas poniendo como broche de oro el granito de arena necesario para devolver al club herculino al fútbol profesional.
Más allá de seguir de cerca lo que hace el Athletic de Bilbao, en Europa y también en la liga española, Mikel Balenziaga no se ha separado del todo del fútbol tras su retirada. El lateral tenía claro que quería seguir ligado al deporte de su vida y no tardó demasiado en dar su siguiente paso. Desde hace unos meses es segundo entrenador en el Ugeraga. Ahí aprovecha, además de para formarse, para quitarse el cosquilleo que todo futbolista todavía siente después de colgar las botas. Algo a lo que también ayuda haberse sumado ya a los veteranos del Athletic, con los que entrena una vez a la semana.