Los árbitros del baloncesto coruñés
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Los árbitros del baloncesto coruñés


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Al contemplar esta semana los partidos del preolímpico de baloncesto que se está celebrado en Valencia, con España clasificada para semifinales, y las magníficas noticias de los nuevos fichajes del Leyma para la próxima temporada, me han venido a la memoria recuerdos de aquellos árbitros del pasado siglo que dedicaron mucho tiempo y sacrificio a este deporte en A Coruña. 


Si partimos de los años cincuenta, cuando los partidos se celebraban al aire libre en las pistas de Santa Lucía o Méndez Núñez y eran dirigidos por un solo árbitro, debemos citar, como pioneros, a Víctor Saavedra, Enrique Sanz y José Trigo, quienes en la temporada 58/59 fueron elegidos para arbitrar en la entonces Liga Nacional de Primera División zona norte. Con ellos compartían afición los Castillo, Corrales, Gómez y Amador de Mena. Tito de Mena fue al primero al que recuerdo haber visto arbitrar en aquella cancha de los jardines de Méndez Núñez.


Con posterioridad aparecen los Cobián, Molinos, José Luis Varela -elegido mejor árbitro en la temporada 61/62-, Manolo Mekerle, jugador, entrenador y árbitro, o José Antonio López de Alba, conocido también como corrector y redactor de ‘La Voz de Galicia’. Por esos años se inicia en el arbitraje el amigo Ramiro Casquero, afición que habría de practicar muchos años, destacando sobre todo en el arbitraje a equipos femeninos. Había sido elegido como mejor árbitro en la temporada 68/69 e incluso se implicaría después como Secretario General de la Federación coruñesa. Otros nombres de apasionados del silbato que me vienen a la mente son los de Manuel Rodríguez Acuña, los hermanos García Cabreros, Tino Roura, José Garrote o mi tocayo Vicente, que tenía una zapatería en la calle de la Franja y con el que sigo manteniendo el saludo.


Eran buenos árbitros -muchos de ellos alcanzaron la categoría nacional- y ello lo confirma el hecho de que cuando se organizaban partidos importantes en nuestra ciudad no era necesario traerlos de fuera. Así vemos cómo Varela y Mena llegaron a pitar un Racing de Buenos Aires-Bosco, en 1966, los López de Alba y Cabido, en el Nantes-Base de Rota del año siguiente, Casquero y Acuña, en el Sportif parisino-GE Tabaquero en 1970, este ya en el Palacio de los Deportes, o Casquero y el ferrolano Rivas en el encuentro entre una Selección Española y el Gillette All-Star norteamericano, en 1973.


En el año 1963 presidía el Colegio de Árbitros otro buen amigo, José Antonio Martínez Arias, que haría una gran labor al frente del mismo, incluida la elaboración de un Reglamento para el Colegio. Años después llegaría a a ocupar la presidencia de la Federación. Con él colaboraban los hermanos Varela Lafuente, Alfredo Camañez o Francisco Javier Vázquez Fidalgo, entre otros. A José Antonio le siguieron en el Colegio los recordados Miguel Míguez Santos y José Luis Varela Pardo. También debemos mencionar a los auxiliares de mesa como Molinelli, Miguel Miguez, Varela Lafuente, o Ferreño, que con su discreta labor hacían posible el control de los partidos en una época en la que todavía los medios digitales eran una utopía. Tanto es así que en el año 70, la Polideportiva de Riazor carecía de un reloj para medir los 30 segundos. Nada que ver con los instrumentos actuales de control, la composición de los equipos de tres árbitros, con un anotador, un cronometrador, un operador de 24 segundos, etc.


Estoy seguro de que me dejo en el tintero a otros muchos árbitros coruñeses de esa época, pero no quisiera olvidarme del también amigo Julián Valiente, que desde su blog ‘Páginas del basquet coruñés’, nos sigue trayendo recuerdos de aquella añorada etapa..
 

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