Sucede habitualmente en la sociedad del consumo en la que vivimos. Nos aburrimos de todo y nos aburrimos muy rápido. No es ajeno a eso el fútbol con cada juguete nuevo que entra por la puerta. Tanto si es de fuera como, sobre todo, si sale de la cantera. Esa atracción por la novedad provoca no en pocas ocasiones injusticias como las que esta temporada se está cometiendo a la hora de evaluar el rendimiento de Diego Villares. Al parecer, al de Vilalba le queda grande el reto.
Se suspira y se reclama por identidad. Por jugadores que sientan el escudo y que representen los valores del club en tiempos difíciles. Y cuando aparece alguien que encarna todo eso, siempre se le pide un poco más. O que deje sitio al siguiente.
Villares empezó 2021 jugando en Tercera. Hoy, tras comer barro durante cuatro campañas, disfruta a los 28 de su primera experiencia en el fútbol profesional. El brazalete que dignifica cada domingo y las canas que ya empieza a peinar no deberían privarlo del pase que se le concede a otros más jóvenes que también se están encontrando dificultades en sus primeros pasos en Segunda. Porque si algo ha demostrado el centrocampista es que no sobran jugadores que lo superen en inteligencia sobre el verde y capacidad de adaptación.
Quizá sin excesivo brillo, quizá le esté costando llegar al sobresaliente. Seguro sin acumular suspensos. Lo que eleva el techo de los proyectos de cantera son los Yeremays y Mellas. En eso no hay debate. Pero ese tipo de talentos generacionales no aparecen todos los días y si lo hacen, retenerlos a edades tan tempranas es poco menos que una misión imposible ante los grandes trasatlánticos que peinan cada rincón del planeta fútbol. Por eso conviene valorar a los jugadores de casa que pueden marcarte el suelo. Esos futbolistas que cumplen con lo que se le pide, que llevan la bandera de la regularidad. Que, como Villares, permiten que el equipo funcione mejor aunque no sea él el que marque los goles ni dé las asistencias.
Hace poco, al jugador de los Kansas City Chiefs Travis Kelce le preguntaban por los nuevos y jóvenes quarterbacks de la NFL que amenazaban el reinado de su compañero Patrick Mahomes, gran dominador de la posición en el último lustro. “Todos son mejores que Mahomes hasta que toca ser mejor que Mahomes”. El Deportivo ha firmado numerosos mediocentros a lo largo de las últimas temporadas. A veces jugadores que llegan para competir por el puesto, a veces refuerzos con pedigrí superior que parecen destinados a hacerse con la titularidad... “hasta que toca ser mejor que Villares”.