“Fue una celebración muy efusiva, porque no nos lo esperábamos para nada”, explica Sabela Tarrío, jugadora del Eirís. Un equipo que parecía volver a quedarse a las puertas del ascenso a Segunda Galicia Femenina, pero que finalmente ha logrado el ascenso al haber más plazas que dan billete.
Fue una sopresa para la propia plantilla, que pensaba todo dependía de una más que improbable derrota del Unión Campestre —campeón— o de un pinchazo del Muxía que les permitiera acabar entre los tres segundos con mejor promedio de puntos. No sucedió, pero la reestructuración de Tercera Federación influye en las categorías inferiores y por ello los dos primeros de los cinco grupos de Tercera Galicia logran el ascenso de categoría.
Una rendija que conocían Fuco, el entrenador, y sus colaboradores. “Lo sabían desde hace tiempo, pero no nos quisieron decir nada porque sabían que nos íbamos a relajar y querían que peleáramos por ser campeonas o por la plaza que pensábamos que necesitábamos”, explica Sabela.
Fue mejor así, pues pese a tener una pequeña pista en la previa, no recibieron la noticia hasta el final. Sobre el césped, como más se disfruta. “Nos pusimos a chillar, nos abrazamos, vinieron los padres de algunas compañeras... Fue muy emocionante para la gente que lleva mucho tiempo en el club”, valora la lateral izquierda.
Y quizá se lleven también el pichichi, pues María Tojo está pendiente de que le validen su gol 33, mal registrado el domingo. Un final redondo.