Otero: “Era un partido a vida o muerte; me vendé las dos piernas y a jugar”
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Otero: “Era un partido a vida o muerte; me vendé las dos piernas y a jugar”

Otero: “Era un partido a vida o muerte; me vendé las dos piernas y a jugar”
Otero, delantero del Arteixo, durante un partido de esta temporada | PEDRO PUIG

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Adrián Otero (Arteixo, 1995) se erigió como gran protagonista  de la última jornada al ayudar con un hat trick a que su equipo siga una campaña más en Tercera Federación. Además, su magnífica actuación ante la Sarriana (4-2) le sirvió para terminar como el tercer máximo goleador del grupo.


La sensación en la previa era de que solo la victoria les iba a servir. Y así fue, pues el resto de resultados no sonrieron a los intereses del Arteixo. Eso sí, el duelo fue menos sufrido de lo previsto. “Teníamos bastantes dudas sobre que nos íbamos a encontrar. Podía ser que la Sarriana fuera con todo a por la victoria para tener un mejor cruce de playoff, o que optara por repartir minutos para llegar más fresco a la fase. Plantaron la línea defensiva muy alta y creo que eso nos facilitó un poco las cosas, porque lo supimos leer muy bien y de esa forma llegaron los primeros goles”, apunta.


Los primeros minutos fueron magníficos en cuanto a ritmo e intensidad, los mejores de la temporada. Se notó en el campo quien se estaba jugando la vida de verdad, porque ellos al final sí que rotaron y tenían la cabeza en el playoff”, añade el delantero, que forzó para estar en el partido.


“Llevo tres o cuatro semanas un poco renqueante. Tuve una microrrotura en el isquio y, por querer forzar e intentar volver pronto, me fastidié en la otra pierna, en el aductor. No me obligó a parar al 100%, pero sí a jugar pocos minutos. Esta última semana, no sé si por las ganas o qué, pero fue la que más entrené. Me vendé las dos piernas y a jugar, porque era un partido a vida o muerte. No había más oportunidades y tenía que forzar, aun a riesgo de que fuera peor”, explica.


Aunque no se sintió mal, sí pasó algún apuro. “No tenía dolor, pero en lo físico me costó. Como le metimos tanta intensidad en los primeros quince minutos, a la media hora ya estaba reventado y deseando que el árbitro pitara el descanso. La Sarriana es un equipo dominador y tenía algo de temor de que se nos hiciera el partido largo, pero a nivel muscular aguanté bastante bien”, desarrolla.


En cuanto al ambiente, con los dos graderíos a rebosar y gente de pie, señala: “Fue el mejor de los últimos tres años. Sí que recuerdo uno cuando ascendieron a Tercera RFEF y yo estaba en el Racing Villalbés. Aquella vez, curiosamente también ante la Sarriana, diría que hubo incluso un poco más de gente, sobre todo en el fondo lateral”, rememora.


Con respecto al futuro, expresó su deseo de seguir vistiendo la rojiblanca: “No sé qué va a pasar, pero ojalá pueda seguir en este club, que al final es el que me lo ha dado todo”.


Por último, hizo balance de la temporada. “Empezamos mal, y eso anímicamente también influye. Es cierto que en las dos anteriores pasó lo mismo y luego apretamos hasta el punto de quedar cerca del playoff, pero no siempre iba a ser así. También tuvimos problemas con las lesiones y lo de los penaltis, que no sé qué nos pasó, pero perdimos perfectamente diez puntos. Habríamos estado en una posición mucho más desahogada”, finaliza.

 

 

Así lo vivió el entrenador

Juan Riveiro, entrenador del Arteixo, valoró el triunfo ante la Sarriana. “Si algún equipo necesitaba ganar, éramos nosotros, porque era nuestro último partido. El rival todavía tenía dos, cuatro o seis, y eso se tenía que notar en el campo. Creo que así fue desde el minuto uno”, explica.


A continuación, realizó un balance de la temporada: “Me pagan por conseguir objetivos, tenía la tarea de mantener la categoría y lo conseguimos. Haremos un análisis minucioso esta semana, pero creo que lo logramos sin brillantez, pasándolo mal. Pagamos un comienzo de Liga muy malo, una primera vuelta bastante mala también. En la segunda mejoramos y el equipo se rehizo, porque en los tres últimos, que eran auténticas finales, el equipo hace siete puntos de nueve ante grandes equipos. Intentaremos que otras temporadas similares consigamos el objetivo antes y no se nos complique tanto, sin contar con el factor suerte, que no estuvo de nuestra parte este año en ningún momento”.


Por último, se mostró muy sincero con respecto a sus sensaciones para el próximo curso. “Son agridulces. Feliz por conseguir el objetivo, que se festejó, pero un poquito agrias porque ahora mismo no me apetece entrenar. A lo mejor mañana sí. Ha sido una temporada muy dura para mí, en la que no dábamos encontrado la forma de encadenar victorias, algo que siempre han logrado mis equipos en ciertos tramos. No llegó esa sensación de estar bien en general. Ha habido muchas vicisitudes por las que pasar que solo saben los que están ahí dentro: jugadores, cuerpo técnico y directiva. Al final hemos llegado a buen puerto, pero ahora mismo las sensaciones son agridulces”.

Otero: “Era un partido a vida o muerte; me vendé las dos piernas y a jugar”

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