Los equipos modestos de A Coruña son muchas veces ‘más que un club’. Uno de los mejores ejemplos es el del Torre, entidad que vive un gran momento en lo deportivo -logró el ascenso a Primera Futgal- y que en verano destaca por su labor solidaria.
Ha organizado por novena vez el Mundialito de la Integración (séptima en categoría femenina), un torneo “cuyo objetivo es reunir a diferentes culturas y personas de distintos orígenes que residen en la ciudad o en la comunidad autónoma”, explica Antonio Dubra, su presidente.
Juega todo aquel que quiere representar a su país, algo que trae bonitos momentos: “el año pasado se dio un enfrentamiento entre Argelia y Marruecos. Estaban al borde del enfrentamiento militar en la frontera y yo pensaba ‘a ver si el orgullo patrio no me arma aquí alguna jugada’. Todo lo contrario, hermandad, pusieron las banderas juntas en las vallas. Hasta saqué una foto porque me parecía curioso. Los países a nivel militar estaban en máxima tensión y los chicos tenían una gran hermandad”, reflexiona Dubra.
“Lo viven como un Mundial de verdad, con camisetas de su país. Hubo años que ganaba Nigeria y celebraban con sus tambores. Se quedaban allí en la Torre haciendo fiesta”, continúa.
“Te pongo el ejemplo de Perú y Nigeria en el tercer y cuarto puesto masculino de esta edición. El ambiente en las gradas era súper colorido y la emoción de los chicos tremenda. Cuando ves eso, te anima a seguir con la iniciativa cada año”, añade muy satisfecho.
Luigi Citro, que ejerció como técnico de las selecciones de Colombia (femenino) e Italia (masculino), describe el Mundialito como una “experiencia hermosa”. Destaca que se pueden juntar personas que de otra forma quizá no lo harían y que “en alguna ocasión incluso fui árbitro y todo salió excelente”.
“Hay mucha competición. Los chicos y chicas juegan muy bien, es un torneo con potencial futbolístico; y para muestra aparte de hacer amigos he tenido la suerte de cerrar algún fichaje”, explica el italiano, que esta temporada se estrenará en la Liga de Peñas dirigiendo al Inter Club Coruña Bianco Azzurri (con referencia a las distintas naciones que se ven representadas y al Depor) y que en su día fue entrenador del Torre femenino.
“Tuvimos la oportunidad de conocer jugadoras nuevas que se sintieron cómodas con las compañeras y que se sumaron al equipo”, comenta sobre lo que le aportó el Mundialito en aquella etapa.
Por su parte, Hicham Ouali es un marroquí que llegó a A Coruña en el año 2021 y que tiene una historia que refrenda la anécdota citada anteriormente por Antonio Dubra.
“Desde que llegué a España he participado siempre en este torneo porque me encanta el fútbol. Califico el torneo con un diez sobre diez y en esta ocasión he jugado con argelinos, donde tenía muchos conocidos”, comenta.
Un Hicham que era uno de los que jugaban con ‘ventaja’, ya que está federado y viene de marcar diez goles con el Atlético San Pedro Oleiros en Segunda Futgal. Antes había jugado en el Torre, donde quizá esté también su futuro.
Y en categoría femenina, la uruguaya Silvina Porro, descendiente de gallegos, que jugó representando a un combinado con charrúas y argentinas. “Entiendo que es fundamental fomentar el deporte y sobre todo el fútbol femenino", dice.
"Nosotras particularmente no formamos parte de ningún equipo en el que coincidamos, entonces fue un desafío”, expresa.
Cuenta la anécdota de que tuvo “una rotura del tendón de alquiles al final del último partido” y deja patente su pasión por el fútbol: “jugué al balonmano durante muchos años y luego cambié de deporte y empecé a practicar fútbol en Uruguay. Cuando llegué a A Coruña lo primero que hice fue buscar equipo”.
Cuando hay un balón en juego y un país al que representar, la amistad queda aparcada por un rato y todos buscan hacerse con el trofeo. “Nos apasiona jugar por nuestra camiseta, en representación de nuestro país, y así fue como encaramos el torneo, como una actividad para divertirnos pero no dejando de lado la competencia y el compromiso de intentar ganar la copa”, manifiesta Silvina.
En esta edición participaron doce selecciones en categoría masculina (Cuba, Perú, Argentina, Senegal, España, Colombia, Italia, Marruecos, Argelia, Nigeria, Bolivia y Brasil); y seis en femenina (Venezuela, España, Colombia, Uruguay, Bolivia y Alemania), con grupos de tres equipos que daban acceso a semifinales y final, respectivamente; en partidos de fútbol ocho disputados en Visma.
En el torneo masculino, la Argelia de Hicham se llevó el torneo tras vencer a Colombia en la final (2-2 en el tiempo reglamentario y 5-4 en penaltis); mientras que en el torneo femenino fue Venezuela quien se impuso en la última ronda a la Uruguay de Silvina (0-2), que se quedó la medalla de plata.
El bronce masculino fue para Perú, que derrotó a Nigeria por 3-0; y el femenino para la Colombia dirigida por Luigi, que se deshizo de Alemania por un claro 4-0 en el partido por el tercer y cuarto puesto.
Cabe destacar que el equipo masculino de Argelia estaba formado por varios jugadores del Marola, una organización que busca la integración mediante el fútbol.
Y así llegó a su fin un torneo que tendrá continuidad el próximo año y que forma parte de las iniciativas del Torre. Otro ejemplo son las Jornadas Solidarias de Deporte Adaptado e Inclusivo, en las que participan este verano más de 150 niños y niñas de asociaciones como Aspronaga o ASPACE.