El Meicende muere con las botas puestas; el Victoria, finalista
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17º-23º

El Meicende muere con las botas puestas; el Victoria, finalista

El Meicende muere con las botas puestas; el Victoria, finalista

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El Victoria, a la final. Pero cómo sufrió. Barral, con un golazo sensacional en el minuto 78, hizo justicia al partidazo del Meicende mandando la eliminatoria a la prórroga. El final estaba escrito y tenía que ser épico. Por eso se decidió en la tanda de penaltis. El ambiente en el Municipal de Meicende era sensacional, pero el desenlace no fue el esperado. Barral, el héroe que alargó el partido hasta superada la medianoche, falló el 18º lanzamiento desde los once metros.

 

Descarado, atrevido, veloz, intenso, vertical. A la primera parte del Sporting Meicende contra el Victoria sólo le faltó algo para ser perfecta, algo que es lo más importante en el fútbol: el gol. Armado en un 1-4-3-3 con Illarra en la posición de mediocentro defensivo aportando equilibrio en todo momento, con Álex Ares, la magia, y Dani Gómez, la presencia, como interiores con mucha velocidad y con tres puñales en la última línea –Zoubir en la derecha, Edu en la izquierda y Jon en punta–, el conjunto de Maikel no sólo compitió de tú a tú contra un equipo de Preferente Autonómica sino que fue superior en todas las fases del y, además, contabilizó bastantes más ocasiones claras.

 

El Victoria, con salida directa desde Jano durante prácticamente todo el primer acto salvo cuando se asomaba Martín Mauriz entre los centrales, no presentó ninguna novedad en cuanto a propuesta. Claudio Corbillón salió con el habitual 1-5-3-2 con Adri, Pipi y Miguel Dias como el trío de centrales, con Padín en el carril derecho, Migui en el izquierdo, Andrés y Mau en el doble pivote y, como tres piezas más adelantadas, Otero en derecha, Dieguito en izquierda y Dani Carnota como delantero.

 

La primera llegada clara fue del Victoria. Balón en profundidad sobre Otero, que se metió en el área y comprobó cómo Franco lo arrolló. Era el minuto 1, demasiado pronto para pitar penalti. Otro gallo hubiese cantado si la acción se produjese con el encuentro más avanzado.

 

A partir de ahí, el Meicende se hizo dueño y señor del partido: conseguía salir con la pelota jugada desde atrás y, lo más importante, llevarla a la última línea, a los jugadores que de verdad hacen daño.

 

Las ocasiones de la escuadra rojiblanca tuvieron un denominador común: la velocidad. Los tres delanteros del Meicende, pequeños, rápidos y bulliciosos, hicieron mucho daño a los corpulentos centrales del Victoria.

El primero en hacer cosquillas (minuto 13) fue Edu, que recibió un balón picado en la espalda de Adri y, sólo en el mano a mano ante Jano, trató de picar quedándole el remate a media altura. El portero del Victoria metió el brazo izquierdo para evitar el 1-0 y la defensa blanquinegra completó la acción defensiva.

 

Después (18) fue Jon el que se fue en velocidad de Adri ligeramente escorado a la izquierda. El delantero del Meicende sacó un tiro raso con la zurda al que volvió a reaccionar bien Jano. El propio Jon, pero en el otro perfil (el derecho), volvió a atacar (21) la espalda de la línea defensiva del Victoria; pero se quedó sin ángulo y su trallazo fue desviado por Jano a córner. Acto seguido (22) fue Edu el que terminó una combinación por la izquierda con un zurdazo al lateral de la red.

 

El Victoria dio señales de vida en el 28, con un pase interior magistral de Martín Mauriz a la diagonal de Otero, que se quedó solo en el punto de penalti. Optó por la fuerza, el disparo le salió demasiado centrado y desvió Iván.

 

El primer acto terminó con una para cada equipo. La primera (30) fue, de nuevo, del Meicende. Illarra fue el conductor de una contra por el carril central pero tardó demasiado el soltarle el balón a Jon, que cabalgaba por la izquierda. La bola acabó en el costado derecho, Zoubir orientó para la zurda y, desde el pico del área, probó con un tiro peligroso que se fue por encima del larguero. En el 39, Otero volvió a desperdiciar una ocasión clarísima. Dani Carnota cayó a la izquierda y, desde la línea de fondo, se fue de su par y dio el pase de la muerte para el ‘9’ blanquinegro que, desde el área pequeña, cruzó en exceso cuando el gol parecía cantado.

 

La segunda mitad comenzó con una mejor versión del Victoria que, al menos, pisó más campo contrario y merodeó el área del Meicende. De hecho, la primera gran ocasión tras el descanso fue del conjunto de Claudio. Dani sacó un zurdazo desde tres cuartos de campo que buscaba la escuadra e Iván, guardameta local, hizo una de las paradas del partido: voló para mandar el cuero por la línea de fondo.

 

El Meicende no tardó con hacerse de nuevo con el timón. Y, de nuevo, llegaron las ocasiones. La primera del Meicende en el segundo período fue clamorosa. Jon (minuto 63) atacó la espalda de Adri, recortó, regateó, se gustó en la jugada y, cuando venció a todo el mundo y se quedó solo ante Jano, le faltó precisión en la definición; remató al cuerpo del portero. Zoubir (69) probó con una falta que buscaba la escuadra pero Jano volvió a salvar al Victoria. Una chilena de Edu (63) que se fue por encima del larguero fue la antesala del 1-0.

El lateral derecho Barral saltó al campo en el 74. Cuatro minutos después recibió solo en su posición, en campo contrario. Se orientó hacia dentro, parecía que iba a probar desde 30 metros y en la grada se gritó: ¡no tires! Pues tiró. En realidad fusiló. Mandó la pelota cerca de la escuadra de un Jano que esta vez no pudo hacer nada. 1-0. Meicende en pie.

 

Pudo desbaratar la hazaña del Meicende Adri Méndez. El central recibió solo en el área pequeña un balón de cabeza de Iago Pérez en un córner. Adri no se la esperaba e incomprensiblemente mandó el esférico por encima del larguero. Y hubo prórroga. El Meicende se la merecía.

 

En la prórroga predominó el respeto, aumentó el cansancio y se ausentaron las ocasiones claras. La eliminatoria se merecía un final épico en la tanda de penaltis. Hubo sorpresas, empezó fallando Óscar y también lo hizo Álex Ares, dos especialistas. Los lanzamientos desde los once metros se largaron hasta el 18º lanzamiento. Barral, que dio esperanzas al Meicende, fue el que falló el último, se lo paró Jano. Así de cruel es el fútbol. El Victoria, a la final contra el Olímpico.

 

Sporting Meicende 1-0 (6-7) Victoria

MEICENDE (1-4-3-3): Iván; Alexito (Barral, min.74), Cristian, Franco, Micki (Djibril, min.90); Dani Gómez (Andrés, min.65), Illarra, Álex Ares; Zoubir, Jon, Edu (Marcos, min.74).
VICTORIA (1-5-2-3): Jano; Padín, Adri Méndez, Pipo (Seo, min.65), Miguel Dias, Migui (Sergio, min.83); Andrés Pérez, Martín Mauriz; Otero (Iago Pérez, min.71), Dani Carnota, Dieguito (Óscar, min.83).
GOL: 1-0, min.78: Barral.
TANDA DE PENALTIS: 0-1, Óscar (falla). 0-0, Álex Ares (para Jano). 0-1, Padín (marca). 1-1, Illarra (marca). 1-2, Martín Mauriz (marca). 2-2, Franco (marca). 2-2, Iago Pérez (para Iván). 2-2, Cristian (falla). 2-3, Dani Carnota (marca). 3-3, Zoubir (marca). 3-4, Miguel Dias (marca). 4-4, Marcos (marca). 4-5, Adri Méndez (marca). 5-5, Andres (marca). 5-6, Andrés (marca). 6-6, Jon (marca). 6-7, Sergio (marca). 6-7, Barral (para Jano).
ÁRBITRO: González Vázquez (A Coruña). Amonestó a Barral (104), del Meicende; y a Adri Méndez (48), Andrés (115), del Victoria.
CAMPO: Meicende.
 

El Meicende muere con las botas puestas; el Victoria, finalista

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