Mateo Oreiro (A Coruña, 2002) vivió la experiencia de pasar por la cantera de Deportivo, Ural y Montañeros, pero ya lleva un tiempo en el sitio donde empezó, el Atlético Castros, el equipo de su barrio.
Le han ganado al Imperátor, uno de los equipos punteros del grupo. ¿Cómo fue?
Bastante bien. Al principio nos dominaron bastante, sobre todo en lo que se refiere a la posesión, ya que nosotros también tuvimos varias al contraataque. En la segunda ya empezamos mejor y tuvimos las mejores opciones.
¿Qué les dijo el técnico –Andrés Víctor– en el descanso?
Que estuviéramos tranquilos, que nuestro partido era ese. Nos instó a tener más el balón nosotros. Las ocasiones más claras habían sido nuestras y teníamos que creer que era posible ganarles.
¿Podría describir el gol con el que supuso el empate?
Inicia con una pared con el lateral, que me había doblado por banda. Me meto dentro del área y hago algo que busco bastante. Una vez estoy casi en línea de fondo espero a que el portero salga a tapar el centro y tiro por el palo corto.
¿Y el 2-1 definitivo?
Igual. Un balón a banda, aprovechamos que Ernesto es bastante rápido, apura línea de fondo, da un pase atrás y se marca en propia el central.
Están más cerca de la fase de ascenso a Primera Futgal que del descenso. ¿Qué objetivo se marcan en el club?
En principio ir con calma, no nos vayamos a poner metas demasiado altas, pero tampoco es mirar hacia abajo, la verdad. Queremos ir poco a poco, pero todos tenemos en la cabeza intentar llegar al playoff.
¿Cómo se siente pasar las pruebas del Dépor de niño?
Es una locura. Vas con otros 100, los mejores de A Coruña, y al pasar la primera fase quedan 30. Luego llega el coordinador del Atlético Castros y te dice que las has pasado. Encima en cuanto llegué, lo primero ya fue un torneo en Pontevedra, con equipos de nivel como el Oporto o el Celta. Yo solo había jugado aquí y pocos torneos, por lo que imagínate la ilusión de eso u otros como Tenerife y salir en la televisión.
¿Hay sentimiento de barrio en el Atlético Castros?
Sí, sí. Somos todos de aquí, y el que no lleva ya tiempo. De hecho diría que en el equipo casi todos pasamos por la base del club en algún momento.
¿Desde cuando conoce a la mayoría de sus compañeros?
Prácticamente todos hemos ido a un colegio de aquí al lado que se llama el Anxo da Garda, o sino más tarde al instituto del Castrillón.
También juega al fútbol sala.
Montamos un equipo, el Pabe FS, un par de jugadores del Atlético Castros y varios amigos de aquí del barrio. En principio la idea era Liga de Peñas, pero como este año no hay, nos inscribimos en Segunda Futgal y con la broma igual hasta ascendemos. Por ahora hemos ganado los seis partidos.
¿Qué le gusta más?
Nunca había jugado a fútbol sala y me gusta bastante, porque es mucho de control y tiene la ventaja de ser muy dinámico, entras y sales. Pero me gusta mucho más el fútbol 11. No tienes tanto el balón, pero me gusta pegarle desde fuera, los pases largos, etc.
Entiendo por tanto que se ve más en el césped.
Lo vemos como un hobby, un añadido, pero estamos más centrados en el Atlético Castros. Con respecto al fútbol sala ya se irá viendo, pero en principio es más pensado para pasar el rato con los colegas y que nos vengan a ver otros.