Cualquier guion de entrevista acaba siendo papel mojado con Juan Riveiro (A Coruña, 1969), pues es un técnico que no cae en el tópico y que puede sorprender en cada respuesta. Quizá le toque batir su corto récord de tiempo sin entrenar en los casi 40 años que lleva haciéndolo, pero mantiene la pasión intacta tras su salida del Arteixo. Asegura no haber tenido ninguna oferta durante este verano y ya mira hacia el siguiente reto, para el que tiene la mente abierta: no tiene por qué ser como primer entrenador de un equipo sénior.
¿Cómo está? Supongo que se le hace raro estar sin equipo a pocos días de que empiecen las pretemporadas.
Pues sí, se hace extraño. Llevo desde los 16 años entrenando sin parar. Esta es la primera vez que no estoy ni en un cuerpo técnico ni como primer entrenador. Pero bueno, es lo normal en este mundo. Esta vez me tocó a mí y ya está, no pasa absolutamente nada.
¿Desde los 16?
Sí, desde ahí entrenando sin parar. Solo tuve un parón de cinco meses cuando me echaron del Dépor, pero enseguida tuve mi primera etapa en el Arteixo como coordinador de la base y entrenador de cadetes. Siempre entrenando, ya sea fútbol o sala.
¿Cómo le llamó iniciarse en los banquillos tan pronto?
Siempre me gustó. Jugué hasta los ‘veintipico’ a sala y hasta los 18 a fútbol, pero siempre me llamaba entrenar. Empecé con equipos de base, sobre todo femeninos, porque era más fácil entonces. Me fui formando muy pronto, mientras estudiaba INEF, y dejé de jugar pronto porque tenía entrenadores que gritaban mucho siempre a los jóvenes y no me gustaba. Ya tenía el título nacional de sala... y lo dejé.
“Llevo desde los 16 años entrenando sin parar, pero esta vez me ha tocado a mí”
Entiendo que no ve mal el grito, sino la disparidad de trato.
Yo siempre grité, no me parece mal. En sala gritas menos porque se oye todo en el pabellón, pero en fútbol, si tienes que decirle algo a alguien que está a 80 metros… Pues le gritas, pero sea joven o veterano.
Tras su salida del Arteixo, habrá tenido ofertas durante este verano.
¡Ninguna!
¿Ninguna?
Ninguna. A diferencia de otros que tienen muchas y que los llaman de 50.000 sitios, y que luego... pues bueno, solo es parcialmente cierto, vamos a decirlo así. A mí este verano no me ha llamado nadie.
Lo dice sin ningún problema. Tampoco pasa nada, claro.
No, en absoluto. Entiendo que los que han buscado a entrenadores para sus equipos no se han acordado de mí. O sí se han acordado, pero han elegido otra opción. Es un mercado muy libre y hay muchísimos entrenadores para tan pocos equipos. No es una cuestión que me preocupe, porque la vez que fiché por el Paiosaco estaba paseando con mi mujer por los Cantones cuando me llamaron, sin esperarlo, y luego estuve seis años.
¿Cómo están sus ganas de entrenar? Un día después de lograr la permanencia contra la Sarriana dijo que no tenía, pero una vez se produjo su salida, sí le apetecía.
En aquel momento estaba saturado, había sido una temporada muy dura: mala primera vuelta, muy pocos puntos, luego una segunda vuelta tremenda hasta la última jornada. Fueron meses duros por diversos motivos y estaba muy saturado. Pero después pasan los días y es lo de siempre... ‘bueno, a por un año más’.
“Si hay seriedad, compromiso y un objetivo, claro que me veo con cadetes”
¿Mantiene la frase de que no le importaría entrenar cadetes si hiciera falta?
Pero es que... ¿por qué no? A mí lo que me va a ilusionar siempre es el proyecto deportivo, y ya he entrenado muchas veces a cadetes. Si soy sincero, no me veo entrenando a alevines, porque hace falta una energía diferente, pero un Cadete o Juvenil con un proyecto serio, claro que sí. Si tengo 20 fichas y vienen a entrenar ocho... no me veo. Pero si hay seriedad, compromiso y un objetivo, claro que sí.
Hay entrenadores que después de muchos años en sénior ya no se plantean volver al fútbol formativo.
Eso es muy personal, pero te pongo un ejemplo. Hace muchos años me invitaron a un congreso de psicología en Santiago como entrenador de base. En aquel momento yo estaba entrenando al Juvenil B del Deportivo. Había otros técnicos, de Segunda B o Tercera, que estaban invitados como representantes del fútbol sénior. A mí el periodista que llevaba la ponencia solo me preguntaba cuando se hablaba de fútbol base y en un momento dado le dije si me dejaba formular una pregunta: ‘¿Alguien aquí ha entrenado en una fase de ascenso a Segunda?’ Solo levanté la mano yo, porque lo había hecho como segundo entrenador del Fabril. No creo que se deba catalogar a los entrenadores, y como digo esto digo lo contrario. ¿Por qué no voy a entrenar a un equipo de cantera del Oza Juvenil? Y digo ese equipo porque es el mío, que mis padres viven encima de la sede. De buenas a primeras, la respuesta no va a ser no, tendremos que hablar.
“Quizá no hubiese sido posible continuar aunque ambos quisiéramos”
La clave es el proyecto.
O las circunstancias... Mira Jaime Paz, que hizo una primera vuelta tremenda con la Sarriana y se marchó con Quique Setién a China. ¿Por qué no puede pasar eso? Yo no sería entrenador de porteros, porque no tengo ni idea, pero sí puedo ser preparador físico o segundo entrenador por mi formación. Depende del proyecto y de lo que te ilusiona.
Si hubiera tenido que decidir si seguir o no en el Arteixo, ¿qué cree que habría hecho?
No lo sé. En esa reunión llevé datos económicos y deportivos para hablar con el presidente, como suelo hacer, y con mis ideas. Pero no hubo opción. No quiero decir que si yo hubiese querido seguir y ellos también, lo hubiésemos conseguido. No lo sé. Era la primera vez que hablábamos después del partido contra la Sarriana, fue la semana siguiente. Si esperaba que yo dijera ya que sí, es que no me conoce. Y tampoco esperaba que ellos me dijeran que no siguiera. Pero ya está, no hay que darle más vueltas, porque quizás, aunque hubiera voluntad de ambas partes para continuar, no hubiese sido posible. Hay muchas cosas de las que hablar: presupuesto, fichajes.. No sé si el presupuesto se recortó como el año pasado, o si este será igual. A lo mejor, mi idea ya no es volver a pelear por no descender.
Su idea es que fuera una primera toma de contacto.
Yo voy con mis ideas y tú me das las tuyas, eso es lo normal. Eso es lo que hace el club normalmente. Pero no hubo lugar, porque ellos creían que no estaba suficientemente motivado.
¿Le dijeron eso?
Sí, que creían que no estaba motivado, que lo había pasado muy mal y que quizás esa no era la mejor manera para empezar la siguiente temporada. No se lo discutí...
“El último año me dejó mal sabor de boca, pero el balance es muy positivo”
¿Qué valoración general hace tanto de su salida como de los cuatro años en el club?
Bueno, yo creo que la salida es normal. Es una salida dentro de un orden. El club decide apostar por otra persona, sin ningún problema. Es lo mismo que cuando te fichan. ¿Y el balance? Pues… creo que un último año malo ha dejado un cierto mal sabor de boca. Hablo por mí, personalmente. Creo que podríamos haber sido un equipo de mitad de tabla sin ningún problema. Pero es muy positivo, porque el primer año hicimos unos números espectaculares y ascendimos, el segundo fuimos el equipo revelación en Tercera y el tercero... Quizá ese fue el peor de todos. No voy a remover cosas, porque todo el mundo las conoce, pero fue más duro que este último, porque todo lo que rodeaba al equipo fue en contra de la ilusión de la plantilla de hacer playoff. Y lo teníamos en la mano.
¿En algún momento ha pensado que le sobró este último año o una vez que toma la decisión, ya no se plantea ese tipo de cosas?
Yo no soy de los que compran un televisor y al día siguiente van a otros supermercados a ver a qué precio está. Hay gente a la que le gusta hacerse daño a sí misma. A mí no. Pero sí que es verdad que tuve muchas dudas con ese cuarto año. Al final conseguimos mantener la categoría, pero pienso que podía haber sido un año diferente. Fue un año complicado. Si tengo que mirar hacia atrás, quizás no hubiera renovado ya este último. Pero lo haces por otras razones. Porque ciertas cosas cambian, y porque al final entrenar en Tercera División no es sencillo. Y al final logramos la permanencia.
¿La merecieron?
Sí, sin ninguna duda. El otro día estaba viendo a España femenina con mi mujer y cuando la comentarista exclamó que era raro que se fallaran dos penaltis, me dijo: ‘Eso es porque no te conocen a ti’. Nos faltó suerte, pero la plantilla nunca se rindió, compitió hasta el final pese a que hubo partidos como el del Arosa que se nos escaparon de forma inexplicable. Cuando estás abajo, lo improbable siempre te pasa.
Siempre comenta que sus equipos suelen enlazar victorias. ¿En este caso cree que no llegó por mala fortuna o hubo algo más?
En la primera vuelta fallé yo con la idea de juego. Cambiamos en la segunda, pero no conseguimos esa serie de victorias seguidas que llaman a las demás.
¿Qué tuvo que cambiar tácticamente para que el equipo saliera del pozo?
Empezamos con defensa de tres, pero las lesiones y la falta de adaptación nos obligaron a cambiar a cuatro atrás. Tuvimos que reajustar posiciones y roles a mitad de temporada. Asumo que me equivoqué al plantearlo así desde el inicio, porque creía que había plantilla para ello. Al final tocó adaptarse para competir mejor y salvarnos.
¿Qué tendría que hacer si coge las riendas de un equipo a mitad de temporada?
Es distinto, porque tienes que adaptarte rápido a un equipo que no armaste tú, motivar a jugadores en situación difícil y cambiar dinámicas. Ahí es clave la capacidad de adaptación del entrenador.
“Tuve que desechar la idea de jugar con tres centrales”
¿Es un momento en el que hay que simplificar mucho o eso es un mito?
Más que simplificar, se trata de aclarar conceptos. A veces los jugadores están confundidos tras varios cambios. Hay que limpiar ideas y darles claridad, sobre todo en situaciones límite. También hay que darle al equipo tu sello, tu idea.
¿Por temas de trabajo, para usted hay un límite de kilómetros para coger un equipo?
Mi trabajo y situación personal me permiten moverme si me compensa. Ya no tengo las cargas económicas de antes y mis ‘gastos’ son mis hijos, que considero una inversión. Si hay voluntad, todo se puede arreglar.
Teniendo en cuenta que es profesor en la escuela de entrenadores, ¿cómo se forma cuando no tiene equipo?
Me interesa ver cómo trabajan otros entrenadores y también valoro irme un tiempo fuera como profesor de Educación Física.
¿Qué categorías va a seguir este año?
Seguiré partidos de Primera y Preferente, especialmente cerca de casa. Estoy un poco desconectado de los jugadores de esas categorías y me gustaría retomar ese seguimiento para tener referencias por si surge alguna oportunidad a mitad de temporada y tengo que decir de algún futbolista que nos puede ayudar. En Tercera, salvo algunos cambios puntuales, los equipos se van a mantener, y aunque vea un poco menos, no pasa nada.
“El Montañeros podría ser la revelación en Tercera”
¿Y cómo ve a Silva, Montañeros y Arteixo?
Del Silva que muestre ese espíritu luchador que siempre les ha caracterizado. A priori la elección del entrenador parece muy adecuada para ello. El Montañeros podría ser la revelación; porque vienen con buenas incorporaciones y el ascenso da un impulso. Ahí todo el mundo está con las orejas tiesas, para mí es más difícil el segundo año. Y el Arteixo es una incógnita para mí porque todavía no ha anunciado todas las renovaciones ni todos los fichajes. No tengo información clara de cómo ha quedado la plantilla.
¿Va a ser fácil para el Compostela?
Para nada lo creo. Y me alegraría por Secho, porque ya lo hizo muy bien con el Bergantiños y considero que merece entrenar en Segunda RFEF, pero el Arosa se ha reforzado muy bien, ha hecho las cosas con mucha cabeza. Ese competidor ya lo tiene y siempre puede surgir alguno más.