Pablo Cancela (A Coruña, 1988) entra en escena. Todavía no ha jugado ni un minuto en el playoff, pero la baja de Tato Ferruccio, que el sábado vio su cuarta tarjeta azul que acarrea sanción por acumulación, abre las puertas al coruñés. Una última oportunidad, o penúltima si vuelven a darse las circunstancias, para despedirse sobre la pista de su segunda etapa en el Liceo. El jugador, de 37 años, será una de las cuatro salidas en el verano (junto a Martí Serra (Calafell), Fabrizio Ciocale (Lleida) y Tato Ferruccio (Barcelos)). No para colgar los patines. Todavía le queda mucho hockey. Y tampoco se irá de la ciudad porque el Compañía de María será su próximo destino. Un refuerzo de lujo para la revelación del pasado curso en la OK Plata.

El veterano del equipo, uno de los cinco koruños de la plantilla liceísta, tuvo que pasar por quirófano a principio de temporada por una rotura de ligamento cruzado en su rodilla derecha. Después de un proceso de recuperación de poco más de cinco meses, volvió a entrar en convocatoria en la jornada 22 contra el Noia y en la vuelta de los cuartos de final de la Champions en Barcelos, aunque no llegó a jugar en ninguno de los dos partidos. Sí lo hizo en la fecha siguiente, contra el Caldes, cuando sí disfrutó de sus primeros minutos. En el encuentro siguiente, frente al Vilafranca, incluso marcó su primer gol. El segundo llegó en el último partido de la liga regular ante el Voltregà.

En tan poco tiempo, sin embargo, no le dio tiempo a coger el ritmo de competición y llegando esta a su momento más caliente, el técnico decidió que durante el playoff, por norma general, Cancela sería el descarte para los partidos. El coruñés aceptó su rol y siguió aportando tanto en los entrenamientos como fuera de la pista, donde su experiencia le otorga un papel central en el vestuario. A la vez, mantuvo el nivel de competitividad por si llegaba su momento. Y ahora tendrá su recompensa en forma de oportunidad.

Futuro

El año que viene Cancela añadirá un nuevo club a una trayectoria que comenzó en el colegio Santa María del Mar y que le llevó después por las canteras del Dominicos y del Liceo, donde llegó a debutar con el primer equipo siendo todavía juvenil. De allí se marchó a probar suerte en el Vigo Stick y regresó para enrolarse en el Cerceda. Tras el descenso de este, aceptó una oferta del Alcoi, que fue su último equipo en España antes de empezar una aventura de mas de una década en el extranjero con un paso de cinco años por el Forte dei Marmi italiano, de tres por el Oliveirense portugués y de otros cuatro en Italia repartidos entre el Follonica (una temporada), el Bassano (dos y mitad de una tercera) y de nuevo el Follonica, al que llegó como refuerzo a mitad de curso.

En todo ese transcurso de tiempo había tenido muchos acercamientos, pero también alejamientos, con el Liceo. Nunca parecía que llegaba su momento de volver a casa. Pero finalmente todo se dio para que lo hiciera en la temporada 2023-24. El rendimiento, sin embargo, en el año de su regreso no estuvo a la altura de lo esperado y empezó este curso con el firme propósito de revertir la situación y dejar una buena imagen. Pero la lesión impidió ver su mejor versión de verdiblanco.