Han pasado diez años y no se ha vuelto a repetir algo igual. La coruñesa Sofía Toro, junto a la también gallega Támara Echegoyen y la asturiana Ángela Pumariega, ganaba la medalla de oro en la modalidad de vela Match Race (con barcos Elliott 6 metros) en los Juegos Olímpicos de Londres. Una década después recuerda aquel inolvidable día y hace repaso de cómo fue su vida a partir de entonces.
¿Qué recuerdas de aquel 11 de agosto de 2012?
Tengo muchos recuerdos, pero el más especial fue el de la entrega de medallas. Allí estaba mi familia, todo el equipo español de vela... Todos lo disfrutaron. Hubo muchas sonrisas. De hecho, hace poco volví a ver el vídeo de la entrega y me emocionó.
Para el futuro pido salud y seguir trabajando vinculada al deporte
¿Con el paso del tiempo le das más valor a este oro?
Desde el primer momento le di valor a esta medalla. Ya clasificarse para los Juegos Olímpicos fue muy importante. Es todo un proceso. Y, cuando ganamos, es cuando supe que éramos las primeras gallegas campeonas olímpicas... Que hasta entonces nadie de A Coruña había conseguido un oro olímpico... Pero esto no para y cuando terminó Londres empezaba la preparación para los Juegos de Río. Y aún ha habido una Olimpiada más, la de Tokio... Y es cuando te das cuenta que ha pasado el tiempo...
Ver a alguien de A Coruña en lo más alto de un podio olímpico es un logro que no se ha vuelto a repetir...
Solo hay cinco medallistas olímpicas gallegas. Conozco deportistas que han estado en varios Juegos Olímpicos y no han podido llegar tan lejos. Nuestro oro fue algo extraordinario. Tuvimos que trabajar duro, pero competimos lo mejor que sabíamos en el momento oportuno.
Los años posteriores a Londres 2012 fueron bonitos, pero también duros
Y al volver de Londres llegaron todas las celebraciones y homenajes.
La bienvenida fue espectacular. Me acuerdo de toda la gente que había en el aeropuerto cuando llegué. Yo entonces era bastante joven, y no estaba acostumbrada a eso, pero siempre estaré muy agradecida. Fueron meses de una gran repercusión mediática. Pero siempre es positivo que se hable de la vela y del deporte femenino.
Incluso por entonces fue cuando le pusieron tu nombre al pabellón de Cambre.
Fue algo que me hizo mucha ilusión. Muchas veces eso lo hacen con gente ya fallecida, así que poder disfrutarlo en vida está muy bien. Yo fui a ese cole. Vi construir ese pabellón, hice patinaje artístico allí... Al fin y al cabo es el pabellón de Cambre, donde resido. Más tarde también le pusieron mi nombre al pabellón de A Barcala, pues allí estudió secundaria. Y también hace poco le pusieron mi nombre a uno en el instituto Urbano Lugrís. Para mi es un honor.
A Támara, a Ángela y a ti os conocían como el ‘Xiquitas Team’. ¿Qué relación tienes ahora con tus antiguas compañeras?
Pues mantenemos el grupo de whatsapp, pero hace tiempo que no las veo. De todas maneras, como mi hermano Jano es entrenador en el equipo olímpico español, me mantiene informado de cómo le va a Támara. Y a lo largo de estos años, con Ángela he tenido bastante relación: hemos sido compañeras en 470, hemos competido...
Siempre es positivo que se hable de la vela y del deporte femenino
¿Cómo fueron los años posteriores a tu éxito en Londres?
Fueron años bonitos, pero también duros. Me tuve que enfrentar a muchas cosas nuevas. Maduré mucho como deportista y como mujer. Tuve que cambiar de categoría, y a hacer todo por mí misma. Cuando estábamos en el equipo olímpico de Match Race, teníamos un entrenador, un director de equipo... Éramos tres regatistas en el equipo, si bien Támara cargaba con más tareas por ser la patrona. Cuando me cambié a 470, digamos que cada tripulación se buscaba la vida. Pero me considero una privilegiada por haberme podido dedicar exclusivamente a la vela hasta 2018.
¿Te hubiese gustado seguir siendo regatista algún tiempo más?
Si hubiese tenido los medios y la estabilidad necesaria, sí, me habría gustado continuar en la alta competición. Pero bueno, con el tiempo también cambian las prioridades.
¿Qué destacarías de tu trayectoria a partir de entonces?
Pude terminar la carrera de INEF antes de dejar de competir. Y en 2015 comenzó a apoyarme la UCAM Murcia. Sin esa ayuda jamás podría haber competido durante tanto tiempo. Pero además, como universidad, consideran que la formación es muy importante. Hice tres masters gracias a la UCAM. Más tarde, me costó un poco dejar A Coruña e irme a Murcia para impartir clases en el grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, tarea que continúo ejerciendo, desde que empecé en el curso 2019/2020.
Hace poco volví a ver el vídeo de la entrega de medallas y me emocionó
También eres gerente en el Clúster Galego da Industria do Deporte e o Benestar.
Es una asociación empresarial que se creó a principios de 2021. Debido a la pandemia, toda la industria del deporte quedó muy tocada. Y ahora peor, con la subida del precio de la energía. Así que se creó el Clúster para intentar que a las empresas asociadas les vaya bien. Nuestro objetivo es que dos millones de personas hagan deporte regularmente en Galicia. Con ello, a las empresas vinculadas al deporte les irá mejor. Pero hay otras ventajas, por ejemplo, reducir los costes sanitarios, que las personas tengan una vida más sana... Es un sector potente en Galicia, que ocupa en torno al 2,5 % del PIB de la comunidad. Y creemos que hay que darle el valor que tiene.
¿Cómo te ves dentro de otros diez años?
Simplemente pido salud para mí y para los míos. Después de vivir la pandemia, lo que más valoro es eso. Y me encantaría seguir trabajando vinculada al deporte.l
