Nuno Paiva: “Yo fui haciendo mi trabajo, si uno tiene mucha prisa las cosas acaban por no salir”
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Nuno Paiva: “Yo fui haciendo mi trabajo, si uno tiene mucha prisa las cosas acaban por no salir”

El nuevo jugador del Liceo es tímido fuera de la pista, pero dentro se transforma en un líder que no se cansa de marcar goles y que, con 31 años, afronta el mayor reto de su carrera de vuelta en A Coruña tras su paso por Compañía en 2019
Nuno Paiva: “Yo fui haciendo mi trabajo, si uno tiene mucha prisa las cosas acaban por no salir”
Nuno Paiva | Javier Alborés

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Nuno Paiva (Póvoa de Varzim, 1994) es tímido fuera de la pista, pero dentro se transforma en un líder que no se cansa de marcar goles y que, con 31 años, afronta el mayor reto de su carrera en el Liceo. Su gran actuación en la Copa del Rey con el Lleida convenció a los dirigentes verdiblancos para llamar al portugués, que tenía avanzado su fichaje por un club de su país y lo frenó todo para regresar a A Coruña.

 

Ya tiene la camiseta puesta. ¿Qué se siente?
Es un sueño, estoy muy contento, con muchas ganas de poder poner los patines y ayudar al equipo. Es una felicidad y un orgullo inmenso poder vestir esta camiseta.

 

¿Se podía imaginar que acabaría aquí cuando en 2019 fichó por Compañía de María?
Cada jugador siempre sueña y yo no soy distinto, soy un soñador y eso me ha traído aquí.

 

¿Desde cuándo era un sueño fichar por el Liceo?
Es que el Liceo es un club histórico. Al final yo siempre fui de hockey y siempre se hablaba del Liceo. Vestir esta camiseta es un sueño desde pequeño.

 

“No soy distinto a los demás, también era un soñador y eso me ha traído aquí”

 

¿Por qué empezó a jugar?
Tenía familia en el hockey, a mis primos que ya jugaban y después mi hermano también. Entonces, el hockey en mi vida es una cosa muy natural, una cosa de familia. Seguí los pasos de mi hermano y me gustó mucho. Empecé con dos años, aún andaba con pañales y ya iba sobre los patines. Con dos años no sé si me gustaba o no, creo que sí porque al final el hockey ha sido mi vida y en estos momentos sigo disfrutando de él y espero que así sea por más años.

 

¿Probó otros deportes?
Sobre todo el fútbol. Pero a mí me encanta todo el deporte, es una cosa que a mí me da vida. Ahora de vez en cuando juego un poco al pádel y al tenis, pero el hockey es el pilar de mi vida.

 

También jugó a otro hockey, pero sin patines.
Sí, cuando estaba en la universidad hicieron un Campeonato de Europa en Portugal de floorball, que es como hockey con zapatillas. Buscaban jugadores y me metí en el equipo. Quedamos sextos, una cosa así, y fue una buena experiencia. Yo no había jugado nunca y de seis partidos fui el MVP en cinco y metí muchísimos goles.

 

Toni Perez, Nuno Paiva, Blai Roca y Tombita, cuatro fichajes del Liceo
Toni Perez, Nuno Paiva, Blai Roca y Tombita, cuatro fichajes del Liceo

 

Se animó a probar otro hockey, ¿se abre también a los patines en línea?
Yo entiendo el punto de vista de que para los más pequeños pueda ser un paso para entrar al hockey patines. Pero toda la vida hemos jugado con las cuatro ruedas, dos atrás, dos delante, y no creo que en categorías superiores alguien juegue en línea. Lo veo como una manera de que más niños puedan entrar y venir de otros deportes. Pero para mí siempre será con cuatro ruedas.

 

Pasó por Italia. ¿Cómo fue la experiencia allí?
El primer año fue complicado porque seguía el COVID y teníamos que ir con el pase de la vacuna para entrar a los sitios, estar siempre con mascarillas, hacer test cada 10 días por los partidos... Ese primer año fue un poco vivir para el hockey y poco más. Todo estaba cerrado. El segundo año fue un poco mejor. Con mi novia Ana pudimos conocer el país y a nivel deportivo conseguimos cosas que el club no había hecho nunca y creo que dejé una buena marca ahí.

 

Italia, Portugal, España... tres estilos diferentes. ¿Cuál le viene mejor?
En Italia me encontré con un hockey muy intenso, muy físico, y un hockey donde la defensa no era lo más valorado, pero sí hacer muchos goles, andar siempre a correr. Cuando llegué a España las cosas cambiaron un poco y sabía que tenía que defender para jugar. En España el hockey es más pensado. Y en Portugal, aunque aún no he tenido la oportunidad de jugar toda una temporada allí, es más loco, más de contras, más de ir a portería.

 

“Ahora el sueño es ganarlo todo, que sea un buen año y poder disfrutarlo mucho"

 

¿Estuvo más cerca que nunca de volver a Portugal?
Los últimos años he tenido algunas llamadas y el pasado lo tenía casi cerrado. Les pedí que me dejaran una semana para pensarlo porque iba a tener la Copa del Rey y quería estar tranquilo, no estar pensando en mi futuro. Y cuando se acabó la Copa y me llamó el Liceo, frené las cosas con el club portugués. Por el Liceo se frena todo.


En A Coruña también está mas cerca de casa.
Es verdad. Mis padres van a pasar por aquí y aprovechan para estar con nosotros, lo mismo que la familia de Ana. Yo creo que la proximidad que existe y la facilidad de venir nos va a ayudar bastante con la familia más presente, que para nosotros es importante.

 

¿Es tímido?
Bueno, no creo que sea tímido... Es mi manera de ser así.

 

¿Le vendrá bien llegar con Tombita, con quien ya estuvo un año en Lleida?
Sí, sí. Tombita y yo al final ya nos conocemos bien. Va a ser una ayuda, claro, tanto yo a él como él a mí. Y creo que somos dos buenos fichajes para este Liceo.

 

¿Encajará bien?
Yo creo que sí. Primero porque soy un jugador patinador, que esa es una característica que puede faltar a algunos clubes. Y después también por el hecho de tener facilidad de hacer gol. Creo que soy un jugador ofensivo y con características goleadoras. Y que el Liceo lo ha visto y le llegó el momento de apostar por mí. Ojalá salga bien y que sea por muchos años. De momento ficho por uno y espero estar más.

 

“Espero que con el fichaje me perdonen el gol y marcar muchos más”

 

Tiene 31 años y nunca ha tenido prisa.
Llego al Liceo este año y soy un jugador más maduro que nunca. Al final las cosas pasan cuando tienen que pasar. Si uno tiene demasiada prisa las cosas acaban por no salir. Yo fui haciendo mi trabajo, trabajando duro cada entreno, cada partido, y las cosas acabaron por salir bien.

 

¿Priorizó sus estudios?
Terminé la carrera cuando estaba jugando en el filial del Porto. Y después es cuando doy el paso de venir al Compañía. Las oportunidades aparecieron, yo las he aprovechado y ojalá siga siendo así. Siempre de pequeño me preguntaban qué quería ser cuando fuera grande y yo les decía que quería ser jugador de hockey. Entonces el sueño de niño siempre ha estado presente y aunque pudiera dejarlo un poco de lado un tiempo, siempre quise esto.

 

¿Y ahora cuál es el sueño?
El sueño es ganar todo, que sea un buen año para todos, disfrutar mucho y traer los títulos a la afición.

 

¿Tiene la espina de la Copa del Rey, que perdió la final el año pasado con el Lleida contra al Reus?
Sí, la verdad es que la espina de la Copa fue un poco dura en su momento, ahora lo valoro de otra manera. Pero cada título es importante y cualquiera que sea el título es bienvenido.

 

“No me he ni atrevido a pedirle el 5 a César así que llevaré otro número, el 11”

 

¿Que jugador se alegra de dejar de tener como rival?
Yo creo que César Carballeira. Es un poco pesado en defensa (se ríe). Tenerlo en mi equipo es una preocupación menos. El corte que hace en Reus fue... Cualquier otro jugador lo hubiera dejado, pero no César. Lo paró, se marcó, se empató, se ganó y también la eliminatoria.

 

Precisamente César le deja sin su habitual número 5.
Yo llegué nuevo y no me he ni atrevido a preguntarle si me dejaría el cinco (se ríe). Decidí elegir otro número, que será el once. Era el que llevaba en el campeonato de floorball que recuero que me fue muy bien. Me quedaron esas buenas sensaciones y espero volver a tenerlas en el Liceo.

 

¿Cuántos goles tendrá que marcar para que le perdonen ese gol en el último segundo en el playoff?
Creo que con el fichaje algunos ya me perdonan, pero no sé. Intentaré marcar más que el año pasado, eso seguro. 

 

“En Compañía están contentos por mi carrera”

Nuno Paiva es nuevo en el Liceo, pero no en A Coruña, donde pasó una temporada jugando en Compañía, su primera experiencia fuera de casa y un trampolín hacia la élite.

¿Guillem Cabestany fue quien le recomendó salir?
Iba a entrenar con el primer equipo del Porto y estaba ahí para lo que me necesitaran. Y me acuerdo de un día que Guillem Cabestany me preguntó si tenía ganas de ir a jugar fuera. Me abrió la mente, la cabeza y le dije por qué no. Me comentó lo del Compañía de María, que en su momento no conocía ni siquiera. Hablé con Sellas, me gustó la conversación, decidí venir a jugar el torneo, me gustó la ciudad, me encantaron las personas que estaban en Compañía y decidí arriesgar y creo que me salió bien.

 

Estuvieron a punto de ascender.
¡Por dos horas! Porque jugaron los demás y nos pasaron. Pero solo con dos puntos de diferencia con el primer clasificado, que era el Mataró y al que nosotros les habíamos ganado en casa por 10-0. Fue un año muy bonito y también un poco triste por la manera como acabó todo con el tema del COVID. Pero fue una experiencia inolvidable, todo salía bien. A mí personalmente me salió fenomenal y es un año que guardo con mucho cariño. Y si hubiésemos ascendido... quizás me hubiese quedado más tiempo.

 

¿Qué le han dicho de su fichaje por el Liceo?
Están contentos. Algunos me dicen que les va a costar celebrar un poco mis goles con el Liceo, pero están muy contentos por mi carrera y por que haya llegado a un sitio que saben que es bueno.

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