La final de la OK Liga llega al Palacio de los Deportes de Riazor (viernes, 20.30 horas) con el Liceo contra las cuerdas tras perder los dos primeros partidos en un Palau Blaugrana que se le sigue resistiendo a los coruñeses, con solo nueve triunfos en 86 visitas al feudo azulgana. Pero en el Palacio tiene que ser otra historia y la afición verdiblanca, que este año no ha dejado solo a su equipo, ni siquiera en Barcelos, confía en ver al menos dos partidos en casa. La comunión entre grada y equipo ha estrechado lazos esta temporada con la creación de la grada de animación, donde aúnan fuerzas las cuatro peñas activas entre las que no existe el desánimo y no faltarán a la cita.

“¡Allí estaremos!”, responde sin dudar David Castro, uno de los impulsores de Hulkkerinos, aunque con una baja importante, la de su hijo Dani, el encargado de cantar los himnos con el megáfono y que tiene su graduación. “No pasa nada, porque tendrá otra oportunidad el domingo, habrá más”, vaticina. “Nosotros vamos convencidos de que se puede”, añade. “Después de lo que hicimos en Barcelos, no hay nada imposible en casa. Vamos a llegar al quinto partido”, desea. Reconoce, no obstante, la dificultad. “El Barça es el Barça y el 6-0 del último partido hizo daño. Pero este equipo está acostumbrado a lidiar en este tipo de circunstancias. En ese aspecto creo que se va a defender bien y que va a salir a por todas. Pero también es cierto que tenemos que ir todos a ayudar”, pide. Porque se nota: “Tuvimos una reunión con algunos jugadores y se lo pregunté a Dava (Torres): ¿Vosotros lo notáis y suma? Y él me dijo que claro que lo notaban y que no solo sumaba, sino que restaba para el rival. Claro que como el Palacio es tan grande, tenemos que hacer un esfuerzo más grande que el resto para compensar. El factor pista se tiene que notar”.

Los ánimos son similares en la peña Dava Torres, que además estrenará una pancarta nueva para la ocasión. “Vamos con más ganas que nunca de empezar a remontar. Es complicado pero no imposible. Porque el ADN del Liceo siempre sale cuando más se le necesita”, indica Pedro de Torres, el presidente de la asociación, que aunque comparte apellido con el capitán liceísta, no tienen ninguna relación familiar. “Estamos moviendo a muchos amigos y conocidos para llenar el pabellón. También tenemos muchos niños en la peña y están muy ilusionados. Creo que a los jugadores les dará un gran subidón si salen y las gradas están a tope. Se vendrán arriba. Y se lo merecen por este final de temporada tan bueno”, continúa.

“Si ellos van a ir con todo, nosotros todavía vamos a ir con más”, anuncia Pablo Balboa, de la peña Barullo. “Han puesto contra las cuerdas al campeón de Europa, el Barcelos, empatamos en casa contra un Benfica que está plagado de estrellas, eliminamos al Reus, que era un rival que se nos estaba atragantando... Claro que esto se puso cuesta arriba, pero hay que lucharlo. Pondremos todas las fuerzas del mundo para sacarlo adelante. Si no se anima en una final, no se anima nunca”, valora e invita a ver un partido que, independientemente del resultado y de que el Liceo probablemente vaya a tener momentos de sufrimiento, es de los mejores que se pueden ver: “Yo siempre animo a la gente a que pruebe a ver hockey, pero este partido más. La intensidad, la fuerza... al que le guste el deporte se va a enganchar”.

Gema Lamas lleva muchos años inoculada por el virus del hockey. Ya siendo un bebé salía en las fotos del equipo en los brazos de Roberto Roldán. Y de mayor fundó la peña Sempre Liceo-Jordi Bargalló. Ella no podrá estar esta noche en la grada (“lo intentaré ver por la tele desde el trabajo”), por eso pide que “hagan todo lo posible” para llegar al domingo, cuando ya no se perdería la cita. Como ya ha vivido situaciones de todo tipo, lo tiene claro. “Estando con los nuestros, cualquier cosa puede pasar, nada es imposible. En casa la gente se vuelca con ellos y la conexión con el equipo va a más. Se lo merece, por lo menos ganar un partido, esa satisfacción. Lo ha competido, lo ha luchado y no se ha dejado nada hasta llegar hasta aquí. Merece una alegría, pero no por nosotros, sino por ellos mismos”, asegura. “El Palacio es mucho Palacio”, concluye. Y si eso no llega, pide una mano incluso sobrenatural: “Ya que estamos tan cerquita de San Juan, que nos ayuden las meigas. Nosotros ya en su momento les dábamos ajos a Canalda y Huelves para que los pusieran en la portería. Le llevaremos a Serra”.