Entre los tres suman seis Juegos Olímpicos, tres medallas y tres diplomas. Enmanuel Reyes (La Habana, 1992), Carlos Arévalo (Betanzos, 1993) y Yulenmis Aguilar (Bayamo, 1996) fueron los nombres propios del deporte coruñés en los Juegos Olímpicos de París. Los dos primeros, con sus bronces en boxeo (92 kilos) y piragüismo (K4 500 metros) y ella, con diploma en lanzamiento de jabalina (atletismo).
“¡Vergüenza! ¡Atraco! ¡Le han robado el oro!”, gritaron el entrenador Chano Planas y los amigos de Reyes durante el combate de semifinales que apeó a El Profeta de Monte Alto de la pelea por el título olímpico. Si tres años atrás, en Tokio 2020, los jueces le apartaron de las medallas, en París decantaron su pugna contra el azerí Loren Alfonso, también de origen cubano, con una difícil pero esperada decisión. La irónica risa de
lo decía todo cuando se anunció el resultado.
“Se está cayendo el boxeo por los árbitros, no sé qué puntúan”, explotó Reyes, que llegó a la penúltima ronda tras eliminar al chino Han Huezhen en octavos de final y al belga Victor Schelstraete en cuartos. Con el bronce asegurado, en las semifinales dijo adiós al torneo olímpico, pero con la satisfacción de una medalla al cuello, la única que le faltaba tras subir al podio en Europeos y Mundiales.
Ya sabía lo que era colgarse un metal olímpico Carlos Arévalo, el palista de Betanzos que fue subcampeón en Tokio 2020 con el K4 500 metros junto a la leyenda Saúl Craviotto, Marcus Cooper y el también gallego Rodrigo Germade.
En París bajó un escalón el cuarteto español pese a que, en la final, llegó en cabeza al ecuador de la prueba reina del piragüismo de aguas tranquilas. Fue un espejismo. Alemania y Australia superaron al barco de Arévalo, pero el bronce es un prestigioso botín, otro día para la historia en la carrera del betanceiro.
Yulenmis Aguilar, hispano-cubana afincada en Oleiros, no le pudo poner la guinda a la participación coruñesa en los Juegos Olímpicos de París, pero su resultado en la final de lanzamiento de jabalina, un meritorio sexto puesto, refrenda su vuelta a la élite de la mano del entrenador herculino Raimundo Fernández.
Más lejos de las mejores se quedó la skater Julia Benedettio en la modalidad de Park: 17ª con solo una ronda completa, tres puestos más atrás que su resultado tres años antes en Tokio (14ª).
El boxeador de origen cubano se quitó la espina de los Juegos de Tokio 2020, donde quedó apeado en cuartos de final y se tuvo que conformar con el diploma olímpico, al ganar el bronce en París 2024, aunque con sabor a un poco más. El Profeta aseguró medalla con su victoria en cuartos y en semifinales se enfrentó al azerí Loren Alfonso por un puesto en la gran final. De nuevo con polémica, el coruñés cedió el combate por decisión de los árbitros. Pero ya tenía el bronce en su bolsillo. Lo recogió en la pista central de Roland Garros, que acogió los últimos días de competición de boxeo. El podio olímpico es el único que le faltaba en su palmarés, al contar ya con éxitos en Campeonatos de Europa y Mundiales.
El palista de Betanzos bajó un escalón en el podio olímpico, de la plata en Tokio 2020 al bronce en París 2024, ambos metales en la prueba reina del piragüismo de aguas tranquilas: el K4 500 metros, compartiendo embarcación con el medallista español más laureado de la historia, Saúl Craviotto, además de Marcus Cooper y el también gallego Rodrigo Germade. A los 31 años recién cumplidos y padre por vez primera, el profesional del Ejército, campeón mundial y europeo y doble medallista olímpico, Arévalo quiere más y pretende alargar su carrera en los Juegos un ciclo más, al menos hasta Los Ángeles 2028, con la intención de ampliar su ya reluciente palmarés.
La hispano-cubana, que se destapó en la escena internacional cuando se proclamó campeona del mundo júnior y que cayó en el olvido por las lesiones y los trámites burocráticos, reapareció en 2024 a lo grande. Con una de las mejores marcas del año, adquirió en abril la nacionalidad española y poco después recibió el permiso de World Athletics para participar con su nuevo país en competiciones internacionales. Llegó a los Juegos Olímpicos con molestias en su maltrecho hombro y, pese a ello, se clasificó para la final y acabó en sexta posición, consiguiendo un meritorio diploma olímpico. Afincada en Oleiros, Yulenmis se entrena con Raimundo Fernández y a los 28 años sueña con llegar en plena forma a Los Ángeles 2028.
DIEZ AÑOS DESPUÉS DEL ACCIDENTE QUE CASI LE CUESTA LA VIDA
Damián Ramos, bronce en la prueba contrarreloj C4 de paraciclismo
La tercera medalla coruñesa en los Juegos Paralímpicos tiene nombre y apellidos: Damián Ramos Sánchez conquistó en París el bronce en la prueba contrarreloj C4 y se unió a los dos primeros medallistas paralímpicos de nuestra ciudad, el judoca Pucho Boedo y el futbolista Juan Carlos Taibo, plata y bronce, los dos en Atlanta 1996.
Diez años después del accidente que casi le cuesta la vida y en el que fallecieron tres de sus rescatadores, una caída de 30 metros en los Picos de Europa y una noche a la intemperie mientras perdía mucha sangre por una fractura abierta de tibia, Damián cerró el círculo que inició en su etapa como piragüista —se quedó a un segundo de Londres 2012– y culminó subido a una bicicleta en París.