'Coitus interruptus' del Liceo en Riazor (3-3)

El Liceo nunca falla. Se crece ante los grandes y también ante la adversidad. Es parte de su idiosincrasia. Hay cientos de ejemplos en su rica historia. Y hoy añadió uno más. El equipo coruñés protagonizó otra noche europea para el recuerdo en el regreso de la Champions al Palacio de los Deportes de Riazor. No pudo sacar una victoria contra el todopoderoso Benfica, pero el empate y, sobre todo, las sensaciones dejan un dulce sabor de boca.
 

La puesta en escena del Liceo respondió a la importancia del partido y del rival. En la primera mitad discutió la posesión de los portugueses y ató en corto cualquier intento de contragolpe, pero en una acción sin aparente peligro encajó el 0-1. El 0-2, ya en la segunda mitad y en el mejor momento de las ‘aguias’, despertó a la bestia liceísta, que remontó hasta el 3-2. El postrero gol benfiquista evitó el final feliz.
 

Avisaron con una doble ocasión los verdiblancos en la primera posesión: una cuchara de Àlex Rodríguez que se fue alta y un palazo de César Carballeira que despejó Pedro Henriques. Respondió el cuadro de Nuno Resende con una acción de Edu Lamas: se quitó de encima a su marcador con un amago y asistió a Pablo Álvarez, que no acertó el remate.
 

En cinco minutos de vértigo, Carballeira volvió a encontrarse con Henriques en el área portuguesa y Roberto Di Benedetto avisó con un palazo arriba en su vuelta a Riazor. Roby se la hizo a Bruno en el primer cara a cara entre los dos mellizos franco-coruñeses. El mayor, sin embargo, no estuvo bien en la definición ante Martí Serra.

Gol afortunado
 

Copa pidió tiempo muerto para dar aire a los suyos y recordarles el plan de partido: ataques más largos y contenidos para vigilar las rápidas transiciones lusas, pero el gol del Benfica no llegó al contragolpe. Fue en un disparo del exliceísta Lucas Ordóñez que rozó el stick de César y salió desviado directamente al primer palo de Martí, confundido por la cambiante trayectoria de la bola.

Trató de responder el equipo coruñés en el acto con un tiro cruzado de Àlex que se escapó a la izquierda del poste. Un disparo lejano de Arnau Canal que se estrelló en el larguero fue lo más cerca del empate que estuvo el Liceo antes del descanso. Otras dos del ‘49’, esta vez en el área del Benfica, despertaron al público poco antes del descanso.
 

La segunda mitad empezó con un palazo de Lamas que Serra despejó con el casco. Gonçalo Pinto acarició el segundo con un tiro cruzado al poste y, en su mejor momento del partido, los portugueses forzaron la tarjeta azul para Àlex por un derribo sobre Roberto Di Benedetto, muy protestado por los locales.
 

No falló la falta directa Pablo Álvarez, que durante años celebró goles y títulos con la camiseta verde y blanca, pero que desde su marcha se crece siempre que regresa a Riazor.

Reacción inmediata
 

Nunca se da por vencido el Liceo, que en la jugada siguiente acortó la diferencia en el marcador: Bruno, de espaldas a la portería, cazó un envío de César y la coló en la portería de Henriques.
 

Perdonó el tercero Diogo Rafael, que remató fuera cuando estaba solo delante de Martí, y también la tuvo Ordóñez, con un palazo alto. Aguantó el chaparrón el Liceo, que esperó su momento. En el hockey siempre hay una oportunidad más: y a los coruñeses les llegó la suya en una jugada maestra de Àlex, que centró la atención de la defensa lisboeta y encontró el hueco para asistir a César. El ‘5’, en su mejor momento temporada como goleadora, no falló ante Henriques.
 

Con el 2-2 se igualaron las fuerzas y se calentó la grada. Dava y Bruno marraron dos acciones de mano a mano para el tercero, que cada vez parecía más cerca. Y cayó en otra genialidad de Àlex: el ‘27’ rodeó la portería por detrás y se la coló al portero visitante por el primer palo.
 

Nil Roca silenció la pitada que acompañó cada ataque del Benfica en los últimos cinco minutos. Recibió en el pico del área y fusiló a Serra, arriba y al primer palo, muy difícil para el portero. ‘Coitus interruptus’, pero el 3-3 es un gran resultado ante un rival con una rotación superior. Y sin Pol Manrubia. El Liceo sale reforzado. La Champions es muy larga.