Hace tres meses que el Liceo sufrió contra el Igualada la peor derrota de la temporada (5-1). Por el resultado. Por las sensaciones. Y porque era la tercera seguida. Esto marcó un punto de no retorno y una vuelta después, se vuelve a ver las caras con el conjunto arlequinado (Palacio de los Deportes de Riazor, 12.00 horas) en un escenario muy diferente. Y por partida doble. Si no quieres caldo, toma siete tazas, con dos enfrentamientos en menos de un mes. Primero en Liga. Después, en Copa. Y tercero y quinto en la tabla, además, el curso les puede seguir deparando encuentros.
Para el de hoy, la ausencia de Bruno Saavedra, que cumple sanción por ciclo de tarjetas azules, merma el potencial de los coruñeses, en un gran momento por más que la semana pasada perdieran en el Palau (3-1), pero obligados a defender la segunda plaza que asaltó al menos momentáneamente el Reus al ganar ayer al Noia. El canterano Jaime Méndez, como ya hizo por la baja de Tato Ferruccio, entra en convocatoria porque aunque Pablo Cancela avanza en la recuperación de la operación de ligamento cruzado en su rodilla y ya entrena sobre patines, todavía no está preparado para la reaparición.
Por una vez el Liceo llegará al partido más descansado que su rival después de una semana limpia, sin competición europea, solo centrado en llegar bien al domingo. El Igualada, en cambio, disputó el pasado sábado la ida de los cuartos de final de la WSE Cup, en la que defiende título, con derrota por 3-2 frente al Sporting (un buen resultado, no obstante, para la vuelta), lo que le llevó a jugar entre semana contra el Lleida, ante el que logró el miércoles un valioso triunfo por 3-0.
Si la derrota en la primera vuelta no era un aviso de por sí, los últimos resultados del Igualada convierten en un imperativo encender todos los sentidos de alerta. Por más que los precedentes sean completamente favorables a los verdiblancos, que no pierden en el Palacio de los Deportes de Riazor contra los catalanes desde hace diez años (también hacía casi tantos, prácticamente nueve, que no caían en Les Comes y lo hicieron el pasado mes de noviembre). La última derrota se produjo en diciembre de 2015, en la jornada 12 de la competición doméstica, con un 2-3 en el que ejerció como goleador Roger Bars (además de Molas y Pla), que una década después estará hoy de nuevo en la pista herculina (lo mismo que Dava Torres y César Carballeira en el bando local). Desde entonces, nueve triunfos seguidos del Liceo. Por eso en el Igualada quieren hacer que por una vez valga la pena sacar los billetes de avión para viajar hasta A Coruña. O que por lo menos, el desplazamiento sea mejor que la vuelta a casa que sufrió el Liceo en noviembre, cuando tuvo que regresar en coche, haciendo noche en Burgos, después de que la DANA provocase inundaciones en el aeropuerto de Barcelona.
El protagonista de los últimos duelos ha sido Marc Rouzé. La sensación francesa, que ya suena para reforzar al Oliveirense la próxima temporada, marcó cinco goles entre el empate a cinco de la temporada pasada en Les Comes, con dos, y tres en el mencionado partido de la primera vuelta. Rouzé, con 12 tantos, lidera este curso la ofensiva del equipo de los centennials, la generación de los nacidos entre 1997 y 2010, prácticamente todos los de la plantilla con excepción de un veterano como Edu Fernández, que el día 23 de este mes cumplirá 43 años y que es la excepción dentro de la norma.
Porque el Igualada, que en los años 90 le disputada al Liceo todos los títulos, se tuvo que rearmar cuando se acabó el dinero y optó por el trabajo con la cantera. En los últimos años los frutos han sido numerosos, sin ir más lejos, de allí llegó al Liceo en verano Nil Cervera, hoy por hoy un imprescindible para Juan Copa.
En total, verdiblancos y arlequinados han disputado 120 partidos, 98 en liga, 15 en la Copa del Rey, 4 en Copa de Europa, 2 en la Supercopa de Europa y uno en la CERS, con un balance favorable a los coruñeses con 75 victorias, 13 empates y 32 derrotas. La mayoría de los partidos perdidos correspondieron a la década de los 90, con Santi Cardá como el principal verdugo, ya que se fue hasta las 57 dianas en sus enfrentamientos contra el Liceo. En 50 se quedó el argentino Daniel Martinazzo.
El Igualada tiene en su palmarés 6 Copas de Europa, 5 Ligas, 2 Copas del Rey, 3 Supercopas de Europa y 2 Intercontinentales, todas ganadas en esos años 90 salvo el último título, la WSE Cup de la última temporada. Pasado y presente grandes del club para un partido de solera, rivalidad y cuentas pendientes.