Este jueves el Leyma Coruña recibirá la visita del Barça, que aterrizará en el Coliseum tras jugar menor de 48 horas antes en Mónaco. Uno de los muchos viajes internacionales que acumula el diezmado –por las lesiones y una fuga– plantel de Joan Peñarroya.
Un equipo azulgrana que, como todos los de la Euroliga, está obligado a vivir más de dos temporadas en una. De hecho, el Barça lleva ya el equivalente a dos fases regulares de la ACB sin que tan siquiera haya terminado la actual: 68 partidos entre el torneo de la regularidad (28), la máxima competición continental (38), la Copa del Rey (1) y la Supercopa ACB (1).
Así, la carga de minutos en pista y los kilómetros de desplazamientos se disparan respecto a los conjuntos que solamente compiten en torneos nacionales. En singular en el caso del que entrena Diego Epifanio.
Las cifras son abrumadoras. Entre todos los jugadores de la actual primera plantilla naranja –sin contar al vinculado Omar Thiam ni a LJ Figueroa– suman un total de 1.983 minutos en cancha. Entre los nueve que conserva sanos el Barça, más el canterano Raúl Villar –al que Peñarroya ha recurrido tras quedarse sin sus dos bases, Nico Laprovittola y Juan Núñez– acumulan, entre todas las competiciones, 10.898, una cantidad cinco veces y media superior a la de los integrantes del plantel herculino.
Hay un dato todavía más contundente. Entre los cuatro jugadores azulgranas en el dique seco y Dame Sarr –abandonó recientemente la entidad para prepararse para el draft de la NBA– totalizan 2.802 minutos, 819 minutos más que todo el Básquet Coruña. Y eso que Laprovittola cayó, para el resto de temporada, tras haber jugado solo ocho encuentros.
Chimezie Metu lleva cinco semanas fuera, una y algo menos que Núñez –ambos tampoco volverán a jugar este curso–, y Jan Vesely se ha perdido media liga y 14 partidos de Euroliga. Y aun así, el pívot checo ha estado en pista más tiempo que Brandon Taylor, el que más tiempo acumula de la plantilla de Leyma, con un total de 768, un promedio de casi 26 y medio por partido.
Metu, lesionado el 25 de marzo, acumula 133 minutos más que el base de West Hollywood, el equivalente a tres partido completos y algo más de un cuarto de otro. Núñez, caído dos semanas antes que su compañero interior, solo 24 menos que Taylor.
Más. Jabari Parker, el hombre más utilizado por Peñarroya, ha estado en cancha solo 254 menos que toda la plantilla del Básquet Coruña, donde el segundo más usado por Epi es Yunio Barrueta (766). Ningún otro jugador del conjunto naranja llega a los 700 minutos de acción, de los que el tercero, Beqa Burjanadze, se queda muy lejos (584).
Y más. Entre Parker y Yousoupha Fall –penúltimo de la rotación y que en liga promedia poquito más de un cuarto en pista– totalizan 358 minutos más (casi nueve partidos completos) que todos los miembros del Leyma.
Tomas Satoransky, el tercero con más presencia, dobla y algo más los minutos de juego de Taylor. Otros cuatro jugadores del Barça superan ya los 1.000 minutos: Kevin Punter (1.586), Justin Anderson (1.179), Darío Brizuela (1.168) y Alex Abrines (1.076), mientras que a Joel Parra le faltan cuatro para llegar a los cuatro dígitos.
Curiosamente son dos jugadores actualmente en el dique seco, Thomas Heurtel –para el resto del curso– y Trey Thompkins –podría reaparecer el jueves–, los integrantes del BC con más experiencia Euroliga y, por lo tanto, en disputar una cantidad ingente de encuentros en una campaña. El francés ha jugado 253 encuentros (tope de 35 en un curso, en dos ocasiones), por 189 el estadounidense (máximo de 38, en la 2020-21). El tercero es Gus Lima, con 92 (tope de 30). Atoumane Diagne jugó, con el Barça, ocho minutos en un encuentro de la temporada 2017-18.
Se dice que los jugadores de los grandes equipos están preparados para esto, pero todos son hombres con límites físicos y mentales. Este aspecto es tan o más importante que el primero, ya que ambos se retroalimentan: sin piernas no va la cabeza y viceversa.
Una circunstancia que podría jugar a favor del necesitadísimo Básquet Coruña este jueves, cuando se mida a un rival que llegará a Coliseum con siete partidos jugados desde el 19 de abril, cuatro más que los naranjas, a lo que hay que sumar los viajes a Mónaco.
Además, el Barça no tiene fácil alcanzar la cuarta plaza liguera: le separan tres triunfos del Unicaja, con el que además pierde el averaje particular, aunque con dos partidos menos disputados.