“Cada vez que se habla de la mujer, la salud y la nutrición, es difícil encontrar datos científicos de suficiente nivel”, explica Rafael Llorach. Por eso es tan innovador el proyecto que durante esta temporada se llevará a cabo en el seno del HC Coruña: “Innovación y ciencia al servicio del hockey patines femenino: una alianza estratégica para el futuro del deporte y la salud de la mujer”. El equipo se convertirá en un laboratorio en el que Llorach y Mireia Urpi, de la Universidad de Barcelona, con la colaboración de HM Hospitales, monotorizarán a las jugadoras para darles las herramientas adecuadas en cuanto a alimentación para elevar su rendimiento. “Somos los que comemos, pero también rendimos lo que comemos”, señala Stanis García.
“Egoístamente esto es un lujo. A mis jugadoras se las va a educar para que tengan la mejor gasolina dentro. Y además a cada una de forma individualizada”, añade el entrenador. El HC Coruña es un club que nació de ellas (todas las directivas lo son) para ellas. Y ahora pone a las mujeres en el centro de una investigación pionera. “Todo lo que sea cuidar la salud de nuestras jugadoras es poco”, confirma Lucía Sanjurjo, la presidenta del club.
Durante los últimos días los investigadores obtuvieron una “foto inicial” de las jugadoras sobre su alimentación, hábitos y composición corporal, además de su bioquímica analítica. “Nuestro objetivo es estar un año o dos dentro de las entrañas del equipo, no venir un día o dos y coger tres o cuatro muestras. La intención es hacerlo y entender cómo funcionan y si las recomendaciones de la ciencia funcionan o no”, comenta Llorach.
Por eso el conocimiento va a ir más allá. “Tenemos que saber cuántos minutos van a jugar. No tiene que ser la misma alimentación para la que juega cinco minutos en todo el partido que para la que juega quince por parte. Ni tampoco la que sale para pegarse en el área durante 5-10 minutos a tope, porque tiene que tener unas características. Por eso también necesitamos que Stanis nos explique cómo va a jugar el equipo”, continúa.
Todo irá unido a la importancia del ciclo menstrual en el proceso. “Trabajaremos con el ciclo completo de 28 días. Hay unos flujos de hormonas, cambia el ciclo basal... Y además cada mujer lo vive fisiológica, social y físicamente de manera diferente”, confirma Llorach, que cree que cada vez hay más estudios, pero todavía no los suficientes. “Nosotros queremos aportar nuestro granito de arena. El deporte masculino tiene mucha información. Pero en la parte femenina hay menos”, reconoce y pone como ejemplo el equipo femenino del Barcelona: “Hace unos años no existía el departamento de nutrición, alguien apostó por él y ahora es un servicio mega top”.
No se puede, según él, conseguir el máximo rendimiento de una jugadora sin entender cómo funciona el cuerpo de una mujer. “Ya tenemos muchos datos y la liga empieza el 26, así que trabajaremos duro para que en los primeros partidos ya podamos ir recogiendo los primeros feedbacks e ir ajustando”, explica. “Nos basaremos en varios parámetros. La bioquímica analítica nos da la foto inicial. Después tenemos que entender cómo juega. Y por último, hablar con ella, que nos irá dando sus sensaciones: si llega más rápido a la bola, si se cansa menos, si aguanta mejor todos los minutos...”, continúa.
“Pero yo no gano partidos”, bromea Llorach, que no descarta que las conclusiones de este estudio sean extrapolables al deporte femenino en general y consigan mejorar el rendimiento de muchas mujeres deportistas: “Empezamos con un equipo y se verá si eso se puede replicar en otra población. Aquí hay suficiente trabajo para obtener mucho”.