El gol de Dava Torres, con pase entre las piernas para levantar y picar, con el que se abrió el marcador, y el de Fabri Ciocale, cabalgada y tres toques de malabares en carrera, con el que se cerró fueron pura magia. Abracadabra. Imposible quedarse con uno. Casi como un a quién quieres más, a papá o a mamá. Las genialidades de los dos jugadores del Liceo marcaron la victoria sobre el Igualada por 3-1 que permite a los verdiblancos defender la segunda posición de la OK Liga que momentáneamente le había quitado el Reus al ganar el sábado al Noia.
Le sirve también en bandeja la venganza sobre el rival ante el que, en la primera vuelta, había encajado la peor derrota del curso (5-1), demostrando de paso su enorme evolución desde entonces. Los de Juan Copa controlaron el partido en defensa, manejaron el tempo y sentenciaron arriba. Un poco de todo. Propio de un equipo con hechuras de campeón. O por lo menos que opta a intentar a serlo. Aún le falta contundencia ofensiva. Pero le queda tiempo para cerrar el círculo.
Contra el Igualada hubo intensidad desde el inicio, en ataque en el caso del Liceo, con un Dava Torres salió dispuesto a calentar a Guillem Torrents; en defensa en el de los catalanes, bien posicionados, saliendo a taponar todos los tiros y saltando todo el banquillo para celebrarlo. Una lucha y un baile que escenificó el duelo entre Nil Cervera y Marc Rouzé, compañeros el año pasados, rivales este curso y cuerpo a cuerpo en el Palacio.
La consigna era no hacer prisioneros. A la mínima, tirar. Lo hizo Nil Cervera, se estrelló contra el palo. Volvió a intentarlo el capitán, con el mismo resultado. Se empezaba como se había terminado hacía una semana en el Palau, con los postes como protagonistas. El Liceo agotaba sus posesiones, haciendo suyo el dicho de que no hay mejor defensa que un buen ataque. Teniendo la bola, impedía que el Igualada pudiera hacer de las suyas. De hecho, casi no tuvo ocasiones, salvo acciones aisladas y Martí Serra tuvo una primera parte tranquila exceptuando una bola que llegó a Eduard Fernández, solo en el segundo palo, y tapó bien el hueco; y una contra tras aprovechar Marc Rouzé una falta de entendimiento para plantarse solo frente a él.
Mucho más trabajo tuvo Guillem Torrents, el culpable, junto a los palos (Carballeira sumó un tercero), de que el Igualada no se fuera goleado al descanso. El joven portero encadenó intervenciones de mérito. Sacó una Xaus y un mano a mano a Copa. Metió el casco ante un potente disparo de Ciocale y tapó todos los huecos en la directa lanzada por Xaus cuando Marc Carol vio la tarjeta azul. Parecía que hacía falta una genialidad para batirle y eso fue lo que se sacó de la chistera Dava Torres. Al límite del power play y de la posesión, el coruñés se encontró la bola en el área y no le importó el tráfico. Se la pasó entre las piernas para alejarla de los defensas y el portero, al que vio sentado y levantó y picó la bola para poner en pie al Palacio.
El gol no cambió el plan. El Liceo seguía defendiéndose mediante la posesión y no pasaba apuros. Sí que los creaba en la portería contraria, sobre todo en una jugada polémica en la que Ciocale fue empujado en el área sin que los colegiados considerasen que era una acción merecedora de ser penalti. 1-0 al descanso. Marcador corto, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia en juego sobre la pista, e insuficiente para afrontar con calma la segunda parte.
El Igualada salió en el segundo tiempo dispuesto a arriesgar más, no le quedaba otra si quería rentabilizar su visita al Palacio por primera vez en diez años. Se jugó más en las dos áreas y ya no era el exclusivo monólogo verdiblanco. Pero cuando peor lo estaba pasando el Liceo, apareció Jacobo Copa para desatascar el partido. El siete celebró su decimonoveno cumpleaños con una jugada en la que con potencia entró por la banda, disparó y un rebote despistó a Torrents para hacer el 2-0.
Juan Copa le pedía a los suyos que se juntasen. No contaba con que Tato Ferruccio viese azul. La protestó el técnico. Rouzé no pudo con Serra en la directa, pero en inferioridad, el Liceo sufrió para tapar los huecos y Roger Bars se quedó solo para recortar distancias y mantener las esperanzas de los suyos. Hasta una nueva obra maestra. Va sobrado de genio Fabrizio Ciocale. Tuvo un primer intento, con caño incluido. A la segunda, se fue por la banda en velocidad, se metió hacia el centro botando la bola con su stick, en el aire se la acomodó hacia el otro lado y remató en el aire para un 3-1 que sería definitivo.
Solo peligró con un penalti que encendió otra vez la ira de Juan Copa. Respondió Serra ante Roger Bars, que tampoco llegó al rechace. Y el partido terminó al revés de como había empezado, con el Igualada volcado y los locales taponando los tiros. Los tres puntos se quedaron en casa y las cuentas quedaron ajustadas. En menos de un mes, tercer asalto en la Copa del Rey. Y la próxima semana, nuevo doblete para el Liceo: Oliveirense (jueves) y Sant Just (sábado).
Liceo 3 - 1 Igualada |
Liceo: Martí Serra, César Carballeira, Nil Cervera, David Torres y Arnau Xaus -cinco inicial-. Jacobo Copa, Fabrizio Ciocale y Tato Ferruccio.
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Igualada: Guillem Torrents, Roger Bars, Marc Carol, Marc Rouzé y Edu Fernández -cinco inicial-. Miguel Cañadillas, Joan Ruano, Joel Roma y Guillem Llorens.
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Goles: 1-0, min.17: David Torres. 2-0, min.33: Jacobo Copa. 2-1, min.34: Roger Bars. 3-1, min.37: Fabrizio Ciocale.
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Árbitros: Daniel Villar y Jorge Carmena. Mostraron azul a Marc Carol y Tato Ferruccio.
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Incidencias: Decimoctava jornada de la OK Liga disputada en el Palacio de los Deportes de Riazor ante 800 espectadores.
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