Carlos Arévalo ya tienes dos billetes para el próximo Campeonato del Mundo de piragüismo, que se disputará en Milán (Italia) del 20 al 24 de agosto. El betanceiro fue cuarto con el renovado K4 500 metros y medalla de bronce en la final del K1 200 en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría), cumpliendo con todos los criterios exigidos por la Federación Española (quedar entre los seis primeros en el barco de equipo y primer español entre los diez primeros en el individual), que tendrá que confirmar próximamente ambas plazas, pendiente también de las prioridades del propio deportista.

El coruñés abrió la jornada en la final del K4 500. En la jornada anterior, Arévalo y sus compañeros (Adrián Del Río, Marcus Cooper y Álex Graneri) habían sido primeros en su serie, pasando directamente a la final sin tener que pasar por las semifinales. La lucha por las medallas fue una pelea de cuatro con solo 35 centésimas entre primero y cuarto en la que finalmente se llevó la victoria uno de los equipos de Hungría por delante de la aclamada Alemania y de la segunda embarcación magiar. España fue cuarta.

Con menos de media hora de descanso (el viernes había tenido que afrontar tres carreras en tres horas) volvió a la piragua para la final del K1 200 metros, otra de las pruebas que le ha dado grandes alegrías ya que fue campeón del mundo. Y pese al gran desgaste físico, subió al podio a recoger una medalla de bronce a solo 13 centésimas de los dos primeros, el serbio Strahinja Dragosavljevic y el portugués Messias Baptista, que necesitaron foto finish. Los tres fueron los únicos en bajar de 35 segundos.

No fue el único podio de la primera mañana de finales en Szeged con el oro del K4 500 femenino (Sara Ouzande, Lucía Val, Estefania Fernández y Bárbara Pardo); el bronce en el C2 500 de María Moreno y Viktoriia Yarchevska y la plata del C1 200 del gallego Pablo Graña.