El Liceo rompe la racha del Barça (3-1)

Un imperial Liceo doblegó a un Barça con bajas para sumar un nuevo triunfo en liga. Además, con esta victoria rompió la racha de 55 partidos seguidos sin perder del equipo catalán en la competición doméstica.

Como es habitual en el Clásico del hockey español, el partido comenzó con muchísima intensidad por parte ambos equipos. De hecho, había tanta tensión que en la primera jugada del partido, los árbitros tuvieron que pedir calma a los 10 jugadores, pero ninguno les hizo caso.

Fuera de eso, las ocasiones comenzaron muy pronto. Primero sería Joao Rodrigues quien probase los reflejos de Martí Serra, pero el portero catalán detendría el disparo sin muchas dificultades.

En el otro lado, Carles Grau también tuvo mucho trabajo en el inicio, ya que tuvo que desviar un par de disparos peligrosos de César Carballeira.

Estas ocasiones no solo despertaron al público coruñés sino que espolearon a todo el Liceo, en especial a Dava Torres. El capitán arrancó con potencia por el carril central, pero cuando iba a cruzar la divisoria de los dos campos fue derribado por Ignacio Alabart. El resultado, azul y falta directa.

A pesar de llegar con confianza al lanzamiento, Dava no fue capaz de batir a Grau, por lo que seguía el empate en el marcador.

Aun así, el Liceo dispondría del ‘power play’ para intentar adelantarse. Sin embargo, a pesar de los intentos de Sito Ricart, César y el propio Dava, no lograrían aprovecharlo.

El conjunto culé, después de pasar ese mal trago, comenzó a tener más dominio por medio de largas posesiones que se transformaban en ocasiones claras. En una de ellas, Joao Rodrigues estuvo a punto de enmudecer al Palacio con un palazo que se estrelló en la cruceta de la portería defendida por Martí Serra.

Viendo que se venía el gol, los aficionados verdiblancos redoblaron sus ánimos al equipo para que reaccionase. Y el Liceo respondió. Primero con un tiro al palo de Tombita y luego con un disparo al larguero de Guido Pellizzari.  

Aun así, a pesar de esas ocasiones y otro acercamiento peligroso por parte del Barça, el partido se iría 0-0 al descanso. Lo bueno para el Liceo era el resultado y su buen juego. Lo malo, la diferencia de faltas cometidas por uno y otro equipo (7 señaladas al conjunto herculino por sólo tres al culé).

Todo por decidir

Tras el paso por los vestuarios, el partido no cambió ni un ápice. Ambos conjuntos redoblaron esfuerzos para hacerse con un triunfo que no estaba muy claro de que lado caería.

Aunque el Barça mandó el primer aviso con un tiro de Alabart que detuvo, no sin problemas, Martí Serra, sería el Liceo quien golpearía primero.

En una gran jugada colectiva, en la que los jugadores movieron la bola con calma hasta encontrar un hueco para que Dava, con un ajustado disparo, batiese a Carles Grau para delirio del Palacio de Riazor.

Con todo, la alegría apenas duraría 30 segundos, lo que tardaron los colegiados en señalar la décima falta del conjunto verdiblanco.

El Barça vio su oportunidad para empatar y no la desaprovechó gracias a un lanzamiento de Alabart que se coló por la escuadra. 1-1 y todo volvía a empezar, solo que apenas quedaban 16 minutos.

Con este nuevo escenario, ambos equipos subieron tanto la  intensidad que cualquier mínimo contacto se protestaba airadamente o cada buena defensa se festejaba como un gol.

Sin embargo, a poco menos de ocho minutos para el final del encuentro, el corazón de todos los liceistas se paró cuando los colegiados mostraron una nueva azul a Pablo Cancela –la primera fue por protestar–. Esto significaba otra directa para el Barça, pero en esta ocasión Serra le ganaría la partida a Alabart para deleite de la afición coruñesa.

Con todo, aun quedaba defender el power play’. El conjunto culé ahogó al Liceo, que se apoyó en su público y sacó esa garra que le caracteriza para sobrevivir a las embestidas.

Pero el equipo de Juan Copa no sólo aguantó el asedio, sino que una jugada después de recuperar al quinto jugador, se volvería a adelantar en el marcador. Esta vez gracias a un disparo de César Carballeira.

Este tanto provocó dos cosas: que el Palacio se cayese y que el equipo catalán quedase muy tocado. Con todo, aun quedaba mucho tiempo por delante y era el Barça el equipo que estaba enfrente. Sin embargo, otro gol de César despejó las dudas y aseguró el triunfo. De esta forma, el Barça cerró su racha de victorias que había empezado después caer en Riazor en el 2022 (3-1).