Los lazos que unen al Deportivo Liceo con el Vic
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Los lazos que unen al Deportivo Liceo con el Vic

Los lazos que unen al Deportivo Liceo con el Vic
Dava Torres, Marc Godayol y Martí Serra, los tres liceístas con pasado en el Vic, en una foto tomada ayer en la comarca de Osona | HC Liceo

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El Deportivo Liceo vuelve mañana al Olímpic de Vic, un pabellón mítico, la casa de un grande en el hockey español y europeo, el Club Patí Vic, cuádruple campeón de la Copa del Rey y que disputó tres veces la final de la Champions. La trama por desviación de fondos y el concurso de acreedores dejó a la histórica entidad en el alambre hace cuatro años. El proyecto deportivo se hundió en 2020, pero un grupo de padres y madres, con la ayuda del ayuntamiento, tomaron las riendas para evitar la desaparición, mediante una refundación.


Tres temporadas después del descenso a la OK Plata, el nuevo Vic logró el ansiado ascenso, una alegría para el planeta hockey y, en especial, para tres liceístas que mantienen un fuerte vínculo con la capital de la comarca de Osona: Marc Godayol, preparador físico natural de Vic, que se formó en el club como jugador y vivió los momentos más delicados en el banquillo del primer equipo; Martí Serra, vecino de Sant Hipòlit de Voltregà, que jugó desde los 12 hasta los 18 años en el club rival, con el que debutó en la OK Liga, y Dava Torres, el capitán del Liceo que vistió la camiseta rojiblanca solo una temporada, la 2014-15, pero que lleva marcada a fuego en su trayectoria profesional.

 

Marc Godayol
 “Mi madre me dice que ahora es ‘liceísta a muerte’, pero yo sé que es vigatana en el fondo”


“Fue un paso breve, pero muy exitoso y muy bonito para mí. Es una etapa que todavía recuerdo muy viva. Conseguimos ganar la Copa del Rey y quedamos segundos en la Champions. Deportivamente fue un paso importante en mi carrera para acabar fichando por el Liceo, que era mi objetivo”, rememora el coruñés, que todavía mantiene “una relación muy bonita con la gente de Vic”.


Con Dava coincidió Martí, compañero generacional de Jordi Burgaya o Ferran Font. “Aquí terminé mi fase formativa, ganamos dos Campeonatos de España y otros dos de Cataluña. Es el lugar donde terminé de hacerme como persona y como portero y también donde me tuve la oportunidad de entrar en el primer equipo”, valora el guardameta, que dejó el Voltregà por el Vic, una traición que recuerda entre risas.


Precisamente en un derbi de máxima rivalidad se enganchó Gudy al hockey: “Empecé a jugar a en Vic a los 5 años después de ir a ver un derbi contra el Voltregà. Vi aquella locura y les dije a mis padres que quería ser uno de ellos. Se me pone la piel de gallina con todos los recuerdos: desde el señor Torres, que me enseñó a patinar, hasta el viaje a Bassano para ver la Final Four de la Champions del 2009 que perdió el Vic contra el Reus. Era uno de los mejores equipos del mundo, con Jordi Adroher, Marc Torra, Sergi Fernández… aunque yo me hice portero por Víctor Agramunt, que en las guardas tenía un pulpo naranja”, evoca el preparador físico liceísta, que se formó en la cantera del Vic hasta los 17 años y regresó, cuando ya se encontraba estudiando INEF, al banquillo del primer equipo junto a Quim López.

 

Una religión en Osona

“En la comarca de Osona el hockey es como una religión. En 20 kilómetros a la redonda hay un montón de equipos: Vic, Voltregà, Manlleu, Taradell… Y en los pueblos más pequeños también. Se vive mucho. Cuando era pequeño recuerdo ir al Olímpic, que siempre estaba lleno de gente, con un grupo de animación muy fuerte, los Vigatans 1705”, continúa Godayol. El Club Patí Vic era mucho más que un club de hockey. “Era un club social como pueden ser el Sporting Casino, la Hípica o el Club de Golf en A Coruña”, precisa Dava, que llegó a la localidad catalana a los 20 años.


“Era una ciudad de un tamaño cómodo para poder disfrutar, en aquel momento me pilló en la universidad e hice una pandilla chula con la gente del equipo. Para mí siempre será un lugar especial, solo fue un año, pero se dio todo para que fuese mágico, las emociones fueron intensísimas”, continúa el ‘8’ del Liceo, que se acuerda de los veteranos de aquel vestuario, “Titi Roca, Romà Bancells, Cristian Rodríguez, Mia Ordeig…”, y también de los jóvenes como “Jordi Burgaya, Ferran Font, Roger Presas”, sin olvidar a los porteros, Carles Grau y Martí Serra. “Era una mezcla parecida a lo que puede ser este Liceo. Y a la vez con un gran entrenador. Hicimos explotar todo eso en un pabellón a reventar, con mucho ambiente y tuvimos la suerte de que se dio el éxito”, celebra.

 

Dava Torres  
“Fue un paso importante en mi carrera para acabar en el Liceo, que era mi objetivo”


Marc no olvida la llegada de Dava: “Me acuerdo cuando lo ficharon, yo no tenía mucha noción de quién era, pero fue la hostia… Se adaptó súper rápido y la gente hablaba de Dava por aquí y Dava por allí. Fue un año que el equipo funcionó realmente bien, la gente estaba muy unida y había un sentimiento de pertenencia muy fuerte”.


Serra recuerda aquellos años como sus primeros pasos en la élite: “Fui entrando en la etapa sénior poco a poco, acompañado de veteranos que me dieron muy buenos consejos para crecer personalmente y como jugador. Conseguimos una Copa y luchamos por varios títulos, volver a enfrentarme a ellos será como revivir tantos partidos especiales y noches de Champions que jugamos en la pista”.


El capitán liceísta dejó Vic un año después de su llegada al recibir la deseada llamada del Liceo: “Nunca sabremos si hubiera fichado por el Liceo sin pasar por Vic. Fue una temporada que me puso en el escaparate, es difícil precisar todo lo que saqué de allí, pero si pudiera dibujar un camino, el paso por Vic fue fundamental para la persona y el jugador que soy ahora. Fue el lugar donde entendí lo que era el hockey profesional”. Martí se marchó dos temporadas después rumbo a Calafell: “Me fui cuando ficharon a otro portero para el lugar de Carles Grau. Creía que era el momento de ir a buscar mi portería y terminar de explotar y aprender”.

 

Martí Serra
 “Conseguimos una Copa y luchamos por varios títulos, reviviré noches especiales” 


Dava, que ya se ha dejado ver por Vic para “tomar algo con Burgy y su familia” y que aprovechará estos días en la zona para quedar con Mia Ordeig y otros amigos, aguarda una bienvenida cariñosa: “El recibimiento siempre fue muy bonito, pero será lo que la gente considere. Ojalá sea positivo no solo conmigo, sino también con el Liceo. Nos volvemos a encontrar dos grandes clubes en la máxima categoría. Hay que celebrarlo”. Serra, por su parte, cree que poca gente se acordará de su paso por el equipo: “Han pasado tantos años, yo tenía un rol de segundo portero y no me recordarán como una pieza tan importante”.


Gudy vivirá un recibimiento especial en su primer partido como visitante en el Olímpic, ya que toda su familia y sus amigos son de Vic: “Por una parte voy muy contento porque el Vic tiene que estar en la OK Liga. Por otro lado, tengo una sensación un poco extraña. En la grada van a estar toda mii familia y mis amigos. Me dijeron de broma que me van a poner una pancarta (risas). Mi madre dice que desde que estoy en A Coruña es ‘liceísta hasta la muerte’, pero yo sé que es vigatana en el fondo de su corazón”.

 

El hundimiento

Martí vivió en su última temporada los primeros problemas económicos y judiciales, una situación que también cogió a Marc en su primera experiencia como preparador físico. “Pasé la etapa en la que empezó la investigación de todo lo que había ocurrido: que si impagos, pagos en A y pagos en B… Lo que pasó allí no se lo deseo a ningún club, pero menos al Vic. Se perdió un grande y un derbi como el de Voltregà. Ahora están trabajando para recuperar eso tan bonito que tenían”, comenta el portero.


“Yo viví de pleno todo aquello. Fue muy complicado: no había dinero en el club y eran momentos de mucha incertidumbre. No guardo un buen recuerdo, obviamente. Prefiero quedarme con la parte humana, que fue espectacular. El grupo estaba muy unido gracias al entrenador, Quim López, que me enseñó muchas cosas y fue como un padre para mí. Lo gestionó muy bien. Si no hubiese habido ese clima tan bueno en el equipo se hubiera dejado ir todo o alguien se hubiera bajado del barco”, expresa Gudy, que recuerda la palabra clave de aquella época en Vic: “Compromiso”. 

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