Fabrizio Martín Ciocale (8 de septiembre de 1998, Buenos Aires) llegó al Deportivo Liceo hace ya ocho años. Entonces tenía 18, pasó por el filial y dos cesiones antes de afianzarse en la primera plantilla verdiblanca. Le ha tocado vivir en primera persona la peor temporada del club en décadas, pero Fabri no ha dejado de trabajar junto a sus compañeros hasta darle la vuelta a la situación.
El sábado marcó el primer gol de la victoria contra el Lleida (2-0), la quinta consecutiva a las puertas de recibir al Barça en un Clásico de Champions intrascendente porque el Liceo ya está eliminado. No le importa al argentino. "Vamos a ir a saco", advierte en una charla con este diario tras salir de clase. Y es que Ciocale compagina el hockey de elite con el TFG en Administración de Empresas. “Vivo el deporte con pasión, pero a mí me educaron así, nunca he dejado a un lado los estudios”.
Quinta victoria consecutiva, ¿es vuestro mejor momento de la temporada?
Somos conscientes de que estamos en un buen momento, haciendo las cosas como las tenemos que hacer, lo normal. Sabíamos que para salir de donde estábamos y revertir lo mal que lo hicimos en la primera parte del año, esto es lo que necesitábamos.
Tenemos que quitarnos esa dependencia de César y Dava
Fue una victoria sin goles de César ni Dava, ¿os reivindica como goleadores?
No lo veo como algo reivindicativo. Más que por nosotros, es importante para sacarles un poco de presión a ellos, que son los que tiran del equipo. Ahí están los números. Llevan una cantidad de goles impresionante. La idea es apoyarlos. A los demás se nos pidió un paso adelante y creo que todos hacemos el máximo esfuerzo posible por darlo. Tenemos que quitarnos esa dependencia y creer que se puede, confiando en el compañero de al lado aunque no estén Cesi ni Dava. Que ellos puedan confiar en nosotros y estén tranquilos cuando les toque descansar.
¿Te sentiste aludido o señalado cuando Juan pidió ese paso adelante públicamente?
Obviamente. Me sentí aludido, como también se sintió la mayoría del vestuario. Pero estamos en un club en el que hay que competir para ganar. Si algo no hicimos en la primera ronda fue competir y ganar como debíamos. Yo intenté dar el máximo. Es difícil no darlo todo por el club que quieres, pero a veces entras en una mala racha y cuesta salir de ella.
¿Cómo la gestionaste?
A través del crecimiento mental. Hay que buscar siempre el lado positivo e intentar que no se vuelvan a repetir los errores. Hablar menos y hacer más.
¿Los últimos resultados y el gol contra el Lleida te dan más confianza?
Con lo que me quedo del gol del otro día fue que abrió el marcador y sirvió para contribuir a una victoria, no me quedo con nada más.
Es un Liceo-Barça y vamos a salir como si nos jugásemos la vida
Llega el Barça a Riazor en vuestro mejor momento, pero ya no tenéis opciones en la Champions. ¿Cómo se afronta un partido de este tipo?
Es un Liceo-Barça y vamos a salir como si nos jugásemos la vida. Es el tipo de partido que nos encanta jugar a todos y en el que que tenemos que demostrar ese paso adelante.
¿Cómo resumirías tus ocho años en el Liceo, desde el filial hasta el primer equipo, pasando por las cesiones en el Braga y el Valdagno?
Todos los pasos que di para llegar hasta este momento fueron con paciencia y aprendizaje. Me siento un privilegiado por jugar a lo que me gusta en el lugar que quiero estar. Algunos fueron momentos duros, pero siempre que miro para atrás los recuerdo con una sonrisa por toda la gente que me encontré en el camino.
Ya eres un coruñés más.
En ciertas cosas sí, ya soy un poco coruñés, sobre todo porque tengo muy buenos amigos aquí. Los gallegos son personas especiales, un poco toxos, pero cuando entras en su círculo son divinos.
¿Qué es lo que más echas de menos de Argentina?
Soy muy familiar y lo que más echo de menos es pasar tiempo con los míos: con un asado, un mate, conversando...
