Fernando Vázquez (1971) es el entrenador del Sweepend Balonmán Culleredo, un equipo que, hasta este pasado fin de semana, no había sumado un solo punto.
Con trabajo y esfuerzo, el conjunto herculino logró ganar dos duelos seguidos -contra el Balonmano Tejina (25-22) y contra Gáldar (33-32)- y cambiar esa mala dinámica.
Esta semana habéis conseguido vuestros primeros puntos. ¿Es una liberación?
Sí, especialmente a nivel mental. Estar toda la primera vuelta e inicio de la segunda sin puntuar es muy duro mentalmente. Nuestro proyecto es de cantera, sabemos que está muy por encima de cualquier resultado o de la permanencia pero obviamente para los chicos que están en el primer equipo, aunque lo sepan, es difícil llevarlo. Entonces, estas dos victorias son muy importantes. Además, no tengo ninguna duda de que la segunda llega gracias a que llegó la primera. La actitud en ese segundo partido no sería igual si hubiésemos perdido contra Tejina.
Tejina es un rival directo.
Ese era un duelo que teníamos marcado en rojo durante la primera vuelta. De hecho, fue un poco una decepción no poder disputarlo en su momento. La plantilla tenía muchas ganas de jugar ese partido porque estábamos convencidos de que podíamos haber logrado esos puntos. Tuvimos que esperar unos meses más pero gracias a Dios llegó esa primera victoria que tuvo un repercusión muy grande para que llegase la segunda al día siguiente.
Os desbloqueó mentalmente.
Sin duda. Estoy completamente seguro que si no hubiésemos ganado a Tejina, perdíamos contra Gáldar. La primera victoria nos llevó en volandas para poder hacer la segunda machada porque era un partido mucho más complicado.
Gáldar era el favorito.
Es un equipo de gran nivel y con jugadores muy experimentados. Es un equipo que te ofrece muchas garantías por lo que nuestra victoria tiene más mérito si cabe.
Todo el trabajo realizado hasta ahora dio sus frutos.
Fue un trabajo con muchísimos infortunios. Tuvimos tres lesiones de larga duración que mermaron el lateral izquierdo. Eso nos obligó a acudir a fichar a Pedro Pereira, que llevaba un año sin jugar. Acudimos a él porque los dos laterales izquierdos que teníamos se rompieron el ligamento cruzado anterior. A eso tenemos que añadirle los problemas laborales. Nosotros somos un equipo amateur en el que nadie cobra, entonces los jugadores tienen muchos compromisos de trabajo y eso les impide entrenar o jugar. De hecho, Miguel Casal tuvo que dejar de jugar por trabajo. Estamos teniendo que sobreponernos a esas circunstancias. Tenemos esos cuatro puntos que ahora nos dejan una visión ilusionante de competir por algo.
Esta semana os enfrentáis al Balonmano Ribeiro, un equipo más asequible. ¿Confiáis en confirmar esa mejoría?
Llegados a este punto, todos los rivales son una gran montaña que escalar. Ahora no podemos especular con nada. Entiendo que la forma de afrontar los partidos es evolucionar nosotros mismos, fijarnos más en nuestro trabajo. Obviamente si que estudiamos a quien nos vamos a enfrentar, pero no tengo dudas de que lo importante será nuestra evolución. Esta nueva dinámica será clave para afrontar los partidos. A partir de ahí vamos semana a semana. No pensamos en lo que viene dentro de un mes, sino en nuestro próximo rival que es Ribeiro. Contra ellos perdimos por un gol en el último segundo pero vamos con la ilusión de ganar.
La falta de experiencia era un peaje que teníamos que pagar
Esa situación os pasó en varios partidos. ¿Se debía a esa falta de experiencia?
Ese es un peaje que hay que pagar. Algunos jugadores ya tenían experiencia en Primera Nacional, pero fue hace muchos años. En Primera Autonómica, el equipo ganaba, no sin esfuerzo, pero con la calidad le bastaba para ganar sin llegar a competir al 100% como tenemos que hacer ahora. El partido que ganamos con Gáldar, fue un encuentro en el que supimos competir porque sino no hubiésemos ganado tras ir perdiendo por 1-6. Es un bagaje que tenemos que ir aprendiendo. También hay que añadirle que somos un equipo de base. Estamos jugando con juveniles de primer o segundo año. Es una nueva experiencia que tiene su parte de desventaja y otra de ventaja ya que les permite formarse.
¿Priorizáis seguir formando jugadores y descuidar la permanencia o vais a hacer las dos cosas?
Vamos a hacer las dos cosas. El proyecto está por encima de cualquier resultado. Ahora mismo, solo tenemos tres generaciones de juveniles que han subido con los sénior por lo que nos hace un equipo muy joven. Nuestra idiosincrasia es la formación de los jugadores jóvenes para intentar, en un futuro, tener un equipo enteramente formado en la cantera del Balonmán Culleredo. Eso no quiere decir que obviemos la competición. Nosotros vamos a poner todo nuestro empeño en lograr la salvación.
Por la renuncia de un equipo de otro grupo puede que solo haya un descenso
¿La salvación es factible?
La situación, en esta última jornada, ha dado un giro de 180 grados. Era difícil sumar cuatro puntos en un fin de semana tras no haber sumado nada en la primera vuelta y lo hicimos. Este año, por la renuncia de un equipo en otro grupo de la Primera Nacional, es posible que solo descienda uno. Eso puedo hacer la salvación más barata y todo dependerá de los puntos que se consigan. Si somos uno de los grupos en los que el penúltimo sume más, sólo habría un descenso.
Cada punto tiene mucho valor.
Correcto. Como entrenador estoy mucho más centrado en mi equipo que en los rivales, pero obviamente los analizamos. A mi lo que me quitaba el sueño, porque veía que el equipo se estaba cayendo mentalmente, era revertir esa situación. Creo que hemos conseguido darle la vuelta. Me sigo preocupando por mi equipo y mi grupo.
Por último, ¿qué pides de aquí a final de temporada?
Pido que podamos tener una regularidad en los entrenamientos. En los cuatro entrenamientos de la semana me gustaría que hubiese 15 o 16 jugadores comprometidos al 100%. A partir de ahí con trabajo, creo que conseguiremos las cosas.
