El deporte en general y el baloncesto en particular están en constante evolución en todos los aspectos. Las normas cambian o se adaptan, al igual que lo hacen los materiales y equipamientos con los que se practican. Pero el mayor reto que afronta el mundo deportivo en la realidad actual es tratar de adaptar el nivel tecnológico existente de tal forma que facilite el trabajo y ayude ser más competitivo o incluso a ganar partidos (siempre dentro de la 'legalidad').
A ello se dedican profesionales como Fran Camba (Santiago de Compostela, 1972), que es analista de datos para Bàsquet Girona. Fran cuenta con formación en los campos de la física y las matemáticas, pero su amor por el baloncesto le llevó a buscar la manera de juntar esos tres mundos, donde entraron en juego el análisis de datos y un viejo conocido: Moncho Fernández. "Moncho me entrenó a mí, nos conocemos desde el 95", explica.
Una relación que nunca se rompió, pero que tomó un nuevo rumbo en el año 2016, cuando el entonces técnico de Obradoiro llama a Fran Camba para ofrecerle incorporarse al equipo como analista de datos. En el equipo santiagués estuvo hasta 2024, cuando finalizó la etapa de Moncho al frente del banquillo obradoirista, pero ha seguido a su lado en la nueva aventura del técnico en Bàsquet Girona esta temporada, aunque esta vez a distancia, interviniendo en las reuniones por videollamada desde Galicia.
Durante un partido es donde menos margen de intervención tiene Fran. Su trabajo se centra más en los días anteriores y posteriores a los encuentros. "En tiempo real es muy complicado porque hay muy poco tiempo para transmitir información y tomar decisiones, en baloncesto prácticamente no hay espacios vacíos. En un tiempo muerto como mucho tienes cinco segundos para decir algo a algún entrenador y en el descanso dos minutos. Lo que se hace es tener un plan de partido elaborado de cómo vas a defender, cómo vas a atacar, en situaciones concretas qué vas a hacer... Se establecen una serie de métricas y en las que debemos estar bien para que la probabilidad de ganar aumente", explica.
Su campo de acción se centra más en el resto de días de la semana más que en el propio partido. "Normalmente se trabaja en dos partes, con cuerpo técnico y con dirección deportiva. Con el cuerpo técnico, la mayoría del trabajo es preparar los informes del rival y hacer un seguimiento del equipo desde el punto de vista numérico. Diseñar métricas que puedan reflejar lo que realmente hacen nuestro equipo y el rival y también tenemos modelos que predicen ciertas acciones del juego. Esto nos permite ir optimizando cosas del juego, modificando metodologías o ir tomando decisiones técnicas y tácticas", afirma Camba.
"Con la dirección deportiva, lo que se hace es el seguimiento de jugadores desde el punto de vista numérico y aplicando otra serie de técnicas de modelado como el agrupamiento de jugadores que son similares entre sí. Podemos seguir muchas ligas y tener jugadores que son muy similares por sus datos numéricos, por su rendimiento en temporadas anteriores y ver su evolución. Se trata de dar más información a la dirección deportiva para que pueda optimizar el tiempo en el que está siguiendo a los jugadores o de descartar ciertos perfiles que sabemos que no nos van a servir en el equipo", añade.
Durante su charla del pasado 12 de junio en A Coruña, Fran Camba ejemplificó cómo construyen esos modelos de jugadores, pero también cómo analizan la calidad de los tiros y los distintos tipos que hay. "Tenemos un modelo de predicción de lanzamientos con el que sabemos si un jugador está por encima del estándar de la liga. No necesariamente que haya fallado o anotado, sino el tipo de tiro que hace con respecto al que le proporciona el entrenador para hacer. Eso es algo muy valioso que nos permite detectar mucha calidad ofensiva del jugador".
Desde su primera experiencia como analista de datos de baloncesto en 2016, Fran nota que su trabajo ha cambiado: "La ACB evoluciona y toma conciencia de que tomar datos en los partidos es importante. La liga hace un esfuerzo importante para cada vez tomar en directo datos más granulares, más complejos, que proporcionar a los clubes. Son datos en bruto que nosotros tenemos que procesar y sacar de ahí la información como podamos. En tiempo real puedes acceder al dato que se está tomando en pista, que es un avance importante. Sin datos no vamos a ningún lado".
"Por otro lado están los proveedores. Al final su negocio real está en el fútbol, pero como tienen la infraestructura, acaban explorando otros deportes como baloncesto o balonmano. Proporcionan algún dato que la liga no llega a tomar y luego hay una tercera vía que no va a tardar mucho en llegar, que es la visión por computador de la retransmisión de la tele. Eso nos va a permitir etraer datos todavía más granulares y precisos sobre lo que pasa en el partido. Hasta ahora era extremadamente caro y solo sacan el dato en fútbol y NBA. Ellos tienen acceso a datos que nosotros aquí no podemos ni soñar de momento", añade.
La inteligencia artificial (IA) también está presente en su trabajo. De hecho, la próxima temporada pretende implantar en Girona un asistente virtual. "Que el director deportivo, por ejemplo, pregunte al asistente algo y el asistente se lo proporcione. O que genere un gráfico en el que se vea reflejada la evolución de X jugador en los últimos cuatro años. Eso es IA generativa, después hay aprendizaje automático, que son algoritmos que aprenden de los datos que tú le vas metiendo. Son capaces de predecir valores con nuevos datos que se van generando en los partidos. Por ejemplo: hay un lanzamiento nuevo con una serie de variables que se lanzan al modelo y el modelo te dice que tiene un 42% de probabilidad de entrar, así que igual tenemos que intentar evitar ese tipo de lanzamientos y buscar otros de mayor probabilidad", concluye.