Pablo Terroba Seara (10 de enero de 1993, Viveiro) es un ingeniero químico que desde pequeño tenía una pasión y esa era la Fórmula 1.
El viveirense no se imaginaba que, gracias a sus estudios y todo su sacrificio de vivir en varios países, le permitiese tener un trabajo relacionado con esa afición y estar en uno de los mejores equipos de la historia: Red Bull Racing.
¿Cómo empezó tu pasión por el automovilismo?
Todo empezó con los Mundiales que ganó Fernando Alonso en los años 2005 y 2006. Todos los domingos, la familia nos reuníamos en casa de mi abuela para comer una paella y ver las carreras. Se puede decir que me enamoré de la Fórmula Uno y del mundo del motor por Fernando Alonso.
Estudiaste ingeniería química. ¿Te imaginabas que podías hacer algo relacionado con tu pasión?
Para nada. Yo estudié el grado de Ingeniería Química en Santiago de Compostela y luego hice un máster de Sostenibilidad de Biotecnologías en Bolonia (Italia), pero porque me parecía una opción interesante para mi futuro. A mi siempre me gustó el mundo del deporte. De hecho, jugué toda la vida al fútbol, pero nunca me imaginé que mi trabajo se podía mezclar con mi pasión. Durante mi formación, tuve la suerte de que hice diferentes intercambios en Francia, Irlanda, Italia, Finlandia, Bélgica y ahora en República Checa. Todas esas experiencias me permitieron aprender cinco idiomas (español, gallego, italiano, francés e inglés) que me ayudaron a llegar hasta donde estoy.
Precisamente, en la República Checa es donde empezaste a trabajar en ExxonMobil, una empresa que te cambiaría la vida.
Pues sí. Hace dos años me surgió la oportunidad de ir a Praga para trabaja a una empresa, que si soy sincero, apenas conocía que se llamaba ExxonMobil. Allí empezaba en una posición que se llamaba Technology Operations Specialist. Aquí, en Praga, a pesar de que no hay ningún laboratorio, empecé a formarme y conocer el mundo de los combustibles y lubricantes, en temas relacionados con los certificados de calidad que podemos encontrar en las pegatinas de las botellas de aceite. Me dedicaba a certificar que los resultados de los test eran válidos y asignar las diferentes categorías.
Me di cuenta de que me podía dedicar algo relacionado con el motor, cuando descubrí el puesto de Racing Technical Advisor en una reunión de ExxonMobil
¿Fue en ese momento en el que te diste cuenta de que podía estar relacionado con tu pasión por el mundo del automovilismo?
Un poco sí. El punto clave fue cuando hubo una reunión entre los distintos departamentos que hay en nuestra empresa y descubrí una posición que se llama Racing Technical Advisor. Entonces, a partir de ahí, en cada reunión que tenía con mi jefe para hablar de mi desarrollo profesional o donde me veía dentro de la empresa, le decía que mi sueño era acabar en esa posición. Le pedía que si había cualquier posibilidad de acabar ahí que me avisase porque, a nivel interno, yo no podía mirar que vacantes había. Es tu jefe el que postula por ti. Yo se lo comenté al poco de llegar a la empresa.
Habrá un proceso de selección y aprendizaje.
Claro. Los primeros meses estás en ese proceso de aprendizaje y fue cuando se lo comenté, pero luego se te acaba olvidando. Pero, a finales de noviembre de 2022, cuando yo llevaba casi diez meses en la empresa, mi jefe me dijo que tenía que hablar conmigo en privado. Yo, en ese momento, pensé que me iba a echar (ríe).
Eso no suena bien.
No (ríe). Cuando alguien, como un profesor o tu jefe te dice que tiene que hablar contigo en privado malo. Sin embargo, en este caso, me comentó que lo encantado que estaba de que crease un ambiente tan positivo dentro de la empresa, lo contento que estaba con mi trabaja y que uno de los analistas que ofrece este apoyo a los equipos de Fórmula Uno Oracle Red Bull Racing y AlphaTauri, lo iban a mandar a otra posición dentro de la empresa en Praga. Por lo tanto, alguien de los que estábamos ahí lo tenía que reemplazar. De nuestro equipo, que éramos unas quince personas, yo era su candidato. Eso sí, me advirtió que era un proceso largo porque había mil empleados en Praga y cada jefe iba a llevar su candidato, pero dio la casualidad que de esos mil decidieron que yo fuera el elegido para trabajar con esas escuderías en el 2023.
Llegas a la parte de lubricantes y combustibles, pero ¿qué función desempeñas en un equipo de F1?
En ExxonMobil, lo que hacemos es suministrar la gasolina y el aceite a esas dos escuderías que mencioné antes. Nosotros nos encargamos de todo el proceso de logística de estos productos. Tenemos una zona de almacenamiento en Reino Unido y de ahí van a los circuitos. Entonces, primero nos comprometemos que esos productos van a llegar en la mejor calidad posible al circuito. Luego, mi compañera y yo llegamos y certificamos que tanto la gasolina y el aceite está en buen estado. Después, una vez hecha esa comprobación lo dividimos entre Red Bull y AlphaTauri. Tras tener ese certificado de calidad, ya se puede llenar el coche pero hay una serie de parámetros, tanto en el aceite como en la gasolina, que es importante monitorizarlos durante todo el fin de semana.
Tenemos que estar en contacto con los ingenieros de Red Bull o AlphaTauri por si hay cualquier incidencia, solucionarlo con la mayor brevedad posible
¿Analizáis los lubricantes y la gasolina durante el Gran Premio?
Claro. Por ejemplo, con la gasolina, la pasamos de un barril a un repartidor con la que se llena el coche. Durante ese proceso, tenemos que asegurarnos que no hay ninguna contaminación. Entonces, los mecánicos encargados de llenar los coches de Max Verstappen, Sergio Pérez, Yuki Tsunoda y Daniel Ricciardo, nos tiene que dar una muestra cada vez que se llene y se vacíe. Una vez con esa muestra, vamos a nuestro laboratorio, que está montado dentro del garaje de Red Bull y la analizamos. Con los aceites (motor, caja de cambios y sistema hidráulico) se realiza una monitorización de diferentes elementos químicos y propiedades antes y después de cada sesión. Además, tenemos que estar en contacto con los ingenieros por si hay cualquier incidencia, solucionarlo con la mayor brevedad posible.
Mencionaste que erais dos personas destinadas a esa función. ¿Viajáis los dos al circuito?
Nos turnamos. A principio de temporada, nos repartimos los circuitos a los que vamos, que suelen ser la mitad para cada uno. Aun así, estamos en contacto todo el rato para ayudarnos.
En tu caso, debutaste en Mónaco, el Gran Premio más glamuroso de toda la Fórmula Uno.
Pues sí, pero hay algo de trampa. Cuando empieza alguien nuevo, durante las tres primeras carreras, que fueron Bahrain, Arabia Saudí y Australia viajamos los dos para hacer un proceso de formación y comprobar que todo va perfecto. Después, me tocaba a mi ir solo, pero no tenía que haber sido Mónaco, sino Imola pero se suspendió por las inundaciones. Entonces, fue un sueño. Como primer Gran Premio, no lo pude haber soñado mejor porque fue un debut con victoria. Disfruté como un niño. Ni el mejor guionista del mundo podía haber hecho algo así.
Además, allí Fernando Alonso, casi consigue su victoria número 33. ¿La hubieses celebrado?
No lo haría a pesar de que fue él quien me creó esas primeras mariposas en el estómago por la F1. Siendo sincero, una vez que estás dentro, y en un equipo que ha sido campeón del mundo de escuderías y pilotos, te preocupas porque lo vuelvan a ser. Suena a tópico, pero el deporte no entiende de pasado y aquí hay que ir carrera a carrera. Si podemos ganar las 24, las ganaremos.
¿Tienes una presión extra por ayudar a los actuales campeones?
Puede ser. Uno de nuestros objetivos como Racing Technical Advisor es ayudar al equipo, ser fiables y demostrar esa experiencia técnica necesaria para que si cualquier mecánico o ingeniero tiene alguna pregunta, darle una solución en ese instante. No vale decírselo al día siguiente, tiene que saber la solución en ese momento. Es una presión con la que vives bien. No es algo que te estrese. Esa presión, te hace sentirte útil dentro del garaje.
¿Lo pasas peor cuando estás en la fábrica o cuando tienes que quedarte en casa?
Creo que se pasa peor desde el sofá. Cuando estás en el garaje, te estás enterando de todo lo que pasa. Si hay cualquier tipo de incidencia, eres el primero en enterarte y puedes echar una mano. Se realiza esa función de cooperación. Cuando yo estoy en casa, estoy viendo lo que pasa por la tele igual que cualquier otro espectador. Entonces, si un coche tarde más en salir yo no sé lo que está pasando. Me muerdo más las uñas desde el sofá que desde el garaje.
¿Hace más ilusión el título de constructores que el de pilotos?
En el fondo, son dos Mundiales y hay que ganar los dos. Pero, como equipo, hace mucha más ilusión el de constructores.
Además, en este tu primer año, lo ganasteis arrasando con 21 victorias en 22 carreras.
Sí. Ganar 21 de 22 carreras fue una satisfacción tremenda porque es algo único. La felicidad que generó en el equipo fue algo mágico. En mi caso, fui a 12 carreras y conseguimos las 12 victorias. Yo no sé lo que se siente un domingo en el que no ganas. Me siento muy agradecido por ello y soy muy consciente de que esto no va a durar para siempre. De hecho, me encuentro a compañeros o otros españoles que están trabajando en la F2 o F3 y me dicen: piensa que yo llevo 20 o 30 por aquí y no sé lo que es un podio. También me dicen que valore esto porque no es normal.
Cuando doy una charla, les digo que piensen todo el camino que recorrí para ser ingeniero en la F1, no que se queden con el puesto que tengo
Tiene que ser un orgullo ser partícipe de la mejor temporada de la historia de la Fórmula Uno.
Pues sí. En todas las charlas recalco lo difícil que es. Les digo que no quiero que piensen que conocí a Pablo el ingeniero que trabaja en la Fórmula Uno. Quiero que piensen el camino que tuvo Pablo para llegar hasta ahí. Todo el mundo tiene su historia y la mía tiene 6 países, cinco idiomas... Todos esos miedos que tuve que afrontar para seguir creciendo. Tuve que empezar desde cero, aprender nuevos idiomas y moldear toda ciudad extranjera como si fuese Viveiro para estar bien. Todo eso, más el apoyo de mi familia y amigos, la suerte que tuve con mis jefes siempre me animaban, hacen que me sienta un afortunado. Sin todos ellos, esto no hubiese sido posible.
Ahora que estás dentro de la Fórmula, ¿qué es lo que más te llamó la atención?
Una de las cosas que más me llamó la atención es la magia que se produce los domingos. Es decir, cuando nosotros llegamos a un garaje de Fórmula Uno, el sitio está vacío. Es una sala con columnas porque las paredes que se ven por la tele son paneles que se montan y desmontan. Ver lo perfecto que está todo a las tres de la tarde y lo rápido que se vacía es lo que más me impacta.
¿Te queda algo por cumplir?
Lo bueno que tiene esta posición dentro de mi empresa es que no es algo permanente. Tiene una duración de tres años y luego te recolocan en otra posición de ExxonMobil. Eso te ayuda a disfrutar mucho más cada carrera porque yo sé que no voy a estar siempre aquí. Espero que esta nueva vaya igual que la pasada porque queremos volver a ser los campeones.
