El presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS), Javier Lozano, habló con dxt campeón de la intención que tiene el organismo que rige de profesionalizar el deporte del fútbol sala.
Tras lo hablado con los diferentes partidos políticos y con el Consejo Superior de Deportes (CSD) en varias reuniones, ¿qué respuesta espera la LNFS?
En primer lugar, agradecemos sinceramente la atención y comprensión que nos dispensaron todos los grupos políticos y el CSD. Dicho esto, somos conscientes de que la LNFS es muy pequeña comparada con quien se opone, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y que la lucha es desigual. No obstante, sigo creyendo en la justicia y el sentido común de los políticos, aunque algunos compañeros me llaman ‘Heidi’.
¿Cuándo creé que habrá una respuesta del CSD al respecto? ¿Tardará más al ser año electoral?
Objetivamente hablando tenía que ser inmediata, si nos atenemos a que la ASOBAL fue calificada como profesional en quince días y el fútbol femenino no hubo debate porque era una cuestión de país, algo que celebramos todos. Ahora bien, no hemos nacido ayer y sabemos cómo funcionan las cosas y el contrapeso de quien tenemos enfrente oponiéndose.
La respuesta del CSD, sea en un sentido u otro, ¿es definitiva o se puede recurrir?
Si es positiva será definitivamente porque llevaremos al fútbol sala donde jamás alcanzaron nuestros sueños. Será un cambio radical en cuanto a recursos económicos, proyección internacional, mejora de procesos internos, digitalización, experiencias del fan y muchas cosas más ligadas al futuro. Eso sí, el problema para algún club renuente es que habrá control económico exhaustivo para hacer más justa la competición y no castigar a quien cumple. Si es negativa, seguiremos con vida y peleando en espera, porque nada ni nadie es eterno en este mundo, y menos cuando creemos que es una causa justa.
Si la respuesta es negativa, ¿la LNFS tiene pensado crear una nueva competición y que haya dos como en la década de los ochenta?
Crear otra competición paralela sería el golpe mortal para el deporte del fútbol sala, que está maltratado cíclicamente. Por ello, mientras esté yo en la LNFS no organizaremos otra competición. Prefiero no desviar la atención de quien, con su testosterona y sinrazón, se lo ha cargado después de llegar a lo más alto.
¿Cree que el peso de la RFEF pueda inclinar la balanza para que el CSD tome una decisión a su favor?
He seguido muy de cerca el proceso de profesionalización del fútbol femenino y he visto todas las dificultades y palos en las ruedas que les han puesto y continúan poniendo. Si lo hacen con un proyecto de país, apoyado por el gobierno, todas las fuerzas políticas y toda la sociedad, ¿qué no harán con el fútbol sala? Ya nos gustaría tener un presidente como el de la Real Federación Española de Balonmano (Francisco V. Blázquez García).
¿La LNFS cometió en su día un error al no haber solicitado que el fútbol sala fuese un deporte profesional?
No fue un error, sino un acto de realismo. No estábamos todavía preparados, estábamos perfeccionando un proyecto y un producto que todavía no era vendible, aunque estábamos bien encaminados. En 2018 es cuando realmente estábamos más que preparados para solicitarlo y fue cuando quisimos escenificarlo con la firma de un contrato de televisión por un importe de cinco millones de euros, hasta entonces nunca se había pagado tanto dinero por los derechos del fútbol sala, y organizar la Copa de España en el WiZink de Madrid, que contó con 40.500 espectadores y fue televisada por 149 países, como puesta en escena de nuestra mayoría de edad. De hecho, Ángel María Villar y su directiva iban a aprobar una reforma de estatutos en la que se equiparaba a la LNFS con la LNFP (LaLiga). Sin embargo, llegó Luis Rubiales a la RFEF y todo se destrozó. Y a peor va la mejoría...
