Un club cuando compite en cualquier deporte lo hace con la intención de ganar. Para ello trata de formar un equipo de garantías y después sus componentes se ejercitan en los entrenamientos programados con la búsqueda de que los resultados positivos lleguen en los partidos que disputa.

No obstante el rival también juega en dichos encuentros, por lo que aunque la meta sea la victoria puede que ésta no llegue al perder o, como mal menor, empatar. En este caso a uno no le queda otra que trabajar más para buscar esos triunfos que permitan alcanzar los objetivos marcados al comienzo de cada temporada.

A pesar de lo dicho, lo previsto puede traspasar todo tipo de normalidad y lógica por causas ajenas a ambos contendientes.

1 El último caso

El hecho más reciente ha ocurrido el pasado sábado en el Pabellón Anaitasuna de Pamplona en el encuentro celebrado entre Osasuna y el Noia Portus Apostoli. El conjunto navarro sumó los tres puntos en juego al anotar Fabinho un gol con el brazo, que supuso el dos a uno y fue el resultado con el que finalizó el partido.

La situación fue más rocambolesca al suceder en la última décima de segundo de los cuarenta minutos reglamentarios, lo que provocó que los jugadores gallegos solamente pudiesen sacar de centro sin tener ninguna opción de hacer una jugada que les permitiese tratar de volver a empatar el encuentro.

2 Medidas acordes

Sorprende que en pleno siglo XXI el Comité Nacional de la competición profesionalizada de Fútbol Sala de la Real Federación Española de Fútbol, que es el órgano encargado de gestionar desde la temporada 2020-2021 la mejor liga de fútbol sala del mundo, no haya tomado medidas acordes a los tiempos que vivimos para evitar desatinos que cuesten un elevado precio.

3 Torneo condicionado

Nadie afirma que el torneo esté adulterado, pero es irrebatible que el resultado del acta del duelo en Anaitasuna condicionará el resto de los partidos ligueros en la presente temporada, ya que los equipos clasificados para disputar la Copa de España o el Playoff por el Título y los que descenderán podrían variar tras validar un gol que, a todas luces, es ilegal al conseguirse con una parte del cuerpo que no está permitida.

4 Cumplir el reglamento

Es comprensible que los árbitros del partido no viesen la acción al estar tapados o mirando hacia otro lado, pero acercarse a la mesa para revisar que el gol entrase en tiempo y obviar que el jugador al hacerlo se ayude de un brazo y no sancionarlo no entra en la mente de quien tiene como prioridad velar por el cumplimiento de las reglas del juego. Por ello lo pasado es un motivo de reflexión para todos.

5 ¿Mismo desenlace?

Si esto le hubiese sucedido a Osasuna, o algún otro equipo que suele levantar trofeos en las finales, algunos podrían preguntarse si vería el mismo desenlace que ha tenido.

Nadie puede contestar con certeza, pero lo único evidente es que el fútbol sala –uno de los deportes con el más licencias y practicantes en este país– no merece el ninguneo constante que recibe en los últimos años.

Lo más curioso es que en la temporada que los aficionados tienen la posibilidad de ver por una plataforma los partidos programados de la categoría no haya opción de revisar las acciones controvertidas que escapan al ojo humano, como ya se hace en otros deportes.

6 Resultados fiables

Haciéndolo se conseguirá que los resultados con los que concluyen los encuentros sean lo más fidedignos posibles a lo sucedido sobre el rectángulo de juego. Lo contrario será un paripé y un fraude.