El trofeo Teresa Herrera, una joya que da brillo a los mejores museos futbolísticos
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El trofeo Teresa Herrera, una joya que da brillo a los mejores museos futbolísticos

El trofeo, que Joyería Malde fabricó de 1946 a 2010, se convirtió en la Torre de Hércules en la 25ª edición
El trofeo Teresa Herrera, una joya que da brillo a los mejores museos futbolísticos
Alfredo Malde (de corbata) y Eladio Muiños (a la derecha de pie), con los orfebres que en los talleres de Malde dieron forma al impresionante Trofeo Teresa Herrera del 50º aniversario en 1995 | ARCHIVO EL IDEAL GALLEGO

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La organización del Trofeo Teresa Herrera se fijó varias metas desde su fundación. Una de ellas fue que el ganador se llevase a sus vitrinas un trofeo exclusivo, bonito, capaz de llamar la atención por su belleza incluso a los aficionados ajenos a la joyería y al diseño.

 

Antes de instaurar en 1970 la Torre de Hércules de plata como premio para el campeón, la platería compostelana y el asesor artístico del Ayuntamiento coruñés Rafael Barros  Merino se juntan para dar forma a 24 trofeos únicos.

 

La Joyería Malde es la encargada de dar forma al trofeo Teresa Herrera desde 1946 hasta 2010, poco antes de cerrar sus puertas en 2011 después de 113 años de funcionamiento. Desde hace unos años, el concurso público suele ganarlo la madrileña Joyería Castellana, uno de los pocos talleres españoles que hoy en día es capaz de afrontar el reto de fabricar semejante trofeo.

 

El Trofeo Teresa Herrera goza de lugares de privilegio en algunos de los principales museos futbolísticos del planeta. El trofeo coruñés brilla en las vitrinas de los principales clubes españoles —Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla, Athletic o Valencia—, algunos campeones de Europa como Bayern Múnich, PSV Eindhoven, Benfica, Oporto o Estrella Roja, y varios ganadores de la Copa Libertadores: los uruguayos Peñarol y Nacional de Montevideo y los brasileños Vasco da Gama, Santos, Sao Paulo, Fluminense o Botafogo.

 

El primero, de catálogo
Las prisas para organizar la primera edición, la de 1946, obligan al comité organizador a comprar una copa ya fabricada. La Junta de Beneficencia recurre al catálogo de la Joyería Malde. Allí escoge una copa fabricada con casi 3 kilos de plata y que cuesta 11.250 pesetas —unos 8.000 euros en 2025 si aplicamos el valor tiempo del dinero—, aunque la organización publicita que su coste cuatro veces mayor.

 

El Sevilla, que derrota al Athletic (3-2) en aquella primera edición, sitúa en un lugar escogido de su museo ese trofeo.

 

La Torre llega en 1970

El fallecimiento de Rafael Barros Merino y el 25º aniversario del trofeo provocan un cambio drástico en el diseño. El alcalde Pérez-Ardá ve con buenos ojos la idea de Óscar Malde de elaborar una Torre de Hércules de plata. La primera, en 1970, mide 1,20 metros y se levanta con 10,615 kilos de plata. Su coste es de 218.775 pesetas, alrededor de 35.000 euros actuales si aplicamos el valor tiempo del dinero.

 

El Teresa Herrera vuela por primera y única vez a Hungría de la mano del Ferencvaros, que derrota a los argentinos de San Lorenzo de Almagro (0-0, 4-2 por penaltis) en una edición de las bodas de plata disputada a partido único.

 

Cuatro Torres de oro

El oro baña por primera vez al Teresa Herrera en 1982. El motivo, conmemorar la celebración del Mundial en España, con A Coruña como una de sus sedes. Eso sí, el trofeo fue mucho más pequeño de lo habitual, de solo medio metro de altura. Aún así, para darle forma hace falta superar los 3 kilos y medio de oro. Los 2,25 millones de pesetas que costó en su día equivalen a 62.500 euros en nuestros días.

 

El Dinamo de Kiev se lo lleva para la Unión Soviética tras barrer en la final al Barça (4-1). Años después, el comité organizador intentó, sin éxito, recomprar la dorada Torre de Hércules a la entidad ucraniana.

 

La historia se repite en 1989 —con motivo del 400 aniversario de la victoria de María Pita ante la inglesa Armada Invencible—, 1990 y 1991. Bayern Múnich, Barcelona y Oporto son los ganadores. También estas tres Torres de Hércules miden 50 centímetros.

 

El trofeo de la crisis

Con anterioridad, la crisis económica en plena reconversión de la industria española, lleva en 1980 a que el comité organizador solamente pueda ofrecer al vencedor una Torre de Hércules de plata de 75 centímetros. Solo 2,7 kilogramos del metal precioso bañan el trofeo, cuando el año anterior y el posterior el peso de la plata utilizada ronda los 11 kilos.

 

El Real Madrid, que derrota en la final al Sporting de Gijón (3-1) es el ‘perjudicado’, aunque seguro que poco importa en Concha Espina ya que, tras el Dépor, es el club con más trofeos Teresa Herrera (9).

 

La locura del 50º aniversario en 1995

Eladio Muiños, historiador del torneo y exalumno de Barros Merino en la Escuela de Artes y Oficios de A Coruña, idea para el 50º aniversario un trofeo que mezcla sus diferentes diseños. La Torre de Hércules brota de una copa similar a las anteriores a 1970, que evoca a un mar de Riazor enfurecido. Nada menos que 4,8 kilos de oro y 17,3 de plata hacen brillar a uno de los pocos Teresa Herrera únicos que se ha quedado en A Coruña. El Deportivo lo conquista después de vencer en la final al Real Madrid (2-0). Su precio es de 30 millones de pesetas. Hablamos de alrededor de 345.000 euros al aplicar el valor tiempo del dinero.

 

Al año siguiente, el Botafogo se lleva un trofeo de similar diseño, aunque fabricado solamente de plata. Eso sí, es el Teresa Herrera con mayor cantidad de plata de los 79 disputados hasta la fecha, con casi 21 kilogramos.

El trofeo Teresa Herrera, una joya que da brillo a los mejores museos futbolísticos

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