Sporting y Real Oviedo firmaron este sábado un empate (1-1) que reflejó lo sucedido sobre el terreno de juego, en un derbi repleto de intensidad hasta el final en el que los visitantes se adelantaron en el marcador.
El Real Oviedo se presentó en El Molinón con una racha de cinco victorias consecutivas, pero, al igual que el Sporting, sin grandes objetivos por los que luchar, y de salida los locales fueron mucho más intensos y dominadores del balón, encerrando a los azules en su campo.
Pero el primer remate fue del Oviedo, de Moro de cabeza, fácil para Cuéllar, al que respondieron los rojiblancos con un potente disparo de Cote que Nadal rechazó con apuros en la única ocasión clara del Sporting en toda la primera parte.
El conjunto gijonés tenía el balón, pero apenas llegaba a las inmediaciones del área del Oviedo.
Los minutos fueron pasando y el ímpetu de los locales se fue apagando, mientras que el Oviedo empezaba a tener más el balón buscando centros laterales, aunque las ocasiones brillaban por su ausencia.
A medida que se acercaba el descanso el Real Oviedo pasó a controlar el juego y sus llegadas crearon más peligro, como un remate de Camarasa alto cuando se encontraba solo y otro de Moro que se estrelló en un poste.
En uno de esos centros laterales, el Real Oviedo se adelantó en el marcador con un remate de cabeza a una escuadra de Enrich que provocó el delirio en la grada donde se encontraba la afición azul, que vio cómo su equipo se fue a los vestuarios al descanso con ventaja.
El Sporting tardó apenas cinco minutos en conseguir la igualada tras el intermedio, en una jugada en la que Djurdjevic porfió con los centrales rivales y provocó un agarrón de Dani Calvo que, tras la consulta
con el VAR, llevó al árbitro a decretar un penalti que transformó el delantero serbio.
Con prácticamente toda la segunda parte por jugarse y el partido de nuevo empatado, la emoción ganó enteros, sobre todo tras los dos cambios realizados por Ramírez, que dio entrada a dos hombres claramente ofensivos como Aitor García y Queipo.
Poco después respondió Álvaro Cervera de la misma manera dando entrada a Borja y Koba Lein, y el partido siguió con el mismo guion, con dos equipos buscando el segundo gol.
El Sporting fue el que gozó de las mejores oportunidades en los últimos minutos, primero con un disparo de Pedro Díaz desde fuera del área que despejó Nadal con apuros y luego con otro de Otero que salió rozando una escuadra.
No hubo tiempo para más y el derbi asturiano acabó en tablas. El Oviedo prolongó su racha de resultados positivos y el Sporting se acercó un poco más al objetivo de la salvación.
