Desde el pasado mes de enero, si no antes, se contaban con los dedos de una mano los deportivistas que albergaban todavía la esperanza de ver a Yeremay vistiendo la camiseta blanquiazul más allá de este verano. El rendimiento del canario en su primer año en Segunda División, unido a aquellas palabras en la zona mixta de La Rosaleda en las que dejaba abierta la posibilidad de salir ya en el mercado de invierno, sentaron como jarro de agua fría. Desde entonces, cada gesto del ‘10’ hacia el club ha sido de reafirmación y, en cambio, pocos aficionados, quizá con la idea de prevenir antes que lamentar, se hacían ilusiones.

“Ahora mismo, lo normal es que me quede en el Dépor. Entiendo que la gente piense, pero la realidad es otra”. No era un brindis al sol. Era una declaración de intenciones reforzada semanas después, en el cierre de temporada, cuando en un vídeo que inicialmente pasó inadvertido insistió en declarar su amor al club. “Creo que tengo mucho más y voy a ir a por ello. A mejorar, a superarme cada día para ser un mejor jugador y ayudar al Dépor a ascender, que es lo único que quiero”.

Esta relación entre el Deportivo y Yeremay está recorriendo un camino idílico de dar y recibir en el que cada parte responde a los gestos del otro con un compromiso hasta el momento inquebrantable. Su rendimiento en el campo fue premiado con una mejora, la del pasado mes de enero, que lo colocó ya en lo más alto de una escala salarial en la que lo había llegado a adelantar alguno de los fichajes del verano. Y ante la posibilidad de que los cantos de sirena lo tentasen de nuevo, desde la entidad herculina no han querido esperar siquiera a que abra el mercado para hacer el guiño que el jugador necesitaba. Se compone de dos patas: reconocimiento contractual después de un año a la altura de los mejores de la categoría, y un salto considerable en la exigencia del proyecto para luchar de inmediato por el ascenso.

Según adelantó La Voz de Galicia, Dépor y Yeremay están muy cerca de cerrar un nuevo acuerdo para premiar el rendimiento del canario con una nueva mejora de sueldo que, por supuesto, llevaría aparejada una subida de su cláusula de rescisión, que ahora mismo ya está por encima de los 30 millones de euros. No han sido pocas veces las que el atacante le ha dicho no a diferentes pretendientes, Cesc no ha sido el único que ha recibido su negativa, pero la intención del club herculino para el futuro inmediato es disuadir a cualquiera incluso de intentarlo.

Ambición

Ese esfuerzo no debe llegar únicamente en el plano económico. Y es que precisamente esos portazos a varios grandes de Europa dejan claro que nunca se ha tratado exclusivamente de un tema de dinero. Se abre ahí la vertiente de la ambición personal y profesional. De apostar por sí mismo y verse capaz de liderar el proyecto blanquiazul a esa tierra prometida de la Primera División.

Es por eso que, con la pelota de nuevo en el tejado de Abegondo, el compromiso ahora tenga que ver menos con los ceros y sí más con acelerar los plazos de ese plan de regreso a lo más alto. Cuatro años se habían marcado en la zona noble. Y aunque la propuesta siempre fue de máximos, este último gesto del ‘10’ exige a la dirección deportiva conformar un proyecto que ponga la posibilidad de subir encima de la mesa de forma inmediata. 

Porque el contrato de Yeremay seguirá teniendo su fecha de caducidad en 2030, pero si el Dépor no es capaz de empezar a subir peldaños al ritmo de canario, cada campaña en la que pueda contar con él será tiempo prestado. Que un jugador de su talento y juventud esté en Segunda es una anomalía en los tiempos que corren, por lo que convendría, una vez hecha la apuesta de que él es el pilar sobre el que cimentar el futuro, no desaprovechar ni una sola bala. Con quince goles y cinco asistencias, en su primer año de plata ya demostró que tiene el nivel para liderar un proyecto ganador. Y el Dépor, que una vez más ha evidenciado su buen hacer para convencerlo de que Riazor sigue ofreciéndole el mejor contexto, debe ahora aumentar también su capacidad de acierto en el mercado para no fallarle tampoco en el verde. De fondo, un pacto tácito entre ambas partes que impedirá la tentación de cualquier tipo de relajación o autocomplacencia.

Guiños de Hidalgo

Falta ahora cerrar los detalles de un acuerdo que supondrá no solo la alegría del verano para la parroquia deportivista, sino un aviso a navegantes para el resto de rivales. Al mismo tiempo, también un reclamo para posibles interesados en unirse al proyecto: el plan del Deportivo es ir a por todas ya. El primero en subir al barco fue Antonio Hidalgo, que por supuesto se interesó en saber si viniendo a A Coruña podría montar su equipo alrededor del canario. “Desde el club me transmiten que Yere tiene muchas ganas de continuar en el club. Que se cuenta con él en todo momento. Es un jugador que ha demostrado el cariño que tiene al club y a los colores. Es un jugador diferencial y es lo que queremos los entrenadores. Cuento con él para la próxima temporada”. 

Fue rotundo el técnico catalán, que unos días antes ya le había hecho el primer guiño a su nuevo crack reconociendo públicamente que él le daría el MVP de la temporada en LaLiga Hypermotion.
No le llevó la contraria Fernando Soriano. “Contamos con Yeremay. Ya sabéis la implicación, dedicación y amor que tiene por Coruña y por el Deportivo, y los esfuerzos que está haciendo en todos los sentidos. Toda la planificación cuenta con su presencia en la plantilla, a pesar de que están llegando llamadas y propuestas importantes. Pero el club, en ese sentido, no va a negociar ni por él ni por ningún jugador que quiera estar aquí”. Esa contundencia será la que necesite ahora el director deportivo blanquiazul en el mercado para responder al nuevo listón que marca la apuesta del mejor jugador de la plantilla.