MI VIDA EN BLANQUIAZUL | Fernando Varela: "El deportivismo no tiene fronteras”
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MI VIDA EN BLANQUIAZUL | Fernando Varela: "El deportivismo no tiene fronteras”

MI VIDA EN BLANQUIAZUL | Fernando Varela: "El deportivismo no tiene fronteras”
Fernando, junto a sus hijos Xacobo y Anxo | Cedida

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(Transcripción de Israel Zautúa)

 

Los deportivistas que somos de fuera de A Coruña tenemos que justificarnos por ser del Dépor. Sin embargo, los hinchas del Barça y del Madrid da igual de dónde sean que parece que son aficionados de esos equipos de nacimiento. Yo soy de Ourense, pero mi madre nació en la Silva y después vivió en Monte Alto, así que, como dice Xurxo Souto, coruñesa a tope... De todas formas, cuando la gente de Ourense me dice que no soy coruñés, les respondo: ser deportivista no tiene explicación. Soy del Dépor porque sí, por muchas circunstancias, por Arsenio, por Lendoiro, por la historia y por todo... y por lo bien que se pasa cuando vas a Riazor. A veces, llegamos al estadio cinco o seis horas antes de los partidos y es una fiesta, con toda la gente que hay en los bares aledaños. Hay muchísima gente de fuera de la ciudad e incluso de fuera de la provincia, porque el deportivismo no tiene fronteras. Es una cosa muy grande, y mira que sufrimos mucho.

 

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Fernando, con su mujer y sus hijos viendo un partido del Deportivo  | Cedida


Yo veraneaba todos los años en A Coruña y eso se pega, pero fue mi madre quien me inició en el equipo, aunque ella no gritaba “Forza Dépor”, sino “Aúpa Deportivo”.


Viví por la radio el ascenso de 1991, cuando se quemó la grada de Preferencia, y en ese momento fue cuando dije, ahora sí. Y después, con el grito de Lendoiro de “Barça, Madrid, ya estamos aquí”, pensé, a ver si va a ser verdad. Y a partir de aquella, empezamos a ir a Riazor mi mujer, mis hijos y yo bastante a menudo, aunque no éramos socios. Nos hicimos cuando descendió a Segunda, en 2011, que mi hijo pequeño dijo, ahora es cuando hay que hacerse socio. Y hemos aguantado, pese a los cuatro años en el ‘infierno’.


Mi padre nos llevaba a mi hermano y a mí al Teresa Herrera, cuando éramos pequeños. Esas fueron mis primeras veces en Riazor. Ahora mismo me acuerdo de uno en el que no jugaba el Deportivo, que estaba el Ajax de Johan Cruyff, en 1973. Después, otros en los que sí estaba el Deportivo, con aquellas paparotas, que yo, con 12 o 13 años, me asombraba con esos bocadillos y empanadas que llevaba la gente.


Antes de hacernos socios, fuimos a casi todos los partidos de la Champions, y eso que de aquellas no había autopista, que llegábamos de vuelta a Ourense a la una de la madrugada. Uno de los partidos que más me marcaron fue el 4-0 al Milan. Teníamos las entradas compradas antes de que nos metieran el 4-1 en la ida. Después, íbamos a llamar a los amigos que tenemos en A Coruña para regalarles las entradas, pero resulta que era Semana Santa, festivo. Entonces, dijimos, vamos igual, nos quedamos a dormir y malo será. Lo que vivimos ese día fue inolvidable, tremendo. También recordamos mucho aquella eliminatoria con el Leeds, que casi remontamos. A mí mujer le subieron las pulsaciones y casi le da algo. Aunque quedamos eliminados, disfrutamos mucho porque fue un partidazo y a punto estuvimos de forzar la prórroga. También el 2-1 al Manchester United con el gol de Naybet, que uno de mis hijos, con la alegría, se cayó al campo. Los partidos de la Champions League fueron históricos y quedarán en la memoria para siempre.

 

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Los hijos de Fernando y un sobrino, junto al exportero del Dépor Jacques Songo'o  | Cedida


No pude estar en Riazor el día del título de Liga, y eso que tenía la entrada, pero se la regalé a un amigo porque me mataban aquí en Ourense si me iba allá y dejaba la casa sin mi presencia, porque en casa estuvimos 20 personas viendo aquel partido. Celebramos el título aquí, porque aunque allí pensáis que somos todos del otro equipo, en Ourense hay mucho deportivista.


Arsenio, Lendoiro y Djalminha son los iconos del Deportivo que me han marcado. Entrenador, presidente y jugador. Djalminha fue único. Tuvo mala suerte con su forma de ser, Javier Irureta no lo comprendía bien, pero creo que fue el mayor crack que pasó por Riazor y si llega a estar en el Madrid o en el Barça habría sido más famoso a nivel mundial aún de lo que fue. También Fran... es que hay tantos para elegir. Nunca volví a ver un centrocampista como Mauro Silva... Mauro fue mucho. Y también Diego Tristán, por decir otro. Últimamente, me quedo con los dos canteranos, Yeremay y David Mella.

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