El Deportivo tiene un Fórmula 1 en la delantera. Es Max... Svensson. Comparte nombre con el bicampeón de Fórmula 1. De hecho, en el Espanyol le apodaron Súper Max desde que el neerlandés conquistó su primer Mundial, el año pasado. Fue otro Mundial y en otra disciplina, el que ganó España en Suráfrica en 2010, lo que le llevó a cambiar el balonmano, el deporte en el que su padre fue leyenda, por el fútbol. Comenzó como defensa y fue avanzando hacia la punta del ataque. Ahí se desempeña en el Deportivo, al que llegó cedido por el Espanyol. Desde la incorporación de Óscar Cano ha tenido continuidad y solo le falta el gol, pero no es algo que le genere ansiedad.
Empezaste sin mucho protagonismo, pero desde la llegada de Óscar Cano tu rol cambió y has sido titular. ¿Cómo valoras este inicio en el Deportivo?
Al principio fue difícil porque llegas a un club grande como el Depor y empiezas sin jugar. Es normal porque no has hecho la pretemporada con ellos, el entrenador, por así decirlo, no te conoce, y es difícil cuando no juegas, pero hay que seguir trabajando y luego ya con la llegada de Óscar me encontré con la titularidad y muy contento de seguir en el once.
Pasaste de cero a cien...
Sí, es una oportunidad que te da y hay que aprovecharla. Luego, hay que seguir trabajando para que el entrenador siga confiando en ti y te siga poniendo y muy contento.
Del día del debut, que estuviste a un nivel espléndido, imagino que guardas un gran recuerdo.
Estoy muy contento por el partido que hice y por ayudar al equipo en todo, en defensa y en ataque, con la asistencia... Muy contento.
Has seguido en el once. ¿Ha cambiado tu mentalidad?
No, siempre es la misma, la de trabajar día a día para conseguir esa continuidad.
Tienes a tu lado a Quiles, a Mario Soriano y Rubén por detrás... ¿cómo te ves con ellos?
Son jugadores increíbles y es muy fácil jugar con ellos.
¿Con qué te quedas de ellos?
De Quiles me quedo con la calidad que tiene, el uno contra uno, tiene mucho gol... Rubén es espectacular con los movimientos que tiene, los controles, te mete un pase donde no cabe y a Mario todo el mundo le conoce y es espectacular.
Solo ha marcado un delantero, Quiles, ¿crea ansiedad ?
Ansiedad no. Cuando más lo buscas es cuando menos lo vas a encontrar. Tengo que seguir trabajando. Es verdad que solo ha marcado Quiles y luego Rubén al Linares, pero estamos trabajando todo para conseguir marcar y mientras se consiga la victoria, aunque sea por 1-0, son tres puntos importantes.
Cumples 21 la próxima semana. ¿Qué te empujó a venir al Depor desde el Espanyol con una cesión pura?
Como en el Espanyol no me dieron la oportunidad de estar con el primer equipo empezamos a buscar una salida, salieron noticias de Sabadell, Cornellà, alguno más... y luego vino la oferta del Depor y a un club como este es imposible decirle que no. Es espectacular estar aquí.
¿Qué valoras del Depor?
El club en general, la historia que tiene, la afición que tiene, el estadio...
¿Qué te parece Riazor?
La afición es espectacular, los noventa minutos animando y más, desde el calentamiento, al final también se quedan. En el campo te da un plus.
Llegaste a debutar con el Espanyol en fútbol profesional (Copa y Segunda). ¿Es difícil eso de dar el paso y luego regresar al filial o salir cedido, cuesta?
Fue un debut, pero tampoco tuve esa continuidad con el primer equipo. Es difícil y luego, además, hay que ir progresando poco a poco.
¿Qué tal con el entrenador, con Óscar, qué diferencias ves con Borja?
Las comparaciones... Cada uno tiene su opinión. Estoy muy contento con Óscar, que aparte me está dando esa continuidad que necesitaba también, con esa carga de minutos.
Al principio fue difícil: llegas a un club grande y empiezas sin jugar
Como equipo, os falta encontrar la estabilidad. Volvéis a salir y no se puede repetir un mal resultado fuera.
Hay que seguir sumando más tres. En todo caso, queda mucha liga, hay que seguir peleando cada partido. A veces no se consigue porque los rivales también juegan, pero hay que trabajar siempre para conseguir la victoria.
Es tu primera experiencia fuera de casa, ¿cómo la llevas?
Al principio fue difícil. Llegas a una ciudad nueva, tu solo, ves que no juegas, que el entrenador no te da la oportunidad, pero hay que aprender de las experiencias.
¿Qué es lo que se te hace más difícil al independizarte?
Hacértelo todo tú, lo que haces en casa, cocinar, lavar... todo. Sigo una dieta, intento comer siempre bien y luego haces cosas que en casa no hacías habitualmente como barrer, fregar, que a lo mejor lo hacían tus padres, pero hay que aprender.
¿La cocina se te da bien?
Puedo mejorar (risas).
Ansiedad por el gol no tengo; cuando más lo buscas, menos lo vas
a encontrar
¿Tu padre (exportero de balonmano del Barça, entre otros) ha venido?
Sí, estuvo el fin de semana pasado, ante el Sanse. Vino a ver el partido, estuvimos cenando... Estoy muy contento de que haya estado por aquí.
¿Por qué le diste al fútbol en lugar del balonmano?
Bueno, desde el Mundial (de Suráfrica). Ahí empecé a ver fútbol, todos mis amigos lo veían... Yo no había jugado nunca. Empecé a jugar en el patio... Y les dije a mis padres que quería probar, porque yo jugaba a balonmano. Me apuntaron a fútbol. De hecho, yo quería jugar balonmano y fútbol, pero mis padres me dijeron que no, que era imposible los dos deportes y que tenía que elegir, así que elegí el fútbol.
¿Se te daba bien el balonmano?
Sí, bastante bien. Jugaba siempre con niños mayores, porque me decían que tiraba bastante fuerte.
O sea, que no eras portero...
Había un equipo que era de barrio, a veces hacía de portero, otras, de jugador.
¿Siempre fuiste delantero?
No. De hecho, en fútbol 7 empecé jugando como central. Luego, a medida que pasan los años fui adelantando posiciones, en el medio, después en banda, luego arriba... Cuando eres niño puedes jugar donde quieras.
¿Quién decidió que dieras el paso a la delantera?
Un entrenador que tuve en el Gavá, que me empezó a poner arriba y ahí me quedé.
Con el Mundial de Suráfrica, empecé a ver fútbol; yo jugaba balonmano
¿La presencia de Juan Giménez te ayudó a llegar al Depor?
Sí, lo conozco desde el Cornellà, aunque no estuve mucho a su disposición porque cuando me tocó como entrenador yo estaba lesionado, pero me escribió y me ayudó bastante a venir. Siempre ayuda que tengas a alguien de confianza en el club.
¿Ya tienes tu piña en el vestuario, con los jóvenes?
Los jóvenes somos los que más juego tenemos por la edad, básicamente, con todos.
De A Coruña, ¿qué te gusta?
Es pronto. He paseado, he ido de tiendas, Marineda City, con la sala de máquinas, los karts...
¿El mar es imprescindible para ti?
No soy mucho de mar, soy más de piscina, pero es bonito ver la playa, el atardecer en el Monte de San Pedro...
Empecé jugando como central y después fui adelantando posiciones
¿Has estado en Suecia?
Sí, pero hace tiempo que no voy porque no coincido en las vacaciones con mi padre. De pequeño iba bastante.
¿Tienes más hermanos?
Sí, tengo uno que se llama Teo y otra que es Julia. Son más pequeños que yo. Mi hermana estudia fuera, mi hermano también estuvo aquí unos días. Ahora a ver si puede venir mi hermana.
¿Tus hermanos también son deportistas?
No. Bueno, mi hermana hizo gimnasia rítmica y mi hermano empezó jugando al fútbol pero se desmotivó y prefirió otras cosas. No le acabó de convencer.
Tu nombre está de moda. No sé si te gusta la Fórmula 1...
Sí, me encanta. Soy de Súper Max.
¿Qué te gusta de Verstappen, bicampeón del mundo?
La constancia que tiene, el querer mejorar, el ir a por todas siempre, hacerlo lo mejor posible en todo y apretar siempre al máximo.
Ha ganado el Mundial, pero ahí sigue, pulverizando registros.
Sigue ganando, batiendo récords. Espectacular.
¿Pero tu apoyo a Max Verstappen va más allá del nombre o empezó por ahí?
No, empezó por ahí. Hace años que le sigo a él y la Fórmula 1, pero sobre todo el año pasado cuando ganó el primer Mundial, empezaron a llamarme Súper Max en el Espanyol. Me encanta.
