El Deportivo inició el verano con la intención de dar un paso más en el ambicioso proyecto de regresar a Primera División. Eso pasaba por una reconstrucción importante en el mercado, con dos prioridades claras para Fernando Soriano y la dirección deportiva. Primero, renovar la línea defensiva después de las salidas de Pablo Martínez y Jaime Sánchez, a las que más tarde se le unió la de Pablo Vázquez. Luego, encontrar un delantero de garantías que no solo aporte una aceptable cuota de goles, sino que también complemente todo el talento de la segunda línea con los Yeremay, Mario Soriano y compañía.
El club se movió rápido para sentar los cimientos y continúa esperando por la guinda en polo opuesto del campo. Mientras, Antonio Hidalgo debía ir colocando las piezas del engranaje y llegaba a Inglaterra para una nueva fase de la pretemporada en la que se subía la exigencia con el objetivo de comprobar lo que daban de sí las costuras del nuevo Dépor. Y después de dos encuentros ante rivales de un nivel parejo, probablemente nadie puede decir que lo que ha visto del equipo blanquiazul le ha sorprendido lo más mínimo. Porque las virtudes que se le intuían salieron a relucir tanto ante Watford como frente al Middlesbrough. Pero Vicarage Road y Riverside también confirmaron las carencias cuya resolución sigue siendo, a día de hoy, una incógnita.
La llegada de Miguel Loureiro aportará empaque y liderazgo a una reforma del muro defensivo que hasta ahora ha sido tan excitante como arriesgada. Fernando Soriano ha decidido apostar por talento joven y confiar las llaves del área blanquiazul a un grupo con mucho potencial, pero que todavía están dando sus primeros pasos en el fútbol profesional. Esta bisoñez, que se suma a los problemas físicos recientes de algunos de sus integrantes, salió a relucir en tierras británicas, especialmente ante un Middlesbrough que consiguió marcar dos goles tras sendos errores groseros.
La inactividad por la lesión muscular está dejando ver a un Dani Barcia con menos chispa y concentración en este inicio de verano. La prueba más evidente fue el 1-0 del sábado. Lucas Noubi ha dejado flashes y sus condiciones hacen imaginar que hay un central interesante, pero a sus 20 años todavía está aprendiendo a utilizar esa importante presencia física a la que de momento no saca todo el rédito que debería en los duelos, al tiempo que su exceso de confianza le juega malas pasadas. El segundo tanto del Boro fue un buen ejemplo.
Tampoco ha servido la gira para tranquilizar a los que piensan que las lesiones apuntan a ser un condicionante para la línea. Arnau Comas aguantó 20 minutos en el terreno de juego antes de pedir el cambio por unas molestias musculares. El catalán continúa sin dejar atrás los problemas físicos que le impiden tener continuidad.
Una de las ideas en las que Hidalgo ha incidido más hasta el momento ha sido en esa combinación por la banda derecha entre Lucas Noubi y Luismi Cruz. El técnico le está pidiendo al gaditano que genere ventajas pegado a la cal cuando el equipo tiene el balón, para, en fase defensiva, acompañar el repliegue y formar una cobertura con cinco piezas. Cumple con creces en lo primero, tiene muchos problemas en lo segundo.
Más allá de la exigencia física y la energía que supone el recorrido de la banda de norte a sur, Luismi ha mostrado evidentes carencias defensivas, tanto en duelos como en conceptos, lo que además implica sumarle tareas a Noubi. Debe valorar el técnico si quita más de lo que da este rol. Porque lo cierto es que da mucho. El exjugador del Tenerife está demostrando su dominio con la zurda y un buen entendimiento del juego para estirar el campo a lo ancho y generar espacios, ventajas y buenas situaciones para sus compañeros. Se vuelve de Inglaterra, además, con otra asistencia en el 1-2 del sábado.
Porque es esa posición abierta por la derecha la que permite un universo de posibilidades cuando los que transitan los pasillos interiores son Mario Soriano y Yeremay, a los que además este verano se le está uniendo Charlie Patiño. El Dépor ofreció momentos de muy buen juego durante la primera parte ante el Boro y estos tres nombres tuvieron mucho que ver en eso. Cada uno en un escalón, su entendimiento permite al equipo tomar constantes atajos para progresar sobre el terreno de juego.
Trata Hidalgo de buscar la mejor ubicación para cada uno de ellos. En Riverside invirtió el perfil de Soriano para colocarlo como interior diestro y acomodar al inglés en la izquierda, costado con el que Yeremay alterna su nueva posición más centrada y adelantada, prácticamente de punta. Ante el Middlesbrough, la presencia de Quagliata, que se soltó continuamente desde el carril zurdo, completó la amplitud para aprovechar toda la atención que acaban atrayendo los peloteros cuando se juntan por dentro.
Pero para que todo eso suceda, alguien tiene que encargarse de que el balón le llegue en condiciones. Esa función no parece que vaya a tener problema en asumirla José Gragera. Buena puesta en escena del asturiano, que unos días después de integrarse en la disciplina blanquiazul debutó como titular y tardó apenas unos minutos en coger la batuta del equipo.
Ordenó y organizó a sus compañeros, ofreciendo siempre soluciones con y sin balón, preocupándose además de que el equipo siempre estuviera junto. Solo ha jugado un periodo hasta el momento, pero su presencia explica a la perfección el tipo de mediocentro que quiere Hidalgo para ese puesto que antes del viaje a Inglaterra identificaba como ‘6’. Un jugador que enlace con los de arriba después de poner la primera piedra en la salida de balón ante presiones altas, una de las tareas pendientes con las que regresa al equipo a Galicia.
Hasta tres futbolistas ha incorporado el Deportivo durante los días que ha estado en Londres. Acciones y consecuencias, esto implicaba necesariamente que la minigira británica se convirtiera en un examen eliminatorio para el grupo futbolistas que deben formar parte de la operación salida, todavía en fase inicial.
Había varios que quizá intuían su futuro, pero Hidalgo se encargó de dejárselo claro ante el Middlesbrough. Los más señalados fueron Genreau y Petxarroman. El australiano ha venido bajando su presencia desde el inicio de la preparación hasta quedar en blanco en Riverside. El club le ha abierto la puerta y habrá que ver cómo de fuerte se agarra a ese contrato que va, inicialmente, hasta 2027. No pinta mejor la situación para el vasco, al que la llegada de Loureiro desplaza al fondo de la rotación. Petxa también vio el partido completo ante el Boro desde el banquillo. Jugaron antes que él el canterano Samu, que sigue dejando grandes sensaciones, y Damián, otro fabrilista. No hace falta decir nada más. No salen tampoco beneficiados de esta parte del verano Luis Chacón, Diego Gómez y Martín Ochoa.