Le crecen los enanos al Deportivo, con el doble varapalo en la delantera, tras las sendas fracturas en el rostro de Quiles y de Lucas, pero ante las adversidades no le queda otra que crecerse a los de Óscar Cano.
El delantero onubense, intervenido con éxito el pasado jueves de la doble fractura en el pómulo y suelo de la órbita, estuvo el sábado en Riazor siguiendo desde el banquillo el partido contra el Alcorcón y ayer se pasó por Abegondo, donde también recibió el calor de los aficionados.
De momento tiene unas vendas en la zona operada y aún los signos del hematoma que le produjo el impacto en la zona del ojo izquierdo, pero él mismo cuenta los días para volver a ponerse de corto y ayudar el equipo en este tramo final, como así manifestó recientemente. “Yo, dentro de la seguridad que me digan los médicos, quiero acortar los plazos al máximo. Que sea seguro para mi salud, pero me encuentro mejor de lo que esperaba y mi intención es llegar a jugar unos minutos contra el Pontevedra. Ya me dirán ‘Lari’ (el doctor Carlos Lariño) y Álvaro, que es el cirujano que me opera, pero si puedo jugar unos minutos mejor”, indicó en una reciente comparecencia.
Sería una circunstancia peculiar si se diese que los dos delanteros del Deportivo jugasen con sendas máscaras algún partido liguero o incluso coincidiese esa posibilidad en el playoff de ascenso del próximo mes de junio.